-¿Lo dice quién se ha dado una bofetada a si misma por haber dicho una cosa no coherente que en realidad sí tenía sentido?

-No tenía sentido, básicamente porque en ningún momento he dicho nada que te pueda ofender, tú en cambio sí...

-¿Y yo en que te he ofendido?

-Me estabas diciendo que no te habías arrepentido de seguirme porque así disfrutabas viendo como me hacía daño, aunque eso más que ofenderme, me ha hecho pensar que eres un enfermo psicópata.

-Entiendo... -dijo Gabriel pensativo.

-Bueno, si tanto entiendes y si no te importa me voy.

No dejé que me respondiera y me fui, antes de hacer otra estupidez como la que acabo de hacer. Sentí como él murmuraba por lo bajo:

-Tranquila, me importa dos pepinos que te vayas.

Pero a mi no me importó, y no tengo ni idea de por qué.

***

Unos zumbidos a la puerta me despertaron de repente, escucho como Iria se levanta de la cama y abre la puerta, había unas cuantas personas allí amontonadas gritando.

Somnolienta me levanté a mirar el reloj de agujas y pude comprobar que eran las cuatro de la mañana aproximadamente. Iria cerró la puerta de inmediato y se dirigió a mí.

-¡Podrías decirle a tus fans que se vayan y nos dejen dormir! ¿Sabes? -inquirió Iria furiosa.

-¿De qué fans estás hablando?

-No paran de molestar diciendo no sé qué cosa de una bofetada y también preguntan que si estás aquí.

-¡No puede ser! -musité sorprendida.

Salí corriendo de la habitación, había muchísima gente esperándome, lo único que hice fue empujarles hasta lograr huir de ese bloqueo.

Iba en busca de Gabriel, recorrí todos los jardines donde posiblemente se podía encontrar. Rodé por todo el castillo y no había ni rastro de él. Llegué al jardín laberinto, no sabía si se llamaba así, lo único que sabía era que había un laberinto y que aquí es el único sitio donde está.

Y lo vi, ahí estaba, de espaldas, parecía que estaba esperando algo, pero no sé él qué.

-¡Gabriel! -chillé yo por lo alto impetuosa.

Él se giró y encima de su hombro me vio a mí, rápidamente se fue con el paso acelerado acomodando su corbata, no entendía nada. Hasta que de pronto, una mano se posó en mi hombro.

-Al despacho del director -espetó un hombre de edad mediana.

Ahora lo entiendo todo.

Sin protestar y sin intentar escapar del agarre del hombre, me dirigí al despacho. Yo tengo argumentos para defenderme y no tengo de qué preocuparme.

He de admitir, que el portal, sí, el portal, del despacho del director daba mal rollo, sobre todo si sabes que te van a echar la bronca.

El hombre, dio unos ligeros toques a la puerta, dando entender que estaba pidiendo si podía entrar. Se escuchó un "pase por favor".

El hombre abrió la puerta y dijo:

-Mi señor, esta señorita de aquí ha infringido una norma de nuestra comunidad, la he visto deambular por el jardín del amor hace unos minutos, creo que se merece un castigo.

-¿Florence Leroux Da Costa? -dijo el director sorprendido mirándome a mí.

-Así es... -aclaré decepcionada conmigo misma.

^^LA DOBLE CARA DE LA DAMA Y EL CABALLERO^^Where stories live. Discover now