Levitating

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(TW // ligero abuso sexual)


🍹🍸

—No veo cómo esto va a ayudarme. No quiero liarme con tías.

Tirité, arrepintiéndome por momentos de haberme puesto solo una cazadora de cuero y una camisa fina con la rasca que estaba cayendo aquella noche. Si mañana amanecía sin dolor de garganta iba a ser un milagro.

El ahora pelirosa soltó una risotada teatrera.

—La cosa es que con tías, precisamente tías, no te vas a liar, Jaemin.

Continué caminando, mirando al suelo y sin entender. Entonces caí en la cuenta y mis pies me detuvieron en seco. Giré hacia mi amigo, que me miraba con una sonrisa torcida llena de malas intenciones, y se lo dejé muy claro:

—No. Sea lo que sea que estés pensando, no va a suceder.

Fruncí el ceño y él solo siguió caminando a mi lado con su estúpida sonrisa y su estúpido pelo rosa, irritándome aún más.

—Vaya. Al final resulta que tienes cerebro ahí dentro y que lo usas.

Golpeé su hombro con falsa rabia, y un pequeño alarido de dolor escapó de sus labios.

—¿Cómo me voy a liar con un hombre en una discoteca? ¿Estás loco? —espeté.

¿Cómo iba siquiera a liarme con un hombre...?

Giramos la esquina, él guiándome un par de pasos por delante, y ante nuestros ojos apareció nuestro plan para aquella noche, propuesto por Haechan. Era aquello o Grindr, según él. La cola en la entrada no era demasiado larga, algo que al menos me hizo suspirar congelado de alivio. No nos íbamos a congelar esperando mucho tiempo.

—Aquí no vas a tener que preocuparte mucho por eso —me contestó manteniendo aquella sonrisilla que me ponía de los nervios. Ahora que estábamos más cerca, mis ojos echaron un rápido vistazo a la gente esperando para entrar, y algo no me terminó de encajar.

Hasta que la bombilla multicolor se iluminó en mi cabeza, y por segunda vez me detuve en medio de la acera, aún más incrédulo que antes.

—¿Me has traído a una discoteca gay? —pregunté esperando que fuera una broma. Una broma mala. Él se encogió de hombros y asintió, sin darle mayor importancia.

—Les decimos "de ambiente", pero como prefieras.

—...No pienso entrar ahí. Por dios, Haechan, que no pienso entrar ahí.

Rodó los ojos.

—Me pediste ayuda con tu problema de calentura y aquí tienes la ayuda, Jaemin —señaló en dirección de la discoteca—. ¡Pero no te vayas, espera hombre!

Me detuvo agarrándome por el brazo cuando ya llevaba media calle de vuelta hacia la parada de metro de la que habíamos salido.

—No tienes que liarte con nadie si no quieres, solo entra conmigo e imagínate que estás en una disco para hete-, het- —fingió una arcada—, ugh, no puedes obligarme a decirlo.

—Heteros —puse los ojos en blanco. Era tan dramático.

—Eso. Bueno que entres, que seguro te lo vas a pasar bien, ¿o me vas a dejar solo?

Haechan pestañeó poniéndome ojitos para persuadirme, o por lo menos lo intentó, porque más que ternura y pena me provocó náuseas. Retrocedí un paso, firme en mi postura.

—No quiero.

—Dios, mira que eres cabezón —se cruzó de brazos—. Te invito a una copa si entras, sé que no traes mucho dinero.

My First And Last | NominWhere stories live. Discover now