Capítulo I

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San Francisco, California. Estados Unidos.

POV Daniela Walsh

Pasaban las once de la noche y me encontraba en una sofisticada discoteca del centro de San Francisco, la ciudad que desde mi nacimiento había sido mi hogar.

La ciudad que había sido testigo de mi niñez feliz con mi familia. La ciudad que fue testigo de mi crecimiento, personal y profesional. Ciudad dónde me gradué con honores en la carrera de Derecho. Ciudad dónde conocí a la mujer, que creí, sería el amor de mi vida. Fue en esa ciudad dónde me casé con esa mujer, y dónde tres años después llegó al mundo mi mayor razón de vivir, mi hijo, mi regalo de Dios. Es en esa misma ciudad dónde mi vida, mi matrimonio y mi felicidad se caen a pedazos.

Volviendo a mi realidad.
Estaba en esa discoteca rodeada de todos mis compañeros de trabajo, y de mi hermano mayor, Connor Walsh, que también es abogado. Celebrábamos, bueno, ellos celebraban la victoria en nuestro último caso.

Yo solo estaba ahí porque quería beber.

Beber hasta perder la conciencia y así olvidar todos mis problemas y dejar de sentir tanto sufrimiento en mi corazón.

Pero mientras más bebía, más recordaba a mi esposa.

Esa mujer hermosa que me volvió loca desde el primer instante en que la vi. Esa mujer que amaba con todas mis fuerzas. Esa mujer que, a pesar de todo, logró hacerme feliz por momentos.

Mientras mi cuerpo se llenaba de alcohol, mi mente se llenaba de imágenes. Imágenes de su sonrisa, sus ojos, su cabello, su cuerpo, su cuerpo moviéndose al compás de cualquier ritmo.

Su pasión es el baile. Mi pasión es ella.

Mi pasión son su curvas, sus piernas, su labios. Su maldita boca que me besaba tan delicioso.

Y pensar que todo eso que creí que era para mí, posiblemente en ese momento estaba siendo tocado por otro...

Tomé la copa de whisky que tenía en mi mano y la lancé al piso con fuerza, rompiéndose en pedazos, así estaba yo, rota.

El ruido del cristal quebrándose llamó la atención de los que se encontraban a mi alrededor. Mi hermano se acercó a mí preocupado.

-¿Estás bien, hermanita?

-Déjame en paz.- lo empujé levemente, caminé con dificultad hacia la barra y pedí una botella del whisky más caro que vi en la carta.

-Daniela, no deberías tomar más.- dijo Connor.

-Me trajiste aquí para que celebrara, ¿no es así? Ahora déjame hacer lo que me de la gana.- le dije de mala forma.

-Dani, por favor.

Lo ignoré. Tomé la botella, le quite la tapa y sin esperar a que el bartender me diera un vaso, comencé a beber directamente de esta. Y en tres tragos largos dejé la botella por la mitad.

Me desconocía.

Todos lo hacían.

-Luego te quejas de Poché, y eres igual de borracha que ella.- dijo mi mejor amiga, Laurel Castillo.

-Cállate, por favor.- la miré- Y no la menciones, no ahora. No sabes por lo que estoy pasando.

-¿Es en serio?- me miró incrédula- Claro que sé todo lo que esa estúpida está haciendo contigo, pero no voy a permitir que logre destruirte.- dijo con voz firme.

-A veces siento que no puedo más, Laurel.- sollozos comenzaron a salir de mí y ella me abrazó fuerte, siempre ha sido mi mayor apoyo.

-¿Cuándo me dirás que es lo que pasa, Daniela?- ese era mi hermano.

Dark TimesWhere stories live. Discover now