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Buenas florecillas!!! Espero que disfrutéis del capítulo y si no se alcanza el reto que propuse en Instagram pues nos vemos el lunes!! Si se alcanza habrá más capítulos extras :P

¡¡Está en vuestras manos!!

Por suerte el vehículo de Nicola se cerraba completamente con techo plegable y había decidido usarlo tras salir del teatro, así que el memo de Joan no podía vernos nítidamente a pesar de saber que estábamos dentro

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Por suerte el vehículo de Nicola se cerraba completamente con techo plegable y había decidido usarlo tras salir del teatro, así que el memo de Joan no podía vernos nítidamente a pesar de saber que estábamos dentro.

Esperaba que aquella detención fuera solo una advertencia de que nos estaba viendo y pasara de largo, pero si creía que ese espécimen tenía educación es que estaba muy equivocada al respecto. Por si el ruido del motor de su moto no era suficiente, golpeó con los nudillos el cristal de la ventanilla de Nicola.

—Lo que me faltaba... —susurré en un quejido casi inaudible.

—No te preocupes, me ocupo yo —contestó Nicola mientras bajaba la ventanilla pulsando un botón de su puerta—. Buenas noches, Baker —dijo dirigiéndose a él por su apellido, algo que me resultó extraño teniendo en cuenta que eran buenos amigos.

—Verdini —dijo quitándose el casco y apoyándolo sobre la moto—. Andrea es tarde, así que entra en casa. —Fue toda su respuesta.

—Entraré en casa cuando me de la real gana, no cuando tú me lo digas.

¿De verdad iba a seguir con ese rollo medio paternal controlándome?

—Será mejor que escuches a tu hermana, Baker. Ya es grandecita para saber lo que tiene que hacer.

No es que quisiera que me defendieran ni mucho menos, pero el hecho de que Verdini saliera en mi defensa me consolaba y me hacía creer que no estaba sola.

—Tú mejor cállate —soltó así sin más, como si creyera que tenía derechos sobre los demás.

—¿O qué?, ¿Me vas a pegar?, ¿Ahora la proteges? No parecía interesarte lo que fuera de ella un par de meses atrás... —La voz de Nicola era altiva, seguro de si mismo y de sus palabras.

Vi que Joan chasqueaba la lengua como si estuviera controlando sus impulsos. No hacía falta ser un genio para saber que estaba apretando los puños. Odiaba que le llevaran la contraria y más aún que se revelaran ante una de sus órdenes.

«Pues ve aprendiendo guapito de cara» sonreí en mis adentros.

Para mi absoluto desconcierto vi que se bajaba de la moto y dejaba el casco apoyado en ella. Creí que de verdad lanzaría un puñetazo a Nicola de un momento a otro, pero no lo hizo, sino que rodeó el coche por detrás hasta llegar a mi puerta y la abrió sin miramientos mientras hacía un ademán con la cabeza indicándome que entrara en casa.

¿Es que no se daría por vencido?

Estaba claro que no. No se marcharía de allí mientras yo estuviera.

—Con esto solo vas a conseguir que te odie más —recalqué quitándome el cinturón de seguridad y antes de bajar del asiento me giré hacia Nicola con la súplica en los ojos. Si no fuera porque conocía demasiado bien a Joan, saldría pitando de allí hacia el no volveré a salir contigo nunca más.

Por más que quisiera Joan no se marcharía y eso era algo que Nicola también había comprendido.

¿Por qué se tenía que salir siempre con la suya de una forma u otra?

—Te veo mañana, cariño —indicó antes de inclinarse sobre mi y robarme un fugaz beso.

No sentí ninguna emoción cuando lo hizo y me frustré aún más porque sabía que la razón era ese idiota que me observaba concienzudamente. ¿Quién podía dejarse llevar o disfrutar de un beso con la presión constante en la nuca?

Cuando salí del coche ni tan siquiera le miré, sino que me fui directamente a casa enfadada, cabreada, indignada, completamente enfurecida con él y sintiendo que un fuego atroz me quemaba por dentro llenándome de una rabia incontrolable.

¿Hasta cuando iba a tratar de dominar mi vida?, ¿Hasta donde pretendía llegar con todo aquello?

Iba a entrar en mi habitación, solo que no lo hice, por primera vez en mi vida sin que fuera para dejarle la colada sobre la cama entré en su habitación a oscuras, ni tan siquiera me detuve a darle al interruptor, me bastaba con la luz que se filtraba en la habitación a través de la calle. Su equipo de música, el ordenador y la videoconsola estaban en la misma mesa que hacía esquina de su dormitorio, así que con esas me dirigí hasta allí e importándome un cuerno todo lo empujé hasta que cayó al suelo formando un auténtico estruendo sonoro. No contenta con eso me dirigí hacia su armario y comencé a tirar la ropa arrancándola de las perchas conforme se rompían o saltaban muchas de ellas.

No sabía cuanto tardaría en llegar, de hecho tampoco me importaba que me pillase en su habitación haciendo aquello puesto que sabría que había sido yo la causante de tal estropicio. Me tenía harta, cansada y hasta las mismísimas narices de su prepotencia creyendo tener derechos sobre mi, actuando como hacía e incluso propasándose para conseguir su objetivo. Estaba completamente enfurecida y no solo por querer romper la relación que tenía con Nicola, sino por haber provocado que se filtrara en mis pensamientos sin que yo pudiera sacarlo.

Le odiaba. ¡Le odiaba con toda mi alma!

Antes de que lanzara la última prenda, sentí como me agarraban de la cintura elevándome del suelo y supe que sería él. Tampoco se había molestado en prender la luz, sino que la habitación seguía a oscuras, pero era evidente que sabía lo que estaba haciendo allí.

—Quieta —me dijo cuando intenté escapar de su agarre.

Me revolví. No quería tenerle cerca. No quería sentir ni su cercanía, ni su olor y mucho menos percibir su aliento. Eso provocaba demasiadas sensaciones confusas.

—Suéltame ahora mismo o grito —contesté en el tono más frío que me fue posible.

—Grita si quieres, no te pienso soltar —respondió dejándome atónita mientras trastabillaba en mi intento de librarme de él y ambos caímos al suelo sobre aquel montón de ropa.

—Grita si quieres, no te pienso soltar —respondió dejándome atónita mientras trastabillaba en mi intento de librarme de él y ambos caímos al suelo sobre aquel montón de ropa

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Andrea y sus neurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora