Mujer bonita

101 13 1
                                    

Mujer bonita era la comedia romántica favorita de Logan. La veíamos cada fin de semana, sentados en el sofá comiendo helado, o palomitas. Últimamente cambiamos las botanas por la boca del otro, y para ser franco, lo disfrutaba más.

Poco después de que Dorian muriera (mejor dicho, que yo lo matara), trataron de iniciar una investigación. Sí, Gus y su gente eran unos malditos, pero unos malditos con dinero para pagar infinidad de abogaduchos. Y dichos abogados podían lograr que me ejecutaran. Por esa razón, llevaba dos meses sin ir a La Madriguera. Conseguí un trabajo al inicio de la semana y hasta ahora la paga estaba bien. Por Logan, trataría de alejarme de esas mierdas. Hablamos la misma noche en que había destrozado la cara del asesino de Gus, y lloró como jamás lo había hecho. Lloró más que cuando Nikolah murió, mientras me rogaba ser una persona de bien. Decidí que no perdía nada intentándolo.

Pero las cosas se estaban poniendo difíciles. Emet no dejaba de llamarme (a pesar de haber cambiado mi teléfono un par de veces), y David me visitaba de vez en cuando para convencerme de volver. Tal parece que la gente de Dorian estaba metiéndose con ellos, y no es que pudiera simplemente desentenderme de mis amigos; de mi familia.

—Esa mujer realmente es hermosa —comentó Logan pegándose más a mi cuerpo.

—Basta de lambisconerías, me voy a poner celoso.

—¿Crees que las historias así sucedan de verdad?

—Hmm... No lo sé. Tal vez no. Todas las historias tienen su belleza, Logan. Todas son especiales.

—¿Hasta la nuestra? —preguntó acercando su sonrisa a mi boca.

—En especial la nuestra.

Me sorprendía el hecho de que las cosas entre nosotros estuvieran funcionando. Nuestras personalidades solían chocar todo el tiempo ya que ambos éramos orgullosos, testarudos y de carácter estúpidamente fuerte. Pero cuando peleabamos, solo bastaba con mirarnos a los ojos, y sabíamos que todo iba a estar bien. Luego nos besábamos hasta quedarnos sin aliento. No habíamos llegado más lejos que eso. Logan no estaba listo todavía, y yo lo respetaba.

Esa noche, las cosas serían diferentes. Para qué negarlo, si sabía de sobra que tarde o temprano tenía que volver allá y hacer que la gente de Gus Dorian se detuviera. Mejor temprano que tarde, antes de que alguien más saliera herido.

—Voy a ir, Logan.

La película perdió importancia a partir de mis palabras. El castaño se giró a verme con los ojos tan abiertos como sus cuencas se los permitieron.

—¿Qué?

—Sé que... que quieres que me aleje de allí, pero mi familia está en problemas.

Empecé a juguetear con su cabello esperando a que reaccionara, sin embargo no se movió.

—Yo sólo... sólo quiero que estés bien. Y aquí, conmigo. Tal vez esté siendo egoísta, pero no quiero que te pase nada... —. Y me dí cuenta, por su voz ahogada, que estaba llorando.

—Logan...

—No. ¿Sabes qué? Está bien. Tratar de convencerte es lo único que puedo hacer, y parece que fallé—. Se puso de pié y me miró con reproche; sonrojado y con su rostro bañado en lágrimas —. Así que si quieres irte, vete. Pero si no vuelves... juro que te buscaré y te descuartizaré.

Se fué hecho una furia a encerrar a su habitación. Me paré dispuesto a seguirlo, pero el tímbre de mi móvil me detuvo.

—¿Sí?

<<Tyler... Ty, soy David. Escucha, estoy en La Madriguera y hay problemas. Te necesitamos ahora o si no... No, denme el móvil. ¡Regrésenlo! ¡Alto, suéltenme imbé... !>>

—¿Dave? ¿¡David!? Maldición.

Colgué y sin darle más vueltas tomé mis llaves y salí. La pantalla seguía reproduciendo la película que habíamos estado viendo y que ninguno se tomó el tiempo de quitar.

             <<—¿Y qué pasó después de que el príncipe la rescató de la                                        torre?
                 —Ella lo rescató a él.>>

Fué lo último que escuché. Ya hablaría con Logan al volver.

Vida en negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora