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Narra Amelia

Las siguientes semanas pasaron sin mucha novedad, venía a la universidad, veía a Luisita casi todos los días y estudiaba ya que los exámenes finales estaban a un mes. Llegué a clase y ya estaba Marina sentada como siempre. La clase me encantaba y pasó bastante rápido.

- Chicos, tengo que daros una noticia. Ya han salido las personas aceptadas para los intercambios a Europa del año que viene, dejo la lista al fondo de la clase y así lo podéis mirar – dijo la profesora.

Ya no me acordaba de ello, yo pedí un intercambio a Paris, siempre me ha fascinado la literatura francesa y tengo la ventaja de hablar el idioma, pero todo eso era antes de conocer a Luisita, ahora no sé si querría irme. Me acerqué junto con Marina y miré la lista, estaba aceptada. No sabía si alegrarme o ponerme triste.

- Eyyy, háblalo con ella antes de tomar ninguna decisión, siempre has querido ir – me dijo Marina.

- Lo sé, pero antes no la tenía a ella, no podría estar un año sin verla – le dije yo.

- Bueno no te precipites y habladlo – me aconsejó Marina.

Fui al resto de clases, pero no podía sacarme de la cabeza el tema. Antes de conocer a Luisita estaba segura de que quería irme de erasmus. Me encantaba la cultura de allí, podía usar su idioma y sin duda era una gran oportunidad para mi currículo el hecho de haber cursado un año en otro país. Además, desde allí, podría viajar y visitar muchas ciudades y lugares nuevos. Sin embargo, no me imaginaba mi vida sin Luisita y no podría estar un año sin ella o con el riesgo de perderla. Ya no había ninguna duda de que estaba total y completamente enamorada de ella, así que decidí mandarle un mensaje.

- "Amor necesito hablar contigo, sé que estamos liadas con los exámenes y demás pero es importante, ¿puedes esta tarde?"

- "Claro, pero no me asustes que un "necesitamos hablar" nunca es bueno, ¿vienes a mi casa?" – me preguntó.

- "No te preocupes tonta, sí, en una hora estoy allí"- le contesté.

Cogí el tren y me fui para la casa de Luisita. Llegué y llamé a la puerta y en un segundo ya tenía a Luisita abriéndola.

- Pasa – me dijo, dándome un beso. Yo entré y fuimos al sofá.

- Venga, suéltalo, me vas a dejar... ya no me quieres, ¿he hecho algo? – empezó a divagar Luisita, pero la interrumpí.

- Eyyy, no has hecho nada y no te voy a dejar – le dije mirándola a los ojos.

- Ohhh – suspiró de alivió y yo me reí – eyy no te rías que no sabes la de cosas que se me han pasado por la cabeza desde que me has mandado el mensaje.

- Lo siento amor – le dije con carita de buena – es solo que antes de conocerte yo pedí un intercambio a Paris para el año que viene, siempre ha sido uno de mis sueños y hoy han dado los resultados y me han aceptado.

- Eso es increíble cariño – me respondió Luisita.

- Sí, pero ahora te tengo a ti y yo no puedo estar un año separada de ti, no puedo aceptarlo – le dije.

- Claro que puedes y lo harás – me dijo Luisita.

- No Luisita, yo no me puedo ir un año y dejarte a ti aquí, estoy completamente enamorada de ti y prefiero estar aquí contigo que un año sola allí sin ti – le dije yo sinceramente.

- ¡Ohhhh! Eres tan adorable – me contestó dándome un beso – pero vas a ir igual y no vas a ir sola.

- ¿Con quién voy a ir? – le pregunté yo desconcertada.

- Pues conmigo con quién va a ser – dijo ella con una sonrisa de oreja a oreja.

- ¿En serio? – le pregunté yo, no podía salir de mi asombro.

- Sí, yo también pedí un intercambio allí entre otros sitios, me fascina la música de allí y creía que era una gran oportunidad para coger influencias y aprender muchas cosas nuevas. Además de que había estudiado el idioma desde el colegio. Hoy nos dieron los resultados en mi carrera también y cuando vi que me aceptaron, ni me planteé ir, jamás te dejaría marchar con lo que me ha costado encontrarte, pero parece que el destino tenía otros planes para nosotras.

- ¿Nos vamos a Francia? – le pregunté yo.

- Contigo al fin del mundo si hace falta – me dijo mientras se lanzaba a mis brazos.

- Nos vamos a Paris – repetí yo, no me lo podía creer.

- Luisita, ¿esto es real? ¿te imaginas tú y yo viviendo juntas allí? – le pregunté.

- Claro que me lo imagino y será real, tenemos todo el verano para ir preparándolo. Además, podremos aprovechar para viajar y conocer toda Francia, incluso podremos ir a visitar otros países cercanos – me dijo ella ilusionada.

- Eso no lo dudes, conoceremos Francia mejor que los propios franceses y comeremos muchos crepes — contesté yo.

- Ohhhh Amelia, con eso no se bromea, ahora lo primero que tienes que hacer es llevarme a comer crepes – me dijo Luisita con voz de niña pequeña.

- Yo te llevo a donde tú quieras mi vida – le respondí, mientras cogía a Luisita y la abrazaba fuerte contra mí.

Era perfecto, había pasado de tener miedo por tener que elegir entre mi futuro y el amor de mi vida a tenerlo todo junto. Luisita y yo en Paris, las dos solas, viviendo juntas, descubriendo nuevos lugares juntas y creando nuestro futuro juntas. Estaba tan feliz que no podía borrar la sonrisa de mi cara. Separé a Luisita de mi abrazo para poder besarla, necesitaba su contacto en estos momentos. Comencé a besarla suavemente, quería perderme en ella. Hacía apenas unos meses que nos conocíamos y se había convertido en todo mi mundo. Estoy completamente segura de que es el amor de mi vida, nunca antes había sentido nada parecido a lo que siento por ella. Desde el minuto uno cuando nos conocimos teníamos una conexión especial y ahora lo único que ha hecho es hacerse aún más fuerte, hasta el destino pone de su parte para ayudarnos.

¿Cuánta probabilidad había de que Luisita y yo hubiéramos pedido un intercambio las dos a la misma ciudad y al mismo país? Posiblemente muy poca, pero ha ocurrido.

Con toda la gente que frecuenta nuestra estación de tren a esas horas de la mañana, ¿Qué posibilidad había de que las dos chocáramos? Prácticamente ninguna, pero ocurrió.

Después del choqué, ¿Qué probabilidad había de que coincidiéramos en una disco y yo fuera a bailar con ella simplemente viéndola de espaldas? Muy pocas, pero pasó.

Con toda la gente que hay en la universidad y después de lo que pasó en la fiesta, ¿Qué posibilidad había de que coincidiéramos en el mismo tren varias veces? Una pequeña posibilidad, y por supuesto, se hizo realidad.

Y aparte de todo esto, ¿qué probabilidad había de que nuestras mejores amigas se conocieran y gracias a ellas, coincidiéramos en una fiesta? Seguramente muy poca también, y aun así, ocurrió.

Nuestra vida está llena de choques, conexiones y vueltas del destino, pero todo ello, nos ha unido y no vamos a dejar que nada nos separé.

FIN

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Bueno pues la historia llega hasta aquí. Gracias a todas las personas que la habéis leído. Como ya avisé es una historia bastante simple, azucarada y sin mucha trama, pero adaptarla me ha servido para revivir muchas cosas y mejorar otras (creo). Queda un pequeño Epilogo que publicaré ahora 💜

Choque de trenes || LuimeliaWhere stories live. Discover now