VII

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Se despidió de su madre puesto que él todavía no tenía licencia (ni coche) y se dirigió a la entrada de la escuela. Todavía se quedaba con la boca abierta, como el primer día, cuando la veía. Era demasiado grande, como el típico instituto de las películas americanas, solo que en versión inglesa. De hecho, dudaba siquiera que la universidad fuera más grande que eso. 

Hacía relativamente poco tiempo que se fue a vivir a Doncaster con su madre y su hermana, pues a su madre le habían ofrecido el mejor trabajo que se podía imaginar jamás y no lo pudo rechazar. Su padre se había quedado en su casa para cuidar a su abuela, que no se encontraba en su mejor estado. 

Fue hacía su taquillero y guardó las cosas, sacando las necesarias para su próxima clase, historia. Transcurrió con normalidad, unos pocos deberes para casa como siempre y ya. Cuando se fue a almorzar a su sitio favorito, el cual ya había nombrado como suyo, y se sentó, vio una silueta al fondo de todo acercarse a él corriendo. Dudó en quién podía ser hasta que vio el pelo de Louis botando sobre él.

-Hola.

-Eh hola -saludó de vuelta. 

Recogió todo para ir a la taquilla, donde tenía la chaqueta. Él lo acompañó con el objetivo de perseguirlo con tal de que dejara de ignorarlo, pero cuando llegaron y le entregó la sudadera, comprendió que no estaba huyendo, sino que le iba a devolver lo que era suyo. Cuando se la puso se dió cuenta de que olía a Harry y se quedó oliendo discretamente. 

-La has lavado -comentó sorprendido. No creía que se pudiera tomar la molestia. Se encogió de hombros y añadió -¿olía tan mal?

-Olía a ti.

-Que cabrón -rió y le dió un manotazo.

-Solo soy sincero -se defendió con una sonrisa. -Y ahora, si me permites, voy a comer.

-Espera -lo paró Loius cuando veía como se alejaba. Harry se dió la vuelta sorprendido y esperó a que se le acercara - no me acordaba de la chaqueta.

-Hombre, si tu quieres me la puedo quedar eh -bromeó, lo que causó que el otro riera.

-La cuestión es que he venido para preguntarte una cosa.

-¿Qué quieres? 

-No hace falta ser tan borde -replicó el otro- bueno, quieres ir a dar una vuelta algun día?

-¿Uy, Louis Tomlinson me esta pidiendo una cita? -se burló alzando las cejas excesivamente. 

-Tio baja esos humitos -aconsejó.

-Vale vale -aceptó- ¿mañana?

-No puedo.

-¿El sábado por la tarde?

-No puedo -negó con la cabeza.

-Bueno, ¿y cuando puede el rey? -preguntó con ironía.

-El viernes.

-¿El viernes? -inquirió sorprenido. Louis asintió -¿pero no vas con tus amigos?

-Puedo hacer una excepción.

¿Y qué si no me arrepiento? L.SWhere stories live. Discover now