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Narra Luisita


Después del fin de semana y del intenso interrogatorio que me hizo Lourdes el domingo sacándome todos los detalles de lo que había pasado con Amelia, todo había vuelto a la normalidad, la universidad y demás rutinas diarias. Yo había decidido venir a la biblioteca para ponerme al día con mis trabajos porque en casa no podía concentrarme, lo único que hacía era pensar en Amelia y las ganas que tenía de volver a verla. Aunque esto no sé si estaba funcionando del todo porque mi cabeza viajaba a ella en todo momento aquí también. Necesitaba ir al baño, así que dejé mis cosas en la mesa y me dirigí hacia ese lugar que estaba en la planta de arriba. Cuando bajé, vi que tenía una nota en unos de mis libros abiertos.

"El reflejo de la luz del sol en ti es cien mil veces más fascinante, que su reflejo en la luna. Te espero mañana a las tres en el césped del campus en frente de la facultad de filosofía y letras. <3"

Empecé a sonreír como una tonta. Esto solo podría escribirlo Amelia, es la única que sabe mi fascinación por la luna y después de la conversación que tuvimos el sábado, tenía que ser ella. Empecé a mirar por todos lados a ver si la veía, pero nada. No estaba. Me empecé a poner nerviosa y si no era ella, ¿quién podría ser? Ahora tenía dudas, pero realmente eso solo lo sabía ella, así que tenía que ser Amelia. Puse toda mi fuerza de voluntad en volver a concentrarme y hacer mis trabajos a pesar de que ahora mi mente sí que no podía irse de la nota y de Amelia. ¿Qué tendría preparado para mañana? ¿Y si no fuera ella qué haría? Decidí irme a casa, necesitaba hablar con Lourdes y que me diera sus sabios consejos. Llegué a casa media hora después.

- ¡Lou! ¿Dónde estás? – grité tan alto como pude.

- Aquí en mi habitación, sube y no hace falta que grites tanto que me vas a dejar sorda – dijo Lourdes desde arriba. Subí corriendo tan rápido como pude.

- ¿Por qué tanta urgencia? – me preguntó.

- Mira lo que me han dejado mientras estaba en la biblioteca – le dije entregándole el papel. Lourdes lo leyó con detenimiento - ¿Crees que es de Amelia?

- Obvio que lo es, Luisi – respondió Lourdes con seguridad – ¿quién si no haría esa referencia a la luna?

- No sé, yo también lo creo, pero ya me hace dudar... Ahora estoy nerviosa. ¿Qué crees que querrá? – pregunté con duda.

- Pues verte, seguro que tiene tantas ganas como tú. No le des tanta importancia. Cuando las dos estáis juntas, funciona, no necesitáis nada más – dijo Lourdes de manera tranquilizadora.

- Lo sé, pero de verdad me encanta Amelia y no sé cómo actuar cuando estoy con ella, no la quiero asustar – expuse con preocupación.

- Cariño, tú solo tienes que ser tu misma, eres increíble y a Amelia le gustarás tal y cómo eres – me animó Lourdes.

- Muchas gracias, Lou – le agradecí mientras la abrazaba.

Un poco más tranquila me fui a mi habitación, cogí la guitarra y me puse a tocar. Necesitaba desahogarme un rato. Toqué durante horas y logré relajarme, me di una ducha y me fui a acostar.

Desperté con la luz del sol entrando por la ventana, me sobresalté al darme cuenta de que tenía que arreglarme porque hoy tenía una "cita" con Amelia o eso esperaba. Nunca me ha importado mucho mi aspecto exterior. Normalmente me pongo lo primero que veo en el armario, pero hoy quería estar bien para ella. Fui a pedir consejo a Lourdes, menos mal que ya estaba despierta y me ayudó a decidir en un segundo. Me puse unos pantalones blancos y un top negro. Nada muy especial pero perfecto para el tipo de encuentro que íbamos a tener. Lourdes y yo nos dirigimos a la Uni a última hora como siempre, así que tuvimos que correr para coger el tren. Las clases pasaron super lentas, probablemente porque yo no podía parar de pensar en lo que iba a pasar a las tres o lo que yo esperaba que pasara, pero en cuanto terminaron yo solo quería salir disparada a la calle.

Choque de trenes || LuimeliaWhere stories live. Discover now