III

95 8 9
                                    

-¿Quién eres? -preguntó con valentía. No le daba miedo nada, o muy pocas cosas. No le importaba lo que ese acosador hiciera o dijera porque siempre podía negarlo todo o podía hacer algo peor. Nunca se sabía, en especial cuando se trataba del mismísimo Louis Tomlinson.

-Yo-yo no soy nadie -tartamudeó con evidente nerviosismo. 

-Entonces vete. No puedes estar aquí -informó.

-No quiero irme -dijo aún más nervioso. Era como si quisiera hacerle caso e irse pero tuviera que quedarse.

-¿Por qué? 

-Porque aquí no hay nadie para que me moleste y se esta caliente.

-Ahora estoy yo -replicó con superioridad. Ese chico parecía de los típicos que nunca habían roto un plato. Y de esos no se fiaba nada.

-No te molestaré -contestó con desinterés repentino. 

-¿Quién eres? -volvió a preguntar.

-Que no soy nadie pesado, dejame en paz. No te he hecho nada y de todas formas deberías estar fuera -hizo una pausa fingiendo que pensaba y vaciló- ah no, que tu entrenador te ha echado del juego.

-Con que tu eres mi admirador -redució con media sonrisa desagradable.

-No sé de que hablas -bufó el desconocido.

-Escucha don nadie, por tu culpa me han sacado fuera del campo, así que más te vale que me des una buena razón para no hacerte puré aquí mismo -amenazó enfadó. No iba en serio, pero sus amenazas tuvieron efecto en el otro chico que respondió tranquilo.

-Tampoco te estaba acosando -pusó los ojos en blanco cuando escuchó un "que no, dice" sarcástico- te estaba observando porque me parecías buen jugador.

-Me parece bien, pero ya se que soy buen jugador -dijo con prepotencia.

-Egocentrico.

-Acosador.

-Cállate.

-Vete.

-No.

-¿Con que ahora también miras? 

-¿De qué hablas? -preguntó confundido.

-Me voy a duchar, ¿para que crees que he venido?

-Pues adelante, nadie te lo impide.

-Tú. No quiero que estés aquí.

-Como si no te hubieras duchado delante de nadie antes. De todas maneras los muros estos impedirán ver nada. Y si no enciendes la luz ni siquiera podré ver tu asqueroso cuerpo.

-Asqueroso tú -devolvió como un niño pequeño. -¿Que pasa, quieres que me caiga?

-La verdad es que me da igual -se encogió de hombros aunque él no podía verlo. -Si te callas ni te enterarás de que estoy aquí. Oh y ten cuidado que no te entre jabón en el ojo Louis -dijo con sarcasmo.

-¿Como sabes mi nombre?

-Eres el capitán del equipo.

-Cierto.

Y después de eso Louis se duchó tranquilamente, olvidándose de la presencia de ese chico que, a pesar de todo, le parecía simpático. Por su parte, el adolescente le escuchaba cantar mientras pensaba como, por ser popular, había juzgado mal a su compañero. Bueno, quizá estaba en lo cierto, pero aún así le había caído bien.

¿Y qué si no me arrepiento? L.SWhere stories live. Discover now