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Narra Luisita

Estas semanas se me habían pasado volando, venía a la universidad ensayaba para el festival y veía a Amelia cuando podía. Vamos, todos los días porque ya no podía estar sin sus besos y sin verla aunque fuera un segundo al día. Mañana era el festival, estaba un poco nerviosa primero porque cantar ante tanta gente siempre imponía mucho respeto y segundo porque al final, iba a cantar una canción que yo misma escribí para Amelia y se la quiero dedicar. No sabía cuál iba a ser su reacción y eso me tenía muy nerviosa. Estaba en casa ensayando la canción por decimoquinta vez pero quería que todo saliera perfecto.

- Luisita, te sale increíble y a Amelia se le van a caer las bragas allí mismo viéndote, además aún no te ha oído cantar ¿no? – me preguntó Lourdes.

- No Lou, pero tiene que salir todo genial, ¿tú como lo llevas? – le pregunté.

- Pues perfecto, como todo lo que hago – me dijo riéndose.

- Nos va a salir genial, ¿verdad? – le pregunté con miedo.

- Claro, tonta, ven aquí – me dijo mientras abría los brazos para darme un gran achuchón.

Tras ensayar unas cuantas veces más, decidí irme a mi habitación y meterme en la cama. Quería descansar bien ya que mañana era el gran día y desde por la mañana teníamos que preparar todo, el escenario, los instrumentos y todo lo necesario para que se pudiera llevar a cabo, aunque el festival era por la tarde. Estaba ya dispuesta a dormir cuando recibí una llamada de Amelia.

- Amor, ¿qué tal? – me dijo

- Bien, estoy un poco nerviosa por mañana – le contesté.

- No tienes que estarlo, estoy segura de que todo va a salir perfecto – me dijo

- ¿Estarás allí? – le pregunté

- Claro, no me lo perdería por nada del mundo ya que aún no has querido cantarme, tendré que ir a verlo – me dijo ella

- Tonta... - le contesté - ¿tú qué tal?

- Todo bien, harta de estudiar pero bien, ya sabes que tenemos los finales a la vuelta de la esquina – me dijo.

- Que me vas a contar – le contesté yo.

- Bueno cariño descansa y mañana te veo antes del festival para desearte suerte – me dijo ella.

- Buenas noches, amor, que tengas dulces sueños – me despedí.

Colgué y caí en un profundo sueño toda la noche. Me desperté sobresaltada por la alarma y me fui a la ducha directa para arreglarme. Tardé una hora en estar lista, bajé al salón y allí estaba Lourdes.

- Buenos días, guapa, ¿qué tal amaneciste? – le pregunté.

- Bien, ahora estoy un poco nerviosa la verdad – me dijo.

- No me puedo creer que la gran Lourdes esté nerviosa – le dije yo de broma.

- Oh cállate, señorita compongo y voy a dedicar la canción a mi novia ante cientos de personas – me contestó ella.

- Golpe bajo Lourdes, que me muero aquí mismo – le respondí.

- Anda coge la guitarra y vámonos a la uni antes de que pensemos las cosas más – me dijo ella.

Eso hice, cogí todo lo necesario y nos fuimos de camino a la universidad. Estuvimos toda la mañana preparando todo lo necesario, el escenario, la decoración, los instrumentos, el sonido. Todo parecía estar perfecto y listo para esta tarde así que Lourdes y yo fuimos a comer algo a la cafetería. No quería pensarlo mucho porque si no, no sería capaz de ingerir ni un ápice de comida debido a los nervios, pero ahora mismo, no parecía afectarme. Me pedí un trozo de pizza y Lourdes una hamburguesa y nos sentamos en una de las mesas a comer. Cuando terminamos, íbamos a levantarnos, pero vi llegar a mi preciosa novia junto con Marina.

- Buenas chicas, ¿qué tal esos nervios? – dijo Marina.

- Bien, controlándolos cómo podemos – contestó Lourdes.

