Capítulo 8

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Y una especie de locura debió impulsarlos a conducir en esa blanca y traicionera noche. Les costó dos horas llegar a la carretera y ninguno pronuncio ni una palabra mientras Sasuke se concentraba en luchar contra los elementos Naruto, sentado a su

lado, demasiado temeroso para hablar, mientras los ojos le dolían por el esfuerzo de mantenerlos pegados al camino, con el corazón en la boca, observaba, escuchaba, sintiendo el menor movimiento del coche, que significaría que se volcarían o, peor, que no podrían avanzar.

Cuando llegaron a la carretera estaba exhausto, pero al menos la nieve parecía haber desaparecido y la línea del asfalto se extendía ante ellos en la distancia. Entonces se relajó, bajó un poco la guardia y se sumió en sus confusos pensamientos

La negativa persistente de Sasuke respecto a la carta que según él no había recibido, lo desconcertaba porque ahora no merecía la pena mentir, a menos que lo hiciera por orgullo. Pero no lo creía. En el pasado, Sasuke siempre aceptó la responsabilidad de sus errores, grandes y pequeños, sufriendo los castigos que le imponía su padre como hombre. Así que la carta, si la recibió, debió traerlo a su casa, en el siguiente vuelo disponible. Reacio o no, el Sasuke que él conoció hubiera vuelto a su lado.

¿Acaso se mostró injusto al no tratar de ponerse en contacto con él una segunda vez? Recordó que se sintió tentado, cuando las dificultades lo agobiaban y el futuro se veía más incierto que nunca.

Pero el orgullo se lo impidió. El mismo orgullo que lo apartó del padre de Sasuke, apretando el cheque en la mano, decidido a usar cada centavo para construir un hogar para el nieto que rechazaba.

Siempre lo intimido ese aristócrata. Era la única persona que podía aplastarla con su presencia. Como pertenecía a la vieja escuela, reglas sociales, siempre desaprobó la amistad que Sasuke y el sostenía, le alentó a que se comprometiera con Sakura Esa chica era aceptable en el plano social y económico y Naruto no. Tan simple como eso.

-Mi hijo me llamó hoy. Parecía indignado por la carta que le envió, haciéndole ciertas reclamaciones. Niega la responsabilidad que usted le achaca, desde luego.

-Pero digo la verdad, señor -siempre lo llamó señor. Su madre se lo inculcó desde que era un niño de brazos "Es el amo y debemos tratarlo con respeto". Y lo respetó aun cuando él lo pisoteaba.

-Se sabe que la mitad de los jóvenes de esta área lo han usado.

Alelado por la bajeza de esa acusación se quedó inmóvil, intentando comprender en medio de su terror, quién pudo decir tan horrible mentira.

Despacio, con cautela para que Sasuke no se percatara de su movimiento, se volvió para estudiarlo. Tenía la cara pálida y las facciones tensas. Pero su atractivo seguía allí emanando sin cesar. Hacía diez años ese rostro solía quebrarse en sonrisas impulsivas, sin razón, sólo porque estaban juntos.

"Soy muy feliz. Me encanta tenerte a mi lado". No lo había visto sonreír con frecuencia desde que regresó y si acaso sonreía, no lo hacía con la espontaneidad de antaño.

La vida cambia al joven para convertirlo en hombre, supuso. Ahora, reflexionaba, él tampoco sonreía mucho. Pero antes, con Sasuke, jamás cesaba de reír, bromear, jugar y amarse. El dolor del recuerdo le recorrió el cuerpo, reconociendo el amor que compartían.

¿Ese Sasuke que conoció... o el de ahora... le volvería la espalda a sus responsabilidades? Sólo tenía que verlo a la cabecera de su madre para saber que no.

¿Fue un tonto al creerle a un despótico aristócrata?, Un ciego, estúpido, asustado, tonto, que creyó que Sasuke lo había abandonado.

Tembló y se acomodó el cuello del abrigo alrededor de la garganta. De qué otra manera su padre descubrió que estaba embarazado si Sasuke no se lo dijo. Porque él no se lo confió a nadie, esperando ansioso la respuesta de su carta o, acaso, el regreso de Sasuke a la mansión, para que lo apresara en sus brazos y le pidiera que no se preocupara, que él estaba allí ahora y que todo saldría bien.

El lado oscuro del deseo (sasunaru)Where stories live. Discover now