Prólogo

997 49 17
                                    

Habiendo intentado construir un mundo sin guerras ni rivalidades, un mundo en el que todo el mundo estuviera en paz, cosa que resultaba utópica, el odio de los pueblos emergió, provocando una fuerte guerra que llevó a la separación de estos. Tras esta guerra, el país quedó fragmentado en más de tres millones de tribus, pueblos habitados por personas como nosotros. Estas tribus estaban rivalizadas entre sí y cualquier otra tribu que no fuera la nuestra era nuestra mayor enemiga. Éramos gobernados por las Tres Grandes Tribus, un conjunto de tres tribus unidas para controlarnos. Fueron las únicas tribus que no se rivalizaron en la guerra y permanecieron unidas a pesar de todo. Las demás tribus lucharon contra ellos, perdiendo la batalla porque, aunque todos estuvieran en su contra, siguieron asociadas.

Para recordarnos todo lo que significó la guerra (la destrucción, los miles y miles de víctimas fallecidas...) las Tres Grandes Tribus impusieron un combate llamado "El Ocaso". Cada atardecer en cada tribu, dos hombres debían de batirse en un duelo: Uno vivía y obtenía la gloria y el reconocimiento; el otro, moría. Todos los hombres estaban obligados a participar en "El Ocaso". Eran entrenados desde muy pequeños específicamente para luchar, hasta que alcanzan la edad de 18 años y son obligados a entrar en combate. A las mujeres no se nos permite participar en "El Ocaso", ni entrenar para luchar, ni coger un arma y mucho menos manejarla. Las Tres Grandes Tribus solo quieren que nos dediquemos a las labores del hogar y a cuidar a los niños, y, como máximo, a curar a posibles heridos en "El Ocaso". Nos consideraban de una categoría menor a los hombres. Algo que no podía aguantar. Puede sonar una locura, pero hay veces que sueño con huir de mi tribu, de mi país... Volar hacia lo desconocido, a un lugar en el que elegir con libertad qué hacer.

Me llamo Christine Brown, dieciséis años. Soy ciega de nacimiento y mi vida entera es luchar, aunque en secreto. Mi gran misión es proteger a mi familia, da igual lo que tenga que hacer, pero siempre velaré por ellos.

El OcasoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora