Ignati.

13.6K 1.5K 246
                                    

No cabía dudas que las ideas de la tía Lena, son absolutamente las mejores. No me gusta mucho estar al aire libre, pero obligarnos a mi y a papá a pasar un tiempo en ese parque acompañado de otros niños de mi edad me hizo olvidar por un momento de fórmulas, compuestos químicos  y de miles de ideas que tenía en mente para realizar, como estaba castigado por haber volado media mansión y herir sin querer a cinco personas del personal que trabajan con nosotros no tenía opción que desistir en manipular a mi padre para que me devuelva mis libretas, el iPad y mi maletín donde llevo todo, que justo en este preciso momento me está haciendo falta porque quiero llevarme una parte de la corteza de un árbol porque ese magnífico hongo merece ser pasado por mi microscópico, necesitaba saber que especie es y como podía unirlo a ...

— ¿Qué haces? — la voz de Ellie me sobresalta haciendo que casi me caiga.

— Nada — miento tratando de no sonar nervioso.

— ¿Estás seguro? — inquiere achinando sus ojos.

Miro el suelo y justo mis ojos van a la firma que ella me hizo sobre mi yeso hace un par de horas, sonrío para volver a mirarla.
Esta niña me ponía nervioso y me hacía sonrojar con sus ocurrencias.

— Quiero cortar una parte de la corteza de este árbol, mira — le hago señas para que se acerque. — Viste esa costra que hay dentro  de la corteza — ella asiente. — Bueno eso es un hongo, uno raro y me gustaría saber cuál es porque nunca lo había visto — termino de contarle.

— ¿Sí lo tocas no pasa nada? — consulta preocupada.

— No, no creo que sea un hongo venenoso, en si tienen otra forma y no se esconden sino que les gusta estar a la luz del ser humano curioso para que lo toquen — respondo.

— ¿Enserio tienes un laboratorio? — pregunta al sentarse en pasto y copio su acción.

Sus primos y hermanos estaban jugando a la pelota, debido a mi fractura en mi brazo no podía moverme, tampoco soy buenos en los deportes que conllevan trabajar en equipo. Debido a ser parte de la mafia tengo un entrenamiento muy diferente a lo que un niño normal de mi edad tendría, se como defenderme hasta se usar algún elemento corto punzante o alguna arma si fuera necesario. Mi papá me había dado las medidas de defensa en el caso que alguien quiera meterse conmigo, pero volviendo al punto no se trabajar con otras personas y jugar a la pelota conllevaba confiar en el otro, cosa que es muy difícil para mí.

— Si, en mi castillo en Rusia. Mi tío Gav me construyó uno y tengo de todo ahí — respondo.

— ¿Vives en un castillo? —

— Si, en Rusia — contesto.

— ¿Eres un principe? — susurra.

— Se podría decir que sí, es difícil de explicar — acoto mirando sus ojos azules.

— Tengo tiempo — acota ella tomando mi mano sana.

— En unos días es mi cumpleaños y quisiera que vinieras, la tía Lena lo hace en su casa ...

— Si iré, le voy a pedir dinero a mi papá para comprarte un regalo — asegura sonriendo.

— Ellie — murmuro su nombre, pero no puedo decir nada porque algo golpea mi cabeza y luego a ella.

¡Maldita pelota de fútbol!

— ¡Lo siento! — escuchamos que dicen y gruño al ver que es el idiota de mi primo Sasha que nos golpeó a propósito.

— Lo siento, mi primo es un idiota — digo molesto.

— Te entiendo es un idiota y hace sufrir a mi prima — asegura Ellie dándole una fulminante mirada al idiota de Sasha.

— ¿Quién es tu prima? —

— Mackenzie, esa de allá — me marca y ambos miramos a la niña que está colgado de uno de los hermanos de Ellie. — Ella dice que lo ama, pero yo pienso que somos pequeños para pensar en amar a alguien — se encoje de hombros.

— El amor es subjetivo — acoto pensativo.

— ¿Subjetivo? —

— ¡Ellie! — gritan uno de sus hermanos y ella bufa.

— Ahora vuelvo, esos dos no pueden estar sin mí — dice riendo.

La veo levantarse y también lo hago sin dejar de mirarla, me dedica una sonrisa y sale corriendo dónde están primeros sus primas que cuchichean algo, me observan provocando que me sonroje por sus miradas.

— Tu deberías hacerla sonrojar, no al revés — escucho la voz de mi padre.

— Cállate papá — respondo.

— ¿Te calló bien la niña? — me pregunta.

— Su nombre es Ellie — contesto rodando los ojos.

— El encanta de las Salvatore — murmura negando su cabeza.

No sé a qué se refería con eso.

— ¿Podemos quedarnos un tiempo más en esta ciudad? — suplico.

— Unas semanas más, debo resolver varias cuestiones antes de irnos así que aprovecha y socializa con los niños porque después no se cuando volveremos — declara mirándome.

— Gracias papá — digo sonriendo.

— Ve a disfrutar, toma sol y se un niño normal como dice tu tía — acota riendo.

Haciendo caso a las palabras de mi padre, dejo de lado mis ganas de querer investigar sobre el hongo extraño en la corteza de ese árbol para unirme a los otros niños que planean como convencer a sus padres de hacer una pijamada todos juntos.

Nunca fuí a una pijamada, esto será divertido.



















* Les dejo el segundo capítulo del día, nos vemos el lunes que empezamos una nueva etapa en la incursión de Danna con su profesor particular antes de llegar al infierno.

¿Qué dicen podrá Danna pasar las siete puertas del infierno?

Redimirse (2° SAP) Where stories live. Discover now