Capítulo 2
He pasado todo el verano esperando a que llegue este maravilloso momento, el cartero, de vez en cuando me preguntaba que porque estaba más risueña de lo normal, la vida estaba a mi favor.
De repente, una mañana como cualquier otra, estaba ayudando al cartero a repartir la correspondencia a cada una de las residencias, casualmente, veo una carta que se tenía que dirigir al negocio de mi madre, era para mí.
Salí del rincón de donde me encontraba pegando saltos, sorprendentemente, me encontré con mi amigo el cartero.
-¡Florence! ¿Qué te trae por aquí tan alegre?
-¡Hay una carta para mí!
-¿Y se puede saber por qué tan emocionada?
-¡Voy a ir a un colegio de literatura!
-Me alegro... ¿Pero ahora quién me va a ayudar con la correspondencia todas las mañanas?
-Pues... La verdad es que no lo había pensado... ¡No te preocupes! ¡Nos podremos ir enviando cartas y tal!
-Te voy a echar mucho de menos...
-Yo también... -le digo dándole un abrazo reconciliatorio. -Bueno, me tengo que ir al negocio de mi madre para que me firme la autorización del instituto, ya te iré informando.
-Adiós... -me dijo con lágrimas en los ojos.
Yo cada vez me iba alejando más. Me partía el corazón verlo llorar intempestivamente a mi querido amigo Abel, era inoportuno que llorase por eso, no era necesario.
Cuando llegué al comercio de mi madre, entré entusiasmada y le entregué a mi madre sin decirle una palabra con una gran sonrisa que formaba mis labios. Mi madre agarró el sobre y lo miró con curiosidad.
-¿Qué es esto? -preguntó mi madre con el ceño fruncido.
-Es la carta... Es la carta del instituto de literatura francesa... Y me preguntaba si... Si pudieras firmar la autorización para poder inscribirme. Mi madre miró sorprendida al sobre y me lo devolvió sin rechistar. -¿Y bien?
-Florence, mi vida, te he dicho cincuenta veces que no te obsesiones, esto no te vale la pena, no vas a llegar a nada en la vida con esto...
-Pero mamá, Michel me dejó clarísimo que tenía talento, que valgo para esto.
-Cariño, no te voy a dejar que vayas a ese tal instituto porque tarde o temprano te vas a acabar cansando, porque así va la escritura, eres tan solo una niña... No pienso dejarte ir al valle de Loire absolutamente sola.
-¿Como sabes que el instituto está en el valle de Loire?
-Eh... No sé de qué me hablas, quiero decir, es obvio que lo se... Es un sitio... Un sitio muy... Muy conocido, sí, eso, muy conocido -espetó ella exaltada.
-Bueno, da igual, pero... ¿Podrías abrir el sobre como mínimo?
-Eh... Vale -ella empezó a leer la carta con el ceño fruncido. Después de acabar de leer, dejó caer un suspiro y rompió el sobre, a continuación hizo una bola y lo tiró a la basura.
-Lo siento, Florence... De verdad, que lo lamento mucho, pero si te dijera la verdad no me entenderías...
-¡Mamá, a estas alturas no me importa la verdad, lo único que quiero es cumplir mi sueño de ser escritora, pero tú, cómo lo arruinas todo, no me dejas! -Empecé a sollozar -Llevo aquí metida once años, no tengo amigos, apenas familia, no hago nada divertido, en los veranos estoy aquí metida sin tener que hacer nada, dame por lo menos una oportunidad -dije llorando.
-Florence, cariño...
-Mamá, si realmente me amases, me dejarías ir allí, escribir me hace feliz, tu no me entiendes a mí... -dije interrumpiendo lo que estaba diciendo mientras mis lagrimas recorren mi cara.
-¡Cómo te atreves a decir eso! ¡Vaya barbaridades dices cariño, las hormonas te afectan mucho!
-No digas cosas que no tienen nada que ver... Dime, ¿me amas?
-Claro que te amo, no hagas ese tipo de preguntas, ya lo sabes de sobras...
-Y si tanto me amas... -hice una pausa -¿Por qué no me dejas hacer lo que tanto sabes que amo? -Mi madre se quedó callada, mirándome con preocupación -Bien, ya veo, te da exactamente igual tu hija, no me vuelvas a hablar en tu vida.
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^^LA DOBLE CARA DE LA DAMA Y EL CABALLERO^^
Teen FictionSinopsis: Una humana de tan solo 15 años de edad nunca creyó que balancear las piernas de forma continua y nerviosa en un muelle, sería la señal de que su vida no iba a ser la misma de siempre. Hay un gran misterio por descubrir y ella sólo podría...
