El cerebro de Justin se negó a creer que el sonido de esa voz fuera real. Por un corto segundo, se permitió creer que era tan solo producto de su imaginación. Ni siquiera se atrevió a darse la vuelta para romper aquella ilusoria burbuja en la que había rodeado su cerebro. Pero debió aceptar los hechos cuando Victoria se separó de él, dando varios pasos hacia atrás, luciendo pálida y turbada.
Con lentitud, fue rotando el cuello hasta que logró echar un vistazo sobre su hombro.
Sí, efectivamente, Jason estaba allí.
Con los brazos cruzados sobre su pecho y apoyando el costado de su cuerpo contra el umbral de la cocina, su hermano miraba fijamente a Victoria. A pesar de su semblante impasible, había cierta intensidad en su mirada puesta en la chica que provocó una rápida reacción de su parte. Se colocó frente a Vicky para evitar que prolongaran más tiempo el contacto visual, logrando que los ojos de su gemelo finalmente se deslizaran a los suyos.
El calor de la furia dilató las pupilas de Jason mientras negaba levemente con la cabeza.
-Eres un hijo de puta -masculló con voz extrañamente calma.
Justin ni siquiera asimiló el insulto. Su única urgencia en ese momento era hacer desaparecer aquella presencia indeseada, alejarla de su novia.
-¿Qué haces aquí? -interrogó con dureza.
-Es mi casa -se limitó a responder Jason, dejando caer sus brazos a los costados y enderezando su postura para ver sobre el hombro de su hermano- Hola, Victoria.
-No. Le. Hables -pronunció Justin entredientes- ¿Qué estás haciendo aquí? -insistió.
-Qué. Te. Importa -lo imitó su gemelo, aunque en su tono había mayor ferocidad- No vine a joder su cuentito de amor si eso te preocupa -articuló con asco, ingresando de lleno a la sala y tomando un bolso del sofá, para luego cargárselo al hombro y dirigirse a la entrada- Tenía cosas realmente importantes de las qué ocuparme.
Detuvo sus fuertes pasos frente a la puerta de la vivienda. Entonces, miró sobre su hombro a Victoria. Los ex novios intercambiaron una larga mirada. Justin sintió el impulso de volver a interponerse entre ellos, pero algo lo dejó paralizado en su lugar. Había algún tipo de conexión en aquel intercambio visual, como si estuvieran transmitiéndose un mensaje y entendiéndolo sin mediar palabra alguna. Él odió que, a pesar de los años, Vicky aún compartiera eso con su hermano.
Éste se dio la vuelta y, finalmente, salió por la puerta, cerrándola de un golpe tras de sí. Su ausencia no trajo ningún alivio, pues la tensión aumentó de nivel al punto que podían sentirla en el aire, opresiva.
-¿Qué fue eso? -demandó saber Justin, luego de varios segundos en tortuoso silencio.
-¿Qué? -murmuró Victoria.
-¿Por qué te quedaste viéndolo así? ¿Qué demonios fue eso?
-Yo... Yo solo estaba demasiado sorprendida. No... No sabía que iba a estar aquí.
Ella sonaba realmente angustiada, por lo que el joven hizo un esfuerzo por calmar el enojo y los celos que hervían en su interior. Tomó una profunda inhalación y habló:
-Yo tampoco. Solo... Olvidemos eso, ¿sí? -se giró para mirarla a los ojos y establecer su siguiente punto: -No es nada importante.
Vicky hizo el intento de esbozar una sonrisa y asentir, pero los dos sabían que mentía. No podía tomarse a la ligera el encuentro con el primer chico al que había amado en su vida, el primero que le había destrozado el corazón. Mucho menos después de la forma en que la había mirado, recordándole todas las promesas que se habían hecho y todos los secretos que se habían revelado uno al otro.
La conexión entre ellos siempre sería profunda y los uniría por siempre, sin importar cómo habían terminado las cosas, o el tiempo que pasaran separados. Necesitaba hacer las paces con esa idea para, en vez de sufrir ese vínculo con su ex, aceptarlo y seguir adelante con sus planes futuros.
Amaba a Justin. Estaba segura de eso. Pero no podía amarlo con plena libertad si no le daba un cierre apropiado a su pasado con Jason.
"Hola, Jason... Creo que tenemos que hablar"
Fue lo que escribió al muchacho luego de desbloquearlo en sus redes sociales.
Justin estaba en la ducha. Ya se había bañado en la mañana, pero necesitaba una excusa para estar solo y ordenar sus pensamientos.
Tori había quedado perturbada por el encuentro con Jason, eso era evidente, mas no sabía como encarar el tema para hacerla sentir mejor, pues él mismo se sentía bastante afectado. No podía dejar de pensar en ese breve intercambio entre su novia y su hermano, y en lo que ella posiblemente estaba sintiendo.
¿Acaso estaba sumida en los recuerdos? ¿Acaso... lo extrañaba?
Gimió a causa de la tortura a la que estaba sometiéndose con sus creencias y giró la perilla para detener el agua que caía de la ducha. Se enredó en una toalla y salió de la bañera.
Tenía que hablar con Victoria. Tenía que hacerle confesar lo que pasaba dentro de ella, tanto para que pudiera liberarse de ello como para que él tuviera una certeza y dejara de cavilar posibilidades dolorosas.
Secó su cuerpo y ató la toalla a su cintura, emergiendo del baño y caminando hacia su habitación. Pensó que encontraría a Vicky sobre su cama, tal como la había dejado antes de ir a ducharse...
Pero el dormitorio estaba vacío.
-¿Tori?
Fue a la cocina y tampoco estaba allí.
-¿Tori? ¿Dónde estás?
Recorrió el resto de la casa sin resultados en su busqueda. Comenzando a inquietarse, emprendió el camino para buscar su teléfono en su cuarto, mas se detuvo frente al de Jason.
Sintiendo un nudo en su pecho, tocó la puerta.
-¿Victoria?
No hubo respuesta, por lo que tiró el pomo y abrió la habitación. Estaba vacía. Literalmente vacía. Su hermano se había llevado todas sus cosas al departamento en la costa, incluida la cama.
De vuelta en su dormitorio, fue a tomar el móvil de su mesa de luz y descubrió un mensaje de texto éste. Lo abrió enseguida en cuanto vislimbró el nombre de su novia en la pantalla.
"Fui por una caminata. Necesitaba despejarme. Volveré enseguida"
No fueron solo esas palabras las que preocuparon a Justin, sino el hecho de que, cuando intentó llamarla, descubrió que su teléfono estaba apagado.
