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Después de comprar el jarabe en la farmacia, abrí el bolso dejando que Perú respirara un poco en el coche, aunque realmente hacía mucho frío, por lo que solo asomaba la cabeza, viendo por la ventana los edificios pasar.

Al llegar al supermercado, aparqué y de nuevo lo metí dentro, agarré uno de los carritos de la compra y así comencé a pasearme por los pasillos en busca de la comida que quería pues, todavía no estaba acostumbrada a aquel super y no sabía donde quedaba cada producto.

—Mmm... Sé que a Argentina y Bielorrusia no les gustan las espinacas pero... No no, tienen que comer de todo.— Dije para mi misma tirando las verduras al carrito. —Humm... ¿Fresa o arándanos?— Me preguntaba. Abrí un poco el bolso dejando ver a Perú que estaba mordiendo un bolígrafo. —¡Eh! Suelta eso.— Dije quitando el bolígrafo de su boca. —En salir te doy algo de comer.— Suspiré. —Oye, ¿a Alemania que le gustaba más? ¿Mermelada de fresa o de arándanos?— Perú pareció pensarlo un poco hasta que miró el bote de arándanos y lo señaló. Antes de continuar con la compra escuché como daba un pequeño chillido, haciendo que tapara el bolso y una señora que pasaba por el lado me mirara raro. Cuando pasó abrí de nuevo el bolso, dejando ver que el gorro le tapaba la cara. Se lo puse bien y sonreí levemente. —¿Qué pasó? ¿Qué quieres?— Él sonrió y señaló una caja de galletas con chispas de chocolate. —¿Eh? ¿Quieres esto?— Él comenzó a asentir rápidamente. —Está bien... Pero no son solo para ti ¿sí? Al salir te doy una.— Aquello pareció gustarle pues se sentó encima del móvil con una sonrisa, como esperando a salir de allí.

Comencé a caminar de nuevo, buscando entre las estanterías y comparando los diferentes productos que iba viendo.

—Ah... No entiendo como es posible... Pusimos trampas por todo el almacén pero no hay manera de que las ratas caigan en estas...— Escuché detrás mía. Eso me hizo plantear si continuar comprando en aquel supermercado.

—¿Ninguna? ¿Enserio?

—Sí, ninguna... Y la comida continúa desapareciendo o aparece en algún rincón mordida. Esta mañana encontré una bolsa de pan abierta y había un camino de migas, pero no vi ningún hueco en la pared o algo por el estilo.— Aquello ya pareció extraño, y aunque se que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas no pude evitarlo, pues si es lo que creo que es debo encontrarlos.

—¿Tan listas son? ¿Y si no son ratas? A lo mejor son cucarachas...

—Pero tampoco cayeron en las trampas... Es extraño.— Ambos salieron del almacén, dejando que la puerta se cerrara sola, acto que aproveché para colarme rápidamente en este.

Por un momento no vi nada, pues las luces eran más tenues que las del super, pero mis ojos se adaptaron rápido.

Comencé a caminar entre las estanterías y montones de cajas que allí habían, observando alrededor por si veía indicio de algo extraño. Noté como el bolso se removía y lo abrí un poco dejando que Perú se asomara en este.

—Puede que hayan más countries por aquí.— Susurré. Perú asintió y al igual que yo comenzó a mirar alrededor. Escuché y sentí un crujir bajo mis pies. Al bajar la mirada noté las migajas de lo que parecían ser galletas y comencé a seguir el rastro hasta llegar a una de las estanterías, donde efectivamente acababan ahí.

Miré toda la estantería, esperando encontrar algo u otro rastro pero no podía ver nada, ya que la estantería era bastante alta y no llegaba a verla entera.

Vi dos cajas de plástico vacías, por lo que las agarré y las coloqué una encima de otra, esperando que soportara mi peso. Me subí en estas y miré ahora, no viendo nada hasta que una pequeña sombra pasó corriendo por el fondo y un trozo de lo que creo es galleta me diera de lleno en el ojo, dando así un susto y por la impresión caí de espaldas al suelo.

Como niños (Countryhumans y lectora) {ONU × lectora}Where stories live. Discover now