━━ FOUR

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CAPITULO CUATRO
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OLIVIA SE ODIABA A SI MISMA por haber caído víctima de los estúpidos ojos de cachorro de James.

Afirmó que es bueno para ella absorber la luz del sol de vez en cuando, ya que Olivia no solía dejar la comodidad de su dormitorio a menos que fuera para clase o comida.

No es que hubiera mucho sol de todos modos.

El otoño no traía más que vientos fríos y cielos nublados mientras Olivia se sentaba abrigada en las gradas con las mejillas rosadas por el frío y un ceño prominente en la cara.

Se despertó ese día con James abriendo la puerta de par en par y tirándose al costado de su cama.

Cómo alguien podía estar alegre a las seis de la mañana estaba más allá de ella.

—Despierta, Olivia—dijo en voz alta, tratando de quitarle el edredón

Ella gimió mientras hundía el rostro más profundamente en las almohadas.

—Déjame jodidamente sola, Potter

—Es hora de levantarse—insistió mientras le quitaba las mantas con éxito—Es de mañana

Ella lo fulminó con la mirada.

—Maldita sea, Potter. ¿Y si es de mañana? ¿Qué se supone que debo hacer? ¿Fotosíntesis?—Él sonrió, agarrando ambas muñecas y tirándola hacia arriba

—Vamos. Tenemos que empezar el día y ser productivos. Es un nuevo día con nuevas posibilidades

Olivia trató de ponerse lo más pesada posible, pero James ni siquiera estaba luchando.

—Obviamente me has confundido con alguien a quien le importa una mierda

No hace falta decir que terminó convenciéndola de salir y ella terminó de mal humor.

Ni siquiera ha desayunado todavía.

Desafortunadamente, Remus había cogido un tiro y optó por quedarse en la cama y descansar. Peter tenía que ir a encontrarse con Lily Evans, quien había aceptado ayudarlo como tutor antes de su examen de Encantamientos más tarde ese día, y Sirius voló con James así que ella se sentó allí absolutamente sola.

Es curioso cómo esto no la habría molestado hace menos de un mes, pero ahora Olivia de alguna manera se sentía extraña sin los odiosos chicos a ambos lados de ella.

Vio como Sirius y un cazador de Gryffindor que no conocía arrojaban continuamente la quaffle al guardián que estaba haciendo todo lo posible por bloquearla.

James había lanzado una snitch y estaba haciendo que su buscador, Mary McDonald, lo buscara.

Los dos golpeadores corrieron vueltas tan rápido como sus escobas pudieron mientras James volaba por encima de todos y les daba instrucciones.

El quidditch no era un deporte que Olivia considerara necesario.

Simplemente no encontraba alegría en ver a la gente volar persiguiendo una pelota mientras trataban de matarse entre sí y evitar que la mataran. Pero, de nuevo, Olivia siempre había sido del tipo que prefería quedarse en su habitación con un buen libro, así que tal vez no debería ser ella quien juzgara.

James le lanzó una sonrisa que ella respondió con una mirada.

Quería que él supiera cuánto no quería estar allí luciendo mucho como la mayoría de las asquerosas chicas enfermas de amor con las que compartía las gradas y que sin duda estaban allí para sus novios o Sirius y James.

HURRICANE, james potter ✓Where stories live. Discover now