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Narra Luisita

Como todos los días, iba corriendo a coger el tren de las 8:36. Si lo perdía, llegaría tarde a la Uni otra vez y no podía permitirme faltar a esa clase ni un día más. Corrí como si no hubiera un mañana y cuando estaba entrando a la estación, me choqué con una chica que también corría.

- Perdona, no te vi — me disculpé.

- No te preocupes yo también iba corriendo, pero tengo que coger ese tren sí o sí — me dijo la chica.

Ella levantó la vista y nuestras miradas se cruzaron. Vi que tenía unos preciosos ojos color miel y una gran melena negra y rizada. Me quedé embobada mirándola, pero ella salió corriendo para subir al tren y me di cuenta de que si no corría yo también, lo perdería. Finalmente, aunque casi me pillan las puertas, pude cogerlo. Quizás el día no empezaría tan mal después de todo.

Llegué a clase y me senté en mi banco de siempre, donde ya me esperaba Lourdes con su cara de sueño.

- Mira quién pasa por la puerta, creía que no llegarías hoy tampoco - me dijo ella con ironía.

- Que poca esperanza tienes en mí — le contesté.

Las dos nos reímos, Lourdes era la primera persona que conocí cuando entré en la universidad, y desde entonces, no nos habíamos separado. Las dos estudiamos Artes Escénicas con la especialidad de música, por lo que coincidíamos prácticamente en todas las clases. Se había convertido en una gran amiga para mí y confiaba en ella para contarle absolutamente todo.

- ¿Qué tal ayer con Sebas? — Me preguntó.

- Bien, ya sabes... como siempre

Sebas es un chico con el que estoy saliendo desde hace 5 meses. No es nada demasiado serio, simplemente me lo pasaba bien, pero realmente él no terminaba de llenarme. Me ha pedido varias veces que seamos pareja oficial pero siempre le he contestado que no, que yo no buscaba eso ahora mismo. Es algo que me había pasado desde el instituto. Había salido con varios chicos, pero ninguno había conseguido enamorarme o ilusionarme como le pasaba a la mayoría de mis amigas. Nunca le di mayor importancia, hasta que un día tuve un sueño un poco subidito de tono con una chica. Yo soy de un pueblo muy pequeño y en ese momento ni siquiera se me pasó por la cabeza que me pudieran gustar las chicas, realmente, nunca me había sentido atraída por ninguna antes. Bueno, exceptuando Angelina Jolie o algún que otro celebrity crush que había tenido, pero desde que tuve ese sueño, es algo que no logro sacar de mi cabeza; y el hecho de venirme a la ciudad para ir a la universidad solo había hecho que la cosa empeorara.

En estos momentos me sentía más libre y estaba empezando a fijarme más en las chicas. Lourdes era la única persona que sabía acerca de mis dudas y había sido un gran apoyo desde que me sinceré con ella al inicio del curso. Siempre me aconsejaba que tenía que dejar a Sebas y experimentar con alguna chica ya que es la única forma de saber que era lo que realmente sentía.

- Sabes que tienes que dejarle ¿no? Él está muy ilusionado contigo y tú estás en una fase completamente distinta. Vas a acabar haciéndole daño - me aconsejó Lourdes.

- Yo tengo la conciencia tranquila. Le he dejado claro varias veces que no quiero nada serio con él, además ya sabes que aparte de la gente de la universidad, no conozco a nadie aquí, y con él, lo paso bien — Le contesté.

- En algún momento, esto se va a volver en tu contra, ya verás... Además, tú sabes que deberías salir y conocer a alguna chica interesante, que pueda resolver tus dudas.

- Ayyy Lourdes calla...

Me puse como un tomate, como siempre que acabamos hablando de ese tema.

Choque de trenes || LuimeliaWhere stories live. Discover now