i did something bad

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TW // abuso sexual

Disclaimer: este capítulo contiene en su parte final contenido muy delicado para algunas personas, se ruega discreción al leer


🐰🐶

Tan pronto como abrí los ojos aquella mañana recordé con un dolor punzante en la parte trasera de mi cabeza todo lo que había hecho la noche anterior. No era de la resaca, pues nunca sufría de ellas, y además lo había vomitado todo.

Parpadeé una, dos veces permitiendo a mis ojos resecos acostumbrarse a la luminosidad de la habitación, y miré a mi alrededor. De nuevo en una cama que no era mía, en una habitación que no me era familiar, en una casa que no conocía.

De repente, una mano cayó muerta en mi cara. Me asustó y salté de tal forma en el colchón que en un visto y no visto estaba besando el frío suelo con el culo.

Aullé y mi cabeza retumbó en consecuencia. Sobre la cama Haechan gruñó y el colchón crujió cuando su cabeza se asomó unos segundos después para mirarme en el suelo.

—¿...Mark? Ah, no, eres —dijo con desdén. Sus ojos pegados se abrieron con lentitud unos segundos para examinarme y después se volvió a recostar en la cama sin mayor interés.

No tuve que esperar mucho rato para volver a vislumbrar el nido de pájaros en su cabeza, y sus ojos ahora plenamente despiertos:

—¿Follamos anoche?

—¡No! —escupí. Mi voz salió ronca y me raspó la garganta, sumándose al dolor de culo y de cabeza, y signo de que anoche me lo pasé demasiado bien. Mis mejillas se calentaron. En realidad me sentía como si me hubiera pasado una apisonadora por encima, todo mi cuerpo se resentía con cada movimiento.

—Ah, menos mal. Jo, no me acuerdo de nada...

—Mejor —pensé y dije también en voz alta.

—¿Por qué? ¿Pasó algo interesante? —se incorporó sobre sus codos y me dedicó una sonrisa torcida cargada de fingida inocencia. Debería haberlo recordado ya.

Miré hacia otro lado.

—N-no.

—¿No? Entonces... ¿puedo ver tus rodillas? —preguntó de la nada.

—¿Mis rodillas? —Le miré confuso, y después levanté la tela del pijama revelando la zona. Jadeé, llevando mis manos a la piel que comenzaba a adquirir un color amoratado. Presioné en un punto sin creer que era real, y se tornó amarillo—: ¡Au!

—¡Lo sabía, no ha sido un sueño! —clamó riendo como un loco— ¡Se la chupaste de verdad!

—¡Shhh! ¡Cállate, por Dios! —bajé la tela deprisa, como si con ello pudiera borrar toda la evidencia. Me llevé las manos a la cara, las imágenes aún vívidas tras mis párpados. Haechan a mi lado comenzó a saltar y a gritar sobre la cama, empeorando el dolor palpitante de mi cabeza. Demonios, ¿de dónde sacaba la energía tan temprano, si hace cinco segundos parecía que iba a hibernar?

—¡Lo hiciste! ¡Lo hiciste! Estás rojo como un tomate, eso significa que lo hiciste—se sentó en el colchón con la ilusión brillante en los ojos—. ¡Dios, por fin te dejas llevar un poquito!

—Bueno, ¡¿y qué?! No te hagas tantas ilusiones, odié cada minuto —mentí.

—¿Ehh? ¡Mentira! ¿Por qué?

—¡Porque... ese no era yo! ¡Estaba borracho, no sabía lo que hacía! ¡No podía pensar con claridad!

—¡Istibi birrichi, ni sibii li qui hicíi! No pasa nada, Jaemin. Puedes admitir que te gusta chuparla, no te voy a juzgar.

My First And Last | NominWhere stories live. Discover now