Asesino

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No podía faltar a la pelea, pero ahora no quería ir. Logan había insistido en acompañarme esa vez y las que siguieran hasta que me desentendiera de ese lugar. Obviamente que yo no estaba de acuerdo con eso, pero el castaño era más insistente que nadie que haya conocido. Esta vez, James nos llevaba en su auto.

-... Así que le dije: "Hey, cuidado con eso, puedes perforarte el estómago si no lo haces bien". Pero claro que no me hizo caso y ahora está en el hospital.

-¿Le pagaron un hospital privado?

-¿Qué? No, por supuesto que no. Vamos, Ty. Está en La Madriguera.

-Vaya. No vengo por dos semanas y David se perfora el estómago. Por lo menos me habría gustado verlo.

-Oh, lo dudo. Fué asqueroso-. El rubio finalizó la conversación con esta última frase y estacionó en el lugar acostumbrado.

Llegamos a El Jaguar con todo el silencio que pudimos, rodeados de música y gritos por todas partes. Esta noche sonaba White American de Emminem por las bocinas del lugar. La lona estaba ocupada por dos mujeres, una casataña y una rubia, que intercambiaban una serie de golpes. Las peleas de las mujeres solían durar más tiempo porque, de una forma u otra, eran menos agresivas. Así que pasados los 17 minutos, la morena cayó al suelo. Entre cada pelea, había interludios de 20 minutos para permitir que nos prepararamos. Fuí con Emet, dejando a Logan con James en el público.

-Está listo -dijo un empleado de Emet cuando terminaba de vendarme los nudillos. Me puse los guanteles y me quité la camisa, quedándome solo con mis vaqueros.

-Nunca me dijiste contra quién iba a pelear, Emet -le dije pasando junto a él.

-Su nombre es Gerardo. Tiene 23, ha peleado aquí por poco más de dos meses...

-No te pedí decírmelo. De igual forma voy a ganar.

Confiado, como siempre, me adentré a la lona a esperar a mi contrincante. La gente aplaudía, gritaba y abucheaba tanto como sus destrozadas voces se los permitían. Un joven de piel oscura estaba frente a mí.

La pelea comenzó, y fué más normal de lo que esperaría. Alguien distrajo mi atención. Mantuve mi defensa alta y busqué con la vista rápidamente hasta dar con quien buscaba. Gus.

La sangre en mis venas hirvió en un segundo, al grado de hacerme incluso doler la cabeza. Sentía como si algo se rompiera en mi interior, como si la cadena de lo que controla a mi verdadero yo reventara de pronto. Estaba apretando tanto mis dientes, que incluso llegaron a dolerme.

Golpeé al tal Gerardo en la sien y cayó como una tabla a la lona. No supe si la gente estaba en silencio, o era que las voces de mi cabeza gritaban demaciado fuerte. No presté atención y me acerqué a Dorian. Lo abordé desapercibido, y de inmediato le planté una patada en el rostro. Una vez en el suelo, me inqué sobre él y golpeé en su cara. Rompí su nariz, sus labios, sus cejas... hasta que dejó de moverse. Aún así, no paré de pegarle. Escuché mi nombre ser pronunciado varias veces con desesperación, pero no me enteré de quién lo pronunciaba. Sabía que estaba enojado, y sabía que quería desquitarme con lo que alguna vez fué una cara que estaba en frente de mí. De nuevo, sus manos en mi abdomen y su pecho pegado a mi espalda me calmaron un poco.

-¡Tyler! ¡Cálmate, por favor! Déjalo y vámonos ya.

-¡James, sácalo de aquí! Váyanse ahora.

Me tomaron de los brazos y me halaron para arriba. En un parpadeo ya estábamos de salida y rumbo al BMW de James. Logan no me soltó en ningún momento, aún estando yo en shock gracias a lo recién ocurrido. Finalmente, llegamos a mi departamento en minutos.

Lo maté. Maté a Gus Dorian.

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Holu veivis. Vulevo con un capítulo nuevo. Espero que lo disfruten, que voten y me dejen un comentario de los que mendigo desde que empecé a publicar :'v
Los amo chequetetos

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