- Cariño, ¿cómo lo llevas? – me preguntó mi novia mientras me daba un beso.

- Bien, nerviosa, pero bien – le dije.

- Luisita, tenemos que irnos ya, queda una hora y quedan por preparar los últimos detalles aún – me dijo Lourdes.

- Lo sé, luego te veo amor. Desde el escenario... – le dije a Amelia.

- Mucha suerte, aunque sé que no la necesitas y me muero por escucharte ya – me dijo Amelia mientras me daba un gran abrazo.

- Mucha suerte, chicas – nos deseó Marina.

- Gracias – dijimos Lourdes y yo a coro.

Fuimos hacía el escenario y terminamos de ultimar y repasar los detalles de última hora. Este festival era el trabajo final de una de las asignaturas de nuestra carrera y de él dependía gran parte de la nota de la asignatura, por no decir toda. Se podían notar los nervios de todos los alumnos, entre los que nos incluía a Lourdes y a mí. Empezaron las actuaciones de algunos de mis compañeros, la mayoría lo estaba haciendo genial y se estaban llevando los aplausos del público, había cientos de personas viéndolo y cada vez venía más gente que salía de clases y se unía a ver qué era lo que pasaba. Podía ver a Amelia en una de las esquinas del escenario. Llegó el turno de Lourdes que cantó una preciosa canción y puso a todo el público en pie. Yo era la siguiente. Me crucé con ella por las escaleras de subida cuando ella bajaba.

- Lou, lo has hecho genial has tenido a todo el público loco – le dije yo.

- Gracias, ahora es tu turno de dejarles con la boca abierta – me deseó mientras me daba un abrazo.

Llegué al escenario junto con mi guitarra y me acerqué al micrófono.

- Buenas tardes a todos, sé que esta actuación es parte de un trabajo de clase, pero yo quiero aprovechar para dedicarla. Esta canción la compuse para una persona muy especial, que ha cambiado mi vida y que me hace sentir libre, mi novia, Amelia, así que espero que te guste amor.

Toqué los primeros acordes y me puse a cantar con todo el sentimiento y el amor que siento por ella.

Apareces de repente en mi vida
Desordenando sueños
Tirando expectativas...
Y no me queda más remedio que
Rendirme poco a poco y me acomodo
Me haces todo fácil
Sonríes y te quedas
Echas de un soplo todos mis fantasmas

Pongo en calma este cuerpo impaciente
Que te demanda ganas
Y recurro a mis manos
Para saciarme de esta lluvia que provocas
Sin ti la sed me agota

Cruzas la barrera de este inquieto corazón
No queda nada más en esta habitación
Que respirar de ti
Y de lo libre que ahora soy
Rompes el silencio con el roce de tu piel
Si no enciendes la luz yo me cegaré

Hoy necesito encontrarme en tus esquinas
Detenerme en ti un momento

Que no importe si vamos deprisa
Que no te asuste el ruido
Cuando no mire nadie
Si tú vas yo a ti te sigo

Cruzas la barrera de este inquieto corazón
No queda nada más en esta habitación
Que respirar de ti
Y de lo libre que ahora soy
Rompes el silencio con el roce de tu piel
Si no enciendes la luz yo me cegaré

Hoy necesito encontrarme en tus esquinas
Detenerme en ti un momento

Terminé de cantar la canción y sentí como un peso se me quitaba de encima. La gente estaba aplaudiendo como loca y vi a Amelia que se limpiaba un par de lágrimas. Me acerqué al micrófono

- Muchas gracias – dije y me bajé corriendo del escenario.

Allí estaba mi novia esperándome con un ramo de flores.

- Ha sido preciosa Luisita, no sé qué he hecho para merecerte y tu voz dios... quiero que me cantes cada día – me dijo ella – toma son para ti.

- Muchas gracias, son preciosas amor – le dije dándole un beso.

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La canción es Respirar de ti de Vanesa Martín.

Choque de trenes || LuimeliaWhere stories live. Discover now