IV

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El sonido del agua cayendo cesó y supo de inmediato que ya había acabado de duchar (incluso cuando se enjabonaba el pelo estaba el agua corriendo) y pensó qué podía decirlo, pues tenía ganas de conversar con él y conocerlo un poco más. Pero Louis, como siempre, se le adelantó.

-¿Aún sigues ahí? 

-Sí.

-Que sepas que se me ha hecho muy difícil ducharme con la luz apagada. 

-Qué pena -contestó sarcásticamente.

-¿Alguna vez dejas de ser tan impertinente? 

-No.

-Me lo imaginaba -replicó-. Pero bueno, creo que ducharme a oscuras no ha tenido ningún sentido porque cambiarme sin ver nada sí que es imposible.

-Nada es imposible -se burló.

-Date la vuelta -ordenó ignorando su comentario. -La vista de estos músculos es algo que no te mereces.

-No tengo ningunas ganas de verte desnudo, pero menos de girarme. De todas maneras no sabes donde estoy.

-Sí que lo sé.

-No con precisión.

Se quedaron callados y el muchacho agradeció el calor y el olor al jabón de Louis. Se escucharon pasos dentro del vestuario y de inmediato las luces se encendieron. Se tapó los ojos ante el repentina destello. Llevando un rato sin ver nada y que, sin previo aviso, iluminaran todo no era algo demasiado agradable.

-¡Bestia! -se quejó.

-Ya he dicho que no veía nada y que sino, no podía vestirme.

-Pero podrías haber avisado.

-¿Qué pasa acosador? ¿Qué tienes miedo de que te vea la cara y le diga a todos que me estabas espiando?

-No, tengo miedo de quedarme sin ojos subnormal -dijo molestó.

-Será eso -afirmó con sarcasmo Louis.

Cuando el otro se iba acostumbrando, se quitó la mano de la cara y miró a los ojos al chico que tenía delante. Se quedó unos segundos mirando fijamente sus ojos azules, los cuales le recordaban a un profundo océano. Este también se quedó mirando fijamente a los ojos de su "acosador", esmeralda. Luego, cuando consiguió despegar la vista del verde (tan precioso, según Louis) se fijó en la cara y le reconoció.

-Ya sé quien eres, pero ni idea de como te llamas -comentó como si no se hubiera perdido en su mirada.

-Perfecto, mira como salto de alegría -puso los ojos en blanco y le tendió la mano -soy Harry.

-Yo soy Louis, aunque eso ya lo sabías -apretó levemente la mano. El otro río levemente. 

-Sí, lo sabía.

-¿Tu eres el gay? -preguntó de repente, sin saber por qué. Su risa desapareció y se puso serio de inmediato.

-¿Tienes algún problema? -contestó a la defensiva.

-Oye relajate, que yo solo preguntaba. 

-No todos "solo preguntan" -hizo comillas con sus dedos.

-Tio, no te voy a pegar por tu orientación sexual.

-Te llevarías una paliza mayor, si lo hicieras.

-Sin amenazas colega, que no he dicho nada eh.

-Estaba informando -sonrió divertido. El ambiente era agradable pero unas voces les distrajeron. Louis se cambió rápidamente mientras Harry miraba hacia el techo con indiferencia y tranquilidad, sumergiéndose mentalmente otra vez en el azul de Louis. Sabía que tenía sus ojos eran diferentes porque había escuchado a las chicas hablar de ellos (como si su único tema de conversación fuera el capitán del equipo), pero ahora que le había mirado de cerca (y directamente) pudo descubrir que no era nada comparado con la realidad.

¿Y qué si no me arrepiento? L.SWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu