⊱┊BROKEN TIE 【Given OMEGAVERSE 】

Capítulo II ❝Tú❞

—No te preocupes, de cualquier manera, me dirigía a verlo, gracias por decirme. Regresa a mi oficina en una hora, por favor. Te daré las indicaciones del tratamiento que estará llevando, así como los horarios de sus medicamentos.

—Si, doctor

—Por la tarde se le pondrá la intravenosa para administrarle la comida

—Claro, doctor, lo recuerdo bien

La enfermera hizo una pequeña reverencia y se retiró de la oficina. Aquella mujer mayor era una de las enfermeras con más antigüedad del hospital y actualmente la jefa de enfermeras. Era amable y capaz, y se sentía cómodo con ella porque era una de las pocas enfermeras que no intentaba coquetear con él en cada oportunidad posible.

Sin pensarlo más decidió dirigirse a la habitación de Mafuyu. Al ser uno de los cuartos privados se encontraba un poco alejado del resto. Después de andar un rato por fin llegó a su cuarto, tocó dos veces y entró sosteniendo unos papeles donde se encontraba escrito el tratamiento que llevaría junto a sus notas personales.

—Buenos días, Mafuyu — pronunció sin levantar la mirada de aquellos papeles, mientras continuaba caminando. Al llegar frente a la cama, el joven de cabello naranja seguía sin responder, por lo cual apartó la mirada de los papeles y lo miró directamente. Parecía que Mafuyu no había dormido mucho esa noche, tal vez nada — Veo que no pudiste dormir bien, es difícil acostumbrarse a un nuevo cuarto ¿no? — nuevamente no hubo respuesta de parte del peli naranja, por lo cual decidió continuar hablando — Yo tampoco he podido dormir mucho, supongo que ambos estamos desvelados hoy

—¿Por qué alguien como usted perdería el sueño, doctor? — la voz de Mafuyu resonó en sus oídos y sintió algo dentro de él erizándose. La voz de aquel chico era tranquila y profunda, y de alguna manera lograba transmitirle algo que no lograba explicar.

—Creí que teníamos un trato, Mafuyu — frunció levemente el ceño en señal de desaprobación. Mafuyu se encogió de hombros

—Uenoyama-kun — susurró quedito

—Mejor — sonrió — Bueno, ya que preguntas estuve despierto pensando en ti

En el momento en el que aquellas palabras salieron de su boca se dio cuenta de lo mal que sonó y lo fácil de malinterpretar que podría ser eso. Quiso retractarse enseguida, pero sintió que la lengua se le trataba del nerviosismo y solo atinó a mirar rápidamente a Mafuyu, quien se veía completamente confundido y con un ligero sonrojo.

—Espera, eso sonó extraño — carraspeó — Me refiero a que me quedé despierto trabajando en tu caso, es por eso que he venido hoy

La mirada de Mafuyu se apagó aún más después de escuchar eso, si es que era posible que aquella perdida mirada perdiera más color. Era más que evidente que a Mafuyu aquello no podría importarle menos, sentía que estaba hablando con la pared. Uenoyama sin embargo continuó explicando el tratamiento que llevarían, pues era imperativo que el paciente estuviese enterado y de acuerdo.

El pelinegro le explicó sobre los medicamentos que se le administrarían, cantidades y horarios. También le informó acerca de la intravenosa para alimentación que le sería puesta ese día. Mafuyu simplemente asentía con la cabeza, sin muchas ganas

—Tengo que irme, Mafuyu, pero volveré a verte al final del día

Mafuyu nuevamente asintió con la cabeza sin mirarlo. Uenoyama se retiró de la habitación preocupado, por alguna razón aquel sentimiento no abandonaba su cuerpo al estar ante el chico de cabellos naranja.

El resto de la mañana transcurrió rápido, Uenoyama tenía alrededor de 25 pacientes en ese momento y le tomaba algún tiempo visitarlos a todos para hacer la típica rutina de chequeo, sin embargo, era su parte favorita del trabajo. Le gustaba estar en contacto con ellos, verlos progresar y ayudarlos a sentirse mejor. Lamentablemente gran parte del día se la pasaba encerrado en su oficina con trabajo de papeleo.