Capítulo 11

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- ¡Se casaron! -Kushina Uzumaki se reclinó contra la pila de almohadas y su rostro descolorido brilló con una nueva luz de modo que Naruto pensó que el matrimonio casi merecía la pena-. Oh, esto es lo mejor que pudo sucedernos a todos.

Sus ojos grises los recorrieron, a Sasuke parado con un aire de campeón al lado de Naruto, con el brazo sujetándolo con gesto posesivo de la cintura, y a Menma, sentado a su lado, soportando las caricias de la abuela y sus sonrisas llorosas porque sabía que estaba enferma y debía consentirla.

-Esto endereza los errores, ¿no es cierto? -Suspiró contenta-. Pone al pasado en donde pertenece, en el pasado. ¡Oh, no pueden imaginarse lo mucho que significa para mí borrar el pasado!

-Quizá sí, Kushina, puesto que sentimos lo mismo -Sasuke concordó a nombre de él y Naruto, sonriendo con una nota de cinismo en la voz.

Naruto ya no creía en su afirmación, a pesar de que insistió en el punto. "No hablaremos del pasado y aceptaré lo que tú propongas", le dijo. Pero en realidad el pasado se mantenía entre ambos, coloreando cada palabra cautelosa que pronunciaban y que podría causar una explosión, observando, esperando... no sabía qué, reconoció con un suspiro, conservando a duras penas la tregua que existía, lo mismo que una fría calma... antes de que se desatara la tormenta.

Se casaron esa misma mañana, justo antes de emprender el viaje de regreso.

Otro de sus planes inamovibles.

-Volveremos a casa como un frente unido -insistió Sasuke cuando el protestó por la aterradora velocidad con la que se sucedían los acontecimientos-. Ya conoces la vida de un pueblo, Naruto. Siempre surgen chismes maliciosos y locas exageraciones. Si los enfrentamos a un fait accompli, se tendrán que tragar el hecho y el polvo que levanten y volveré a su sitio con mayor rapidez.

-Supongo que yo seré el causante de esos chismes -murmuré, ácido.

-Los dos los provocaremos, puesto que apenas vean a Menma, sabrán que es mi hijo. Lo trato de proteger -le aclaró serio-. No quiero qué el escándalo llegue a sus vulnerables oídos. Así que casémonos de inmediato para que lo digieran durante varias semanas antes que permita que el niño vague por el pueblo. Pretendo tomarme un mes y medio de vacaciones para conocerlo, Naruto -le informó, decidido-. Después de escuchar la charla que sostuvieron esta tarde, considero que es la única manera de solidificar nuestra relación. Menma puede tener clases privadas en el Hall hasta el fin del trimestre y empezar a ir a la escuela después de Pascua. De ese modo, estaré a su lado para impedir que las lenguas viperinas lo escandalicen y nos conoceremos poco a poco.

- ¿Y Sakura? -le lanzó con petulancia, cuánto había gozado diciéndole que Sakura formaba parte de su vida íntima.

-Lo aceptará junto con el resto -replicó, frío-. Después de todo, no puede exigirme nada.

- ¿Ni siquiera como amante? -preguntó molesto por ese tono despectivo-. ¿O intentas reservarla para después, cuando te vuelvas a cansar de mí?

-No considero que serte fiel implique un gran sacrificio, Naruto-respondió en voz baja y después de estudiar su rostro cínico por un momento, encerró su cuerpo entre sus brazos para agregar, irónico- siempre y cuando sigas entreteniéndome por las noches, como has venido haciendo con tanta pasión.

El lado oscuro del deseo (sasunaru)Where stories live. Discover now