La Oportunidad (20)

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Justin se pasó todo el domingo centrado en su teléfono. No dejaba pasar más de quince minutos sin desbloquear el móvil y mirar la pantalla, revisando si tenía algún mensaje nuevo. La expectativa era trepidante y cuando confirmaba que nada le había llegado aún, sentía esa emoción descender de su pecho a su estómago, convirtiéndose en decepción.

-¿Puedes dejar esa maldita cosa tranquila? -le dijo Charlie cuando lo descubrió viendo su celular por vigésima vez desde que se habían sentado a comer- ¿El mensaje de quién estás esperando? -adivinó sin esfuerzo.

-De nadie -murmuró Justin, acomodándose en el sofá y dándole una mordida a la porción de pizza que sostenía.

Mas su amigo no dejó ir el tema. Se giró en su asiento para mirarlo a los ojos, exhibiendo una sonrisa arrogante en su rostro mientras hablaba:

-Desapareciste durante toda la noche en la fiesta, ¿dónde estabas?

-Por ahí...

-¿Por ahí con quién?

-Con alguien.

-¿Alguien con senos?

Justin le dedicó una mirada áspera y Charlie comenzó a reír.

-Lo digo en serio. Me pareció verte con una chica por la sala, ¿o acaso era solo el alcohol jugando conmigo?

-Es una vieja amiga. No la veía hacía mucho, así que nos quedamos hablando un rato.

-¿Cuál es su nombre?

Justin suspiró, sabiendo lo que se avecinaba.

-Victoria.

Charlie elevó sus cejas, evidenciando sorpresa.

-Espera, ¿no es ese el nombre de la chica por la que balbuceabas? ¿La novia de tu hermano?

El aludido apretó sus dientes para evitar que el incipiente enojo se derramara fuera de él. Tenso, masculló:

-Ex. Ex novia.

-¡Espera! ¿La chica de la fiesta era esa Victoria?

-Sí.

-¿Realmente, con lo enorme que es el mundo, te la encontraste allí?

-Sip -confirmó Justin, sintiéndose entretenido por la perplejidad de su amigo.

-¡Vaya, hombre! Eso sí que es un giro de trama... Te das cuenta de que no puede tratarse solo de mera casualidad, ¿cierto? Es como si el universo quisiera ponerlos juntos.

-Si tanto nos quiere juntos, podría haber sido mas favorable con nosotros desde el principio -remarcó Justin con sarcasmo.

Charlie negó con la cabeza, su expresión delstaba que estaba meditando la situación.

-Yo creo que nada sucede al azar -sentenció- Debe haber una buena razón por la cual ella debía estar con tu hermano primero.

-No hay ninguna razón cósmica. Eso no fue más que un error. Terminó muy mal para todos.

-Algún propósito habrá tenido, aunque todavía no puedas verlo -Charlie sonrió ampliamente- Lo importante es lo que el destino quiere ahora y eso, al parecer, es a Victoria y a ti unidos.

-Ya cállate un poco -demandó Justin, pero se estaba divirtiendo con las ocurrencias de su amigo.

Su teléfono emitió un pitido en ese instante y tiró la porción de pizza en la caja para tomarlo en su mano.
Tenía un mensaje nuevo de un número desconocido. Con el corazón latiendo en su garganta, Justin lo abrió y sonrió apenas divisó su contenido.

-¿Lo ves? -enunció Charlie cuando percibió su notoria alegría- No te burles de los designios del destino.

Durante el resto de la semana, Justin y Victoria intercambiaron mensajes todos los días. La chica no estaba segura al principio si era buena idea retomar su vínculo después de todo lo que había pasado, pero decidió dejar de ser tan cautelosa en cada paso que daba.

Ese era un hábito, pues desde una edad temprana había cargado con muchas preocupaciones y responsabilidades, sumado al desgarrador dolor que significó la muerte de su padre...

Y lo que sucedió con Jason no había mejorado nada su situación. Su ex novio le había dejado marcas profundas: ahora calculaba cada una de sus acciones de forma mucho más meticulosa, temerosa de volver a equivocarse.

Pero ya no quería seguir así. Era demasiado joven para estar viviendo de ese modo. Podía tomar ciertos riesgos sin caer en la imprudencia y salir lastimada. Podía aprovechar oportunidades que se le presentaran si éstas la hacían sentir bien... Podía hablar con Justin Bieber si eso era lo que quería, sin importar lo que su cerebro le dijera al respecto.

Habían pasado dos años desde la última vez que lo había visto y, por supuesto, decenas de cosas habían cambiado en ambos, no obstante, estar juntos seguía sintiéndose tan natural y agradable como siempre... Por eso lo invitó a la pequeña reunión que se llevaría a cabo en su departamento esa noche.

Victoria era la única de sus amigas que no compartía dormitorio con nadie más. Fue el privilegio que se ganó junto con la beca completa luego de que la Universidad de su ciudad natal escribiera una impresionante carta de presentación sobre ella. Sin embargo, eso significaba, también, que tenía uno de los departamentos más pequeños. Aún así, eso no detenía a sus amigas de organizar todas sus reuniones allí.

Una de ellas, Mandy, había decidido festejar la llegada del invierno. Siendo su más íntima confidente, Victoria sabía muy bien que la muchacha, en realidad, detestaba esa estación del año, mas solo buscaba una excusa para divertirse. Había invitado a algunas personas y le indicó a Vicky que hiciera lo mismo.

Justin fue el primero al cual ella le avisó y él respondió aceptando la invitación en pocos segundos.

"Puedes venir con un amigo si quieres" Sugirió Victoria a través de un mensaje.

-¡Sí! Dile que estaré ahí -exclamó Charlie.

Justin miró sobre su hombro y descubrió al chico leyendo su conversación.

-¡¿Qué crees que haces?! -se quejó, bloqueando la pantalla para evitar que continuara espiando.

-¿Qué? -pronunció su amigo, aparentando inocencia -No quiero perderme ningún capítulo de su historia.

Cuando llegó al departamento de Victoria el sábado por la noche, las manos de Justin empezaron a temblar a causa de los nervios. Se quedó de pie unos segundos delante de la puerta, simplemente mirando el número pintado sobre la misma, y tragó saliva con dificultad.

-¿Piensas tocar? -inquirió Charlie, quien estaba detrás de él.

-Sí -aseguró Justin, mas continuó inmóvil en su sitio.

-¿Este siglo o el que viene?

-Solo dame un minuto, ¿quieres?

-¿Qué sucede?

-Estoy intentando calmarme para no actuar como un tonto cuando la tenga frente a mí.

Su amigo resopló como si lo que acabara de escuchar fuera rídiculo. Hizo que Justin se apartara y tocó él mismo la puerta.

Victoria abrió de inmediato, mostrando una gran sonrisa al verlos.

-¡Hola!

Justin aspiró una bocanada de aire y la retuvo en sus pulmones. La chica estaba usando un sweater realmente ajustado y tuvo que hacer un esfuerzo de los mil demonios para no bajar la vista hacia sus curvas y continuar mirándola a los ojos. No es que eso fuera mucho mejor tampoco. La percibía tan hermosa que distraía todos sus pensamientos y, aunque abrió sus labios, no fue capaz de hablar.

Charlie lo observó durante un instante y luego asintió con la cabeza, llevando su atención a Victoria.

-Vaya, sí era cierto que actúa como un tonto -dijo y, sin dar más explicaciones, procedió a presentarse: -Me llamo Charlie, es un placer.

-¡Igualmente! Mi nombre es Victoria...

-Creéme, muñequita, lo sé...

TwiceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora