Can we love forever? «Mystic Messenger» [Parte II "D.S.T" y "C.L"]

Capítulo n°6: Our souls at night

En el momento en que pisaron suelo parisino, la prensa los siguió. Pero no importaba, ellos estaban acostumbrados. Tomados de la mano, y Crystal luciendo un elegante vestido junto con lentes de sol, avanzaron tranquilamente entre la multitud y los flashes, además de las preguntas contantes, aunque supusieron que irían a pasar una segunda luna de miel ahí. Crystal les sonreía amablemente, pero habían decidido no hablar con la prensa durante toda su estancia.

Seung los seguía como de costumbre, vigilando la seguridad del lugar, y el haber previsto la prensa contratando a varios guardias en su llegada. Finalmente, tomaron un nuevo auto, hasta el lugar que sería su estancia por tan solo unos días.

Jumin tenía previsto un itinerario interesante para ambos, y aprovecharía la estancia en el país para realizar un montón de cosas que sabía que le gustarían a su esposa, considerando que ella jamás había estado en Francia y que podría mostrarle el país entero. Además, incluso previó la semana en que se incluirían Saeyoung y Melissa, agregándolos a planes que sabía que ellos disfrutarían.

Muchas personas podrían criticar la actitud de Crystal, de dejarse llevar tan a ciegas por Jumin, de no detenerlo, sin embargo, lo que ella precisamente amaba de su esposo es que él se preocupara de todos los detalles. Tenía muy en claro cuáles eran sus gustos y ella solo se dejaba mimar por él, porque sabía que esa era la forma en que él tenía de demostrar su amor: anteponiéndose a cualquiera de sus necesidades, aunque estando atento por si surgían algunas nuevas.

Habían querido festejar su renovación de votos en una fecha donde en su segunda luna de miel no estuviese atochado de tanta gente, pero que de todas formas pudiesen disfrutar del clima veraniego sin saturarse. De esta forma, lo escogieron al final del verano y a inicios de otoño, cuando aun el sol conservaba un cálido abrazo, pero sin molestar demasiado.

Cuando se bajaron del auto, y caminaron del hotel, Crystal se encontró con una gran sorpresa. El hotel no solo estaba ubicado cercano a la torre Eiffel – que lucía de maravillas a esa hora de la mañana – sino que Jumin, para variar, no había escatimado en gastos. El hotel no solo era lujoso, sino que suntuoso. El vestíbulo estaba cubierto de mármol blanco desde el suelo hasta el techo, y brillaba tanto que Crystal podía ver su propio reflejo. Las paredes estaban tapizadas de tela color rojo vino, con delicados adornos color dorado. Los amplos ventanales hacían que los adornos dorados brillasen a la luz de día. Las paredes tenían cuadros de pintores famosos, pero no estaban sobrecargados.

Crystal miraba todo con los ojos bien abiertos de estupefacción, extasiada con tanta belleza. Caminó un par de pasos sin darse cuenta, mientras giraba para observarlo todo, e incluso hasta el techo que estaba repleto de cristales labrados. El botones se acercó a Seung y un ayudante que traía el par de maletas del matrimonio, saludándolos con profesionalismo. Se dirigió al matrimonio en la lengua materna de ambos, a pesar de que no podía dejar de lado su acento francés, pero aun así se expresaba sin dificultad.

Jumin le sonrió, y comenzó a hablarle en francés, indicándole el número de habitación, sin detenerse en recepción, ya que no era necesario para una persona como Jumin, quien incluso había dispuesto una habitación en el mismo piso para que Seung pudiese realizar su trabajo. Crystal quedó boquiabierta por el manejo del francés de Jumin, escuchándolo embobaba como hablaba la lengua de amor.

- ¿Vamos? – le preguntó él, viendo que ella no reaccionaba, tendiéndole la mano.

Crystal asintió rápidamente con la cabeza, tomando su mano para subir por las escaleras hasta la última planta. Era un hotel de solo tres pisos, y por supuesto, la última planta era la que tenía las habitaciones de lujo. Crystal recorría con la mirada todo el lugar, completamente fascinada con cada uno de los rincones adornados con delicadeza, sin ser sobrecargado. El hotel conservaba su lujo en la simpleza y elegancia que desplegaba, y eso se dejaba ver en todas partes.