Peaky Blinders oneshots

Alfie Solomons

Título: Lush

Pareja: Alfie x Lectora

Autora: sopxhiea

Link de la historia: https://sopxhiea.tumblr.com/post/637413307359313920/lush

Resumen: Alfie se encuentra en una fiesta en una escuela de acabado que enseña a las mujeres cómo ser correctas en todos los sentidos del mundo, pero una rara joya de una joven salvaje llama su atención.

"Lo siento, ¿se supone que eso me debe impresionar?"

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Oro y seda.

Está en las paredes, recubierto con capas de pintura brillante mientras la luz se refleja en las cortinas de seda. Está sobre las mesas, docenas de botellas de champán descansando sobre el mejor material de seda mientras la dulce música clásica llena las paredes de mármol. El lugar apesta a lo elegante y sus extravagantes perfumes.

Alfie se acercó con fuerza a la ocasión.

Miriam, la anciana que agradece las donaciones de Alfie a la comunidad, había decidido que era hora de que el hombre hiciera más apariciones públicas. Había obligado al hombre gruñón a incorporarse a la multitud y a la elegante salida como una forma de diversificarse hacia el resto de la comunidad para los judíos.

La noche está organizada por un grupo de ancianos de la comunidad inglesa para la nueva escuela de mujeres que se abrió a la vuelta de la esquina. Es fácil reconocer a sus alumnos, todos ellos vestidos correctamente, ya que reciben a tantos invitados como pueden. Las jóvenes están por toda la habitación, sus lujosos vestidos fluyen alrededor de sus piernas mientras muestran sus más amables sonrisas a la gente alrededor.

Excepto tu.

Accidente, destino o mala suerte. Fue uno de los tres que te había llevado a terminar en dicha escuela. Aparentemente, no eras una dama adecuada y también carecía de la capacidad para actuar según tu edad, o eso te habían dicho después de trepar a un árbol con tu amigo para poner tus manos en la fruta con la que tan gentilmente te había bendecido.

No te molestó en lo más mínimo, pero ahí estabas ahora, de pie en una habitación llena de burguesía con un vestido delgado confeccionado por una de las sirvientas que trabajaba para la casa en la que te quedaste. A diferencia de todos tus otros compañeros de clase, tu cara es sin sonrisas y lo único que sale de tus labios son comentarios sarcásticos.

Annabelle, que también es tu profesora de etiqueta, te pellizca los brazos de vez en cuando para que actúes correctamente o para que te calle, pero no funciona. Sabes que sus movimientos bruscos seguramente crearán moretones en tus brazos, pero no te importa, odias cada momento del evento forzado.

Eres extraña, naturalmente.

Aunque estás vestida adecuadamente con joyas finas y guantes de seda, tu risa falsa no llena el aire. Estás de mal humor, casi, mientras escuchas a uno de los ancianos hablar sobre sus negocios con tus amigos y contigo mientras estás parada.

La multitud está formada por mujeres con hombres ricos en brazos, justo lo que tu tío quería que fueras cuando te puso en la escuela hace dos meses. Llevan sus mejores vestidos, la mayoría de sus cabellos se mantienen en forma corta mientras se pegan sonrisas en sus caras cubiertas de pintura, las uñas pintadas con colores vibrantes mientras se ríen de una broma estúpida que hacen los ricos.

Y ahí está él.

No se destaca, solo cuando logras observarlo un rato. Lleva un traje muy parecido a todos los demás en la habitación, pero hay algo rudo en él, algo rudo cuando miras al hombre ancho. Tiene a una anciana en su brazo, ella habla sin parar mientras sus ojos vagan por la espaciosa habitación.