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Narra Luisita

El resto de la semana pasó tranquilo. Fui a la universidad, ensayé para el festival y casi todos los días veía a Amelia. Aunque fuera un minuto, pero tenía esa necesidad de verla. Normalmente quedábamos para ir o venir juntas de la universidad. Era una suerte que fuéramos a la misma facultad y también que seamos prácticamente vecinas.

Por fin era viernes y no tenía que ir a clases, pero tenía que preparar la cena para Amelia. No sé por qué, pero estaba nerviosa. Decidí arreglarme e ir al supermercado para comprar todo lo necesario. No tenía muy claro que es lo que le gustaba a Amelia, así que haría lasaña ya que era una de mis especialidades. Siempre me había gustado mucho cocinar y desde muy pequeña había ido aprendiendo gracias a mi madre. Compré todos los ingredientes necesarios para poder elaborar la lasaña, junto con unas fresas y chocolate para el postre y una botella de vino. Volví a casa rápidamente y estaba Lourdes preparando todas las cosas que necesitaba para su presentación de esta noche.

- Luisi, ¿ya tienes todo lo necesario? Ojo cómo cuidas a tu princesa ¿eh? – me dijo Lourdes burlona.

- Sí y sí, quiero sorprenderla Lou, es la primera vez que siento esto por alguien – dije con vergüenza.

- Ya lo sé tonta y me alegro mucho por ti, disfrutadlo esta noche – me deseó Lourdes.

- Lo haremos o eso espero – le respondí.

- Pero, por favor, en tu habitación, no me gustaría que pervirtieras nuestro sofá – me contestó Lourdes con una carcajada.

- Idiota, quizás vayamos a tu habitación – bromeé con ella.

- Oh no, eso sí que no – me avisó Lourdes con cara seria.

- Es broma idiota, además no creo que pase nada – le dije yo.

- Si con lo que estás preparando y el vestido que te vas a poner, no pasa nada, dímelo para que llame a Amelia y le pregunte cuál es su problema – me aseguró Lourdes.

Prefería no pensarlo, solo quería que la cena saliera bien, que pasáramos un buen rato y pudiera conocer a Amelia un poco más. Lo demás se iría viendo. Me puse a hacer la cena mientras escuchaba música tranquilamente. Cuando dejé todo listo solo para meterlo al horno, me fui directa a la ducha. Preparé la mesa bonita, con copas y velitas. Como hacía buen tiempo, decidí ponerla cerca de la ventana para que pudiéramos ver la luna y las estrellas también. Subí a mi cuarto y terminé de arreglarme. Quedaba menos de media hora para que llegará Amelia y estaba que no podía más con los nervios, no podía dejar de pensar en si le parecería demasiado, en si le gustaría todo, en qué iba a pasar esta noche. Intenté relajarme y puse una música bajita de fondo mientras me sentaba en el sofá a esperar. Un cuarto de hora después el timbre sonó, me apresuré a abrir la puerta y allí estaba ella con un vestido rojo precioso, casi tanto como ella. Era la primera vez que la veía con vestido y wow.

- Dios Amelia estás preciosa – le dije mientras dejaba un suave beso en sus labios.

- No tanto como tú – me dijo mirándome de arriba abajo.

Yo llevaba un vestido con estampado de flores que hacía resaltar mi tez blanca, era cortito y tenía un poco de vuelo.

- Puedo saber cuál es el menú – me preguntó Amelia.

- No, realmente no sabía que era lo que te gusta así que he hecho mi especialidad y solo espero que te guste – dije cruzando los dedos.

- No te preocupes a mí me gusta prácticamente todo cuando hablamos de comida – me tranquilizó ella.

Choque de trenes || LuimeliaWhere stories live. Discover now