Capitulo 2

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Maratón 1/3

NARRADOR OMNISCIENTE.

En otro lugar de la casa, más exactos en la habitación de Sir Reginald Hargreeves se encontraba número 1, revisando las ventanas para ver si alguien había entrado pues creía que su muerte no había sido natural.

-Puedo ahorrarte tiempo. – dijo Diego apareciendo en la habitación. – Están cerradas. No forzaron la entrada, no hay señales de lucha. Nada fuera de lo ordinario. - dijo caminando directo a su hermano. – Que grande estás, Luther. - dijo en un tono algo burlesco. - ¿Cuál es el secreto?, ¿Malteadas de proteínas?. - Y es que en verdad se veía más musculoso que una persona común, sin mencionar el gran abrigo que tenía puesto que lo hacía aún más notorio.

- ¿Qué quieres? – dijo perdiendo la paciencia.

- El reporte de la autopsia- dijo sacando un papel doblado y extendiéndoselo a Luther

- ¿Por qué tienes esto? - preguntó en tono autoritario

-Bueno, porque yo entré a la oficina del forense. - dijo mientras se sentaba en el sillón que estaba en la habitación. – Y la sorpresa es que la muerte de papá fue... normal. – dijo con obviedad. – Un triste fallo cardiaco.

Luther miraba el reporte, pero de todas formas seguía convencido de que no era normal. – Ajá ¿y qué? - dijo sin importancia.

- ¿Por qué estás aquí revisando las ventanas? - preguntó con obviedad

- ¿Fuiste el primero en llegar? -Y como buen número 1 evadió la pregunta

-Pogo lo encontró. – dijo queriendo que su hermano dejara de ser paranoico.

-Hablé con Pogo, no encontró el monóculo de papá. -dijo que cierto tono acusatorio

- ¿Qué quieres decir? – preguntó aun sabiendo a donde iba la conversación

- ¿Se te ocurre un momento en que papa no usara su monóculo? – y es que era cierto, los niños nunca vieron a su padre sin el. – No. Significa que alguien lo tomó y eso significa que quizá no estuviera solo cuando murió.

- No hay misterio aquí. Nada que vengar. Nada que resolver, solo fue un viejo triste que murió en una gran casa vacía. – dijo sin más pues toda la evidencia daba a que todo fue natural y Diego ya se estaba cansando de que Luther siguiera siendo irritante con el tema de su padre. – Justo lo que merecía. – No es extraño que Diego sintiera odio hacía su padre pues era una persona fría y sin sentimientos.

Diego terminó yéndose de la habitación con una sonrisa de satisfacción, sabía que tenía razón.
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Vanya entró a la sala, comenzó a observar lo que tenían de la Academia Umbrella, revistas, comic's, artículos, etc. Hasta que paró en un estante de libros en el que visualizó su autobiografía, esa por la que los hermanos Hargreeves la odiaban.

Se quedó ojeando y viendo la pequeña dedicatoria escrita para su padre.

-Bienvenida a casa, Srta. Vanya. – dijo Pogo con amabilidad

-Pogo- dijo caminado hacia el chimpancé para darle un cálido abrazo.

-Me alegra verla- dijo con sinceridad en sus palabras- Ah, sí. Su autobiografía. – dijo viendo el libro que tenía en mano

- ¿Sabes si... alguna vez la leyó? – esperanzada de que su padre por una vez la haya tomado en cuenta, Pogo negó con lástima. - ¿Cuánto ha pasado desde que Cinco desapareció? -dijo viendo el retrato que había sobre la chimenea

- Han pasado 16 años, 4 meses y 14 días. Su padre insistió en que llevara la cuenta. – contestó

- ¿Quieres saber algo tonto?, siempre solía dejar la luz encendida para él, tenía miedo de que regresara tarde y la casa estaba oscura y que se fuera porque no nos encontraba. Así que cada noche yo... hacía un bocadillo y veía que las luces estuvieran encendidas. – dijo mientras recordaba aquello

- Recuerdo sus bocadillos. Me topé con la mitad de esos sándwiches de mantequilla de maní con malvaviscos. – dijo con una alegría melancólica y volvió a ver el retrato.

Mientras Vanya y Pogo hablaban, en el estudio de Reginald se encontraba cierto sujeto recién rehabilitado buscando entre las cosas de su padre algo de valor para tener dinero y comprar más drogas.

-¿Dónde está el dinero, papá? – dijo con Klaus con cierto tono de desesperación pues llevaba un buen rato sin consumir drogas.

Allison que había entrado mientras recordaba como los ignoraba olímpicamente cuando ellos querían desearle buenas noches a su padre, se percató de esa figura desesperada, así que se acercó.

-¿Klaus? ¿Qué haces aquí? - dijo viendo detrás del escritorio de su padre

-¡Allison! ¡Vaya! ¿Eres tú?- dijo con la alegría característica de Klaus- Oye, Ven aquí. – dijo abrazándola con amor.- Demasiado. Oye, de verdad estaba esperando verte porque quería que me dieras tu autógrafo ¡Para sumarlo a mi colección!. – dijo poniendo sus manos bajo su barbilla con gracia

-¿Saliste de rehabilitación?- dijo viendo claramente la pulsera que afirmaba su pregunta, a lo que Klaus negó rotundamente.

-Solo vine a comprobar por mí mismo si el viejo había muerto, ¡Y si! ¡Ha muerto! - dijo con emoción- ¿Sabes cómo lo sé? Porque si estuviera vivo, ninguno de nosotros podría poner un pie en esta habitación, ¿Recuerdas cómo solía vernos? Gracias a Dios que no es nuestro padre de verdad y no tuvimos que heredar esa mirada muerta .- dijo mientras hacía una imitación bastante graciosa de su padre, haciendo a Allison reír.

-Fuera de esa silla. – dijo Luther entrando a la oficina

-Vaya Luther, si que creciste durante estos años, ¿no?.- dijo Klaus haciendo una pose mostrando sus músculos.- Guárdate el sermón. Ya me iba. – dijo sabiendo que su hermano lo iba a regañar por lo que estaba haciendo y claro, porque de seguro querría hablar con Allison.

-Suéltalo- dijo Luther deteniendo a Klaus en la puerta

-¿Disculpa?- dijo haciéndose el desentendido.

-Hazlo, ahora. – dijo con tono autoritario.

Klaus, sabiendo que no lo iba a dejar ir, cedió y de mala gana dejó todo lo que tomó de la oficina o casi todo pues cuando salió de la oficina sacó de su pantalón una peculiar caja con detalles dorados.

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Aquí un pequeño maratón como regalo del 14 atrasado.

Espero lo disfruten  ❤☂

"Mi luz." ~ (Cinco & Tú)Where stories live. Discover now