𝙳𝚛𝚎𝚊𝚖𝚜

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Estábamos a nada de ahogarnos, el liquido ya tocaba nuestros cuellos mientras luchábamos por poder nadar, con tan poca visibilidad era mucho más rápido perdernos así que tomé a mis amigos de los brazos, dejando que la bodega se llenara cada vez más rápido, en tan solo un par de minutos estábamos a un metro de distancia del techo. Jingyi hacía un esfuerzo por no gritar del pánico mientras Ling se aferraba firmemente a mi camiseta, por inercia elevé un brazo tratando de tocar el techo, intentando inutilmente alejarlo más.

— ¡SiZhui! ¡Quiero irme! —como si yo pudiera cumplirle sus deseos, Jin Ling gritó aterrorizado.

—Es un sueño, una pesadilla, en cuanto suene mi alarma despertaré... —balbuceaba Jingyi casi histérico.

Mis ojos se abrieron en cuanto sentí un borde, había una separación entre el concreto del techo y una madera, nadé hacía mi derecha encontrando otro borde, separando la madera de otra. Si no me equivocaba, había una puerta justo en el techo.

—Ayúdenme a golpearla. —pedí desesperado por la poca distancia que quedaba de mi cara a la madera, ellos tan desesperados como yo comenzaron a golpear hasta finalmente abrirla.

Esto no es como las películas, donde la salida te recibe con una gran ráfaga de luz anunciándote tu éxito al salir de tu pesadilla, no, nuestra situación era distinta. El cielo estaba en su punto más oscuro y tenebroso, no había ni una sola estrella que nos propiciara algo de luz. Como si saliéramos de un profundo pantano y los cielos se apiadaran de nosotros, comenzó a llover lavando nuestras ropas y rostros, sin embargo esto no terminaba aún. Con fuerza saqué a JingYi de un tirón y a Ling de otro comenzando a correr por el pavimento del patio, saltamos una barda de metal que casualmente estaba justo a la derecha de la entrada del museo, sinceramente poco me importó lo que me topara en el camino, aún así en ningún momento solté la mano de mis amigos.

Por fin llegamos hasta la calle y por imprudente seguí corriendo soltando sus manos, jamás se me ocurrió voltear para asegurarme de que no pasara ningún auto, lo ultimo que escuché fue mi nombre siendo gritado con la misma fuerza que el claxon de aquel camión antes de arrollarme, sin dolor.

(...)

Los toques en la puerta de la habitación de Sizhui, Jingyi y Ling eran incesantes y demasiado fuertes, su amigo ZiZhen les venía advertir que estaban llegando tarde a la segunda clase del día. Sizhui comenzó a hablar con dificultad, aún sorprendido de que estuviera vivo.

—Nos sentimos un... —las palabras se fueron repentinamente, así como se fueron, volvieron a aparecer— poco enfermos A-Zhen. —respiró hondo tratando de que el llanto no le ganara—. Te llamamos en-en cuanto salgamos de cama. —todo el cuerpo le temblaba, sentía dolor en cada célula, estaba mareado y a punto de llorar o vomitar de la gran angustia que experimentaba.

—Realmente me asusté chicos, no lo vuelvan a hacer. —quedó unos segundos en silencio, como si estuviese pensando en la solución a sus problemas—. Les traeré medicamentos cuando termine mis clases —espetó un poco más alegre— ¡Los veo después! —finalmente se retiró.

Tres segundos después hubo un "click" en sus cerebros, pronto comenzaron a llorar, sollozar y gritar contra sus almohadas hasta cansarse, a todos les dolía el pecho, el sentimiento de tristeza no les dejaba parar de llorar y el olor a sangre les recordaba la pesadilla en esa bodega, Jinyi corrió hasta SiZhui para abrazarlo como si la vida misma dependiese de él, Ling con más lentitud se acercó a él para abrazarlo con la misma fuerza, sus cuerpos completamente húmedos y con los mismos rastros de agua y sangre les confirmaba que todo no fue mentira, una broma de mal gusto y mucho menos una pesadilla. Debió pasar al menos una hora para que ninguno soltara un sollozo más. Sentados en la cama, miraban hacía la ventana, un claro sol y un alegre cielo azul se mostraban ante sus ojos, un escenario muy distinto al de hace rato.

博物馆|✞𝓜𝓾𝓼𝓮𝓾𝓶✞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora