XII

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Pasó una semana. Lunes y martes transcurrió con normalidad. Louis se intentaba acercarse a Harry por todos los medios posibles. Harry ignoraba a Louis de todas las maneras posibles. Lo bloqueó y cuando le veía solo giraba la cara, lo que le privaba de ver los grandes sacos lilas que llevaba debajo de los ojos. Pero no se iba corriendo. Él no era de esos que huían. Él era fuerte.

El miércoles Louis ya no intentó hablar con él ni escribirle ninguna nota. Eso fue un gran alivio para Harry. Sin embargo, ese alivio no duró mucho. Concretamente hasta el jueves, cuando un brazo le golpeó la espalda y le empujó contra los casilleros. Alguien le giro bruscamente encarandolo, y pudo ver el rostro de uno de los amigos/compañeros del equipo de Louis. A unos simples pasos más atrás pudo verle sorprendido.

-No te acerques a ninguno de nosotros acosador-escupió. No le dolió como debería, pero se entristeció un poco saber que no lo decía como el otro lo hacía, y que él se había referido a Harry como acosador. Eso realmente le dolió más del simple hecho de que lo dijera.

Le sorprendió bastante que Louis (aunque realmente no lo eran) le cogiera del hombro y le dijera un simple "déjale en paz" en voz baja envuelta en un aire de tranquilidad sorprendente, como si en vez de ser Harry fuera un simple chaval que pasaba por ahí (aunque, con amargura, se recordó a si mismo que lo era). El otro rió y lo soltó, como si todo se tratará de una broma.

Esa no fue la única que vez que ese extraño se intentó acercar a él de una manera no pacífica. El viernes le acorraló contra las taquillas. No había nadie en los pasillos, por lo que por un momento temió por su vida. Se le veía enfadado y no sabía por qué.

-Eres imbécil -dijo con mucha, mucha ira.

-Ya somos dos -rió sin gracia.

-¿Encima me vacilas?

-Tu no eres nadie -aclaró.

Apareció una tercera figura, pero su agresor no se dio cuenta. En cambio Harry pudo ver como Louis examinaba precavidamente la situación. Tenía la sensación de que no debía de interferir a no ser que le pegara.

Levantó su puño enfadado y esperó el golpe, mas este nunca llegó. 

-Te dije que le dejaras en paz -dijo con serenidad. Esta vez sí se podía notar que aquello era tan solo una máscara, pues sus ojos soltaban chispas. 

Y el agresor con miedo a ser agredido.

Se marchó dejando al capitán con el menor.

-No tenías porque -replicó molesto.

-Te iba a pegar.

-Lo sé. Yo también a él.

-No temía por ti, temía por él -explicó.

Harry lo miró unos segundos antes de dar media vuelta y marcharse por los pasillos. Una mano atrapó su brazo obligandolo a detenerse.

-No. No te vayas ahora. 

-¿Por qué?

-¿Damos una vuelta? -contestó en su lugar.

¿Y qué si no me arrepiento? L.SWhere stories live. Discover now