Capítulo n°18: ¿Sabes cuánto te amo?

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Advertencia: Este capítulo contiene contenido sexual explícito [+18], por lo que se ruega discreción.

Precaución: el siguiente capítulo presenta violencia física y psicológica, además de autolesiones. Se ruega por favor recordar que esto es solo ficción. Si es que estás viviendo un proceso similar, donde veas las autolesiones como una solución, por favor, no dudes en acudir a un psicólogo, a tus padres o a tus amigos, o a cualquier persona que te apoye en este camino arduo que es la depresión, o cualquiera de tus problemas, por más mínimos que los veas.

Nunca estás sola, solo recuerda que siempre podrás encontrar a alguien que te ayude.

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Era viernes, y Jumin había llegado a la hora de la cena a casa. Venía cansado después de una jornada laboral extensas, de varias reuniones interminables. Siempre el trabajo se hacía más pesado para todos cuando faltaba un directivo, debido a que las firmas las tenía que realizar él, además de revisar que todo estuviese en orden, tal como lo pidieron. Pero debía acostumbrarse a que Melissa viajase, considerando que su trabajo tenía relación con las filiales de C&R en el mundo.

Sin embargo, cuando llegó a casa se encontró con una imagen que lo conmovió por completo. En el sillón de la amplia sala, Crystal se encontraba leyendo con una copa de vino en una mano, y acariciando a Elizabeth III con la otra. La pequeña gatita se encontraba durmiendo en las piernas de su esposa, y ella la acariciaba suavemente, y la observaba de vez en cuando con una sonrisa dulce. De fondo, resonaba en la estancia una melodía de piano que Crystal había puesto, que sonaba junto con un violonchelo. A veces ella llevaba el ritmo con la copa, meciéndola, pero lo hacía de manera inconsciente, porque estaba concentrada en su lectura y en Elizabeth III.

Jumin se acercó a ella, observándola en silencio. Observaba el vaivén de la copa, el movimiento involuntario de sus pies que marcaban tenuemente el paso. La melodía era clásica, suave, ligera para acompañar la lectura. No era demasiado rápida, ni demasiado lenta, hasta que de pronto el piano aumentaba el ritmo, ascendiendo en la escala a sonidos más agudos, y el violonchelo acompañaba aquellos sonidos. Jumin sonrió al observarla. Por más que ella decía que no sentía la música, su interior no podía olvidarse de ella. Por más que intentara decir que no existían movimientos en ella, sí lo había en su interior. ¿Cómo ayudarla a que volvieran a salir?

De pronto, ella salió de su ensimismamiento cuando la melodía terminó, y observó que Jumin estaba de pie con una sonrisa embobada. Él se acercó en silencio ante ellas, y se arrodilló a su lado, sorprendiéndola por su actuar.

- ¿Sucede algo? - preguntó ella, sin comprenderlo. Jumin besó su mano, y también le dio un pequeño beso a la gatita blanca que se estiró lentamente en el regazo de su esposa.

- Esta semana ha sido muy intensa. ¿Vamos de viaje al lago? - le preguntó con un brillo en los ojos. Crystal lo miró sorprendida.

- Jumin, ¿no crees que es un poco repentino?

- Puede ser. Pero nos merecemos un descanso. Vamos, arregla tus cosas, yo llamaré al chofer Kim y al personal de la pequeña residencia para que esté limpia a nuestra llegada. Tendré que pedirle a la cuidadora de Elizabeth III que venga esta noche. - Jumin se puso de pie, sacando el celular de su bolsillo, y dejando el maletín en otro sillón a un costado. Crystal aun no daba crédito al impulso de su esposo. ¿Estaba hablando en serio?

- ¿No es muy tarde para eso? - preguntó.

- ¿Tarde para escapar un rato de la ciudad? No lo creo. Solo vamos. - él le extendió una bonita sonrisa, y a ella no le quedó nada más que aceptar.

Can we love forever? «Mystic Messenger» [Parte II "D.S.T" y "C.L"]Where stories live. Discover now