Las Murmuraciones (29)

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Sentado frente a la computadora, con la postura rígida y el ceño fruncido, Justin había estado en la misma posición durante los últimos cinco minutos. Miraba fijamente el mensaje privado que le había llegado a su Facebook y trataba de calmar el enojo que hervía dentro de él antes de responderlo.

Era de su primo, en clara respuesta a la foto de perfil de Justin, la cual los exhibía a él y a Victoria besándose. El mensaje decía:

"Estás jodiendo, ¿verdad? ¡¿No era esa la novia de Jason?! ¿Acaso sabes lo que es la lealtad?"

Inhaló profundamente y exhaló con lentitud por vigésima vez desde que había leído aquello. Quería responderle que se fuera al demonio, que no sabía nada de su situación, pero esa grosería iba a desembocar en un drama familiar innecesario... Si es que ya no se había desatado uno.

Se percató en ese entonces que, si todos sus primos sabían sobre su relación con Vicky (lo cual así era, pues tenía a la mayoría de sus parientes en las redes) entonces a esa altura Jason también debía estar enterado del asunto, ya que vivía junto a algunos de ellos en la costa.

Sin embargo, no había tenido noticias de él hasta el momento. Guardaba esperanza de que el descubrimiento no le hubiera importado en absoluto. Era una posibilidad grande. Si su impulsivo gemelo se hubiera molestado, lo hubiera expresado, ya sea contactándolo para dedicarle un extenso repertorio de insultos, o apareciendo en su puerta listo para derramar algo de sangre.

Pero nada pasó. Y eso era esperanzador para Justin. Tal vez ni le importaba, tal vez los dejaría en paz.

Cerró sesión de su Facebook para evadir la tentación de contestar a su primo. Iba a hacerlo cuando el enojo se disipara y pudiera hablar con calma.

Apagó la computadora y miró por la ventana. El calor irradiado por el sol era notable en su potente brillo, el verano estaba cerca y con él, las vacaciones. Tendría que volver a su casa y, durante dos meses, estaría alejado de Victoria... A no ser que ella aceptara ir con él, aunque sabía que enfrentar a sus padres era algo sensible para la chica.

Suspiró y tomó su teléfono para preguntarle si podía pasar a verla. Se extrañó que no le respondiera al cabo de media hora, por lo que, preocupado, emprendió camino a su departamento.

Vicky había dejado su teléfono en su cuarto y no se atrevía a mirarlo. La última conversación que había tenido a través de éste todavía retorcía sus entrañas.

"¿Volviste con Jason?" Inquirió una de sus antiguas amigas al revisar su perfil de Instagram.

"No" Fue todo lo que ella se limitó a responder.

"Acabas de subir una foto con él..."

Incómoda por la interrogación, Victoria repuso: "Ese es Justin"

Sabía que obtendría una reacción sorprendida de su amiga, por supuesto, no podía esperar menos, mas lo que llegó fue peor que eso:

"Espera... ¿Justin? ¡¿El hermano gemelo?! Wow... Cuando no puedes superar a tu ex y consigues a alguien con su mismo rostro, jajaja"

Sabía que era una broma, pero Vicky no podía tomársela como una. Todavía tenía momentos donde el remordimiento la asaltaba. Trataba de ocultarselo a Justin, en especial desde que él había soltado las palabras "Te amo" un día luego de hacer el amor. No quería herirlo con sus dudas. Ella sabía que iba a ser difícil, tenía que afrontarlo.

Tocaron la puerta de su departamento, causando que emergiera de sus pensamientos. Dejó de batir la mezcla de panqueques y fue a abrir la puerta para revelar a su novio del otro lado.

Él le mostró una sonrisa radiante y, ante esa imagen, Victoria sintió que todo lo demás perdía importancia. Le sonrió en respuesta y se apresuró a abrazarlo.

-¡Jus! No te esperaba hoy.

El joven la rodeó con sus brazos y besó su frente antes de separarse para mirarla a los ojos.

-Veo que no esperabas a nadie... -remarcó, divertido, sacando una mancha de harina que su novia tenía en la mejilla.

Ella soltó una leve carcajada y se apartó para dejarlo pasar.

-Estaba haciendo panqueques, así que llegas en el momento justo.

Justin se ofreció a rellenar la masa que su novia iba cocinando. La conversación con el chico provocó varias carcajadas de su parte y se sentía de excelente humor hasta que él comentó:

-Te envié un mensaje más temprano pero jamás respondiste.

Recordando lo que anteriormente la tenía preocupada, su semblante se ensombreció.

-Sí... Yo... Dejé el teléfono en mi cuarto.

Justin dejó de enrrollar la masa y la miró.

-¿Qué sucede?

-¿Con qué? -contestó rápidamente, intentando parecer tranquila.

-Hay algo que no me estás diciendo, Tori. Lo sé.

Vicky suspiró. Amaba la conexión que compartía con Justin, pero a veces le resultaba inoportuna, específicamente cuando él lograba leerla con suma facilidad.

-Nada importante, en serio.

-Si no es importante, ¿por qué te tiene preocupada?

-Es solo que... Una amiga de la secundaria, ya sabes... de nuestra antigua ciudad, me ha dicho algo sobre una foto nuestra y... No me ha caído muy bien, eso es todo.

-¿Qué dijo? -demandó saber Justin, con el ceño fruncido.

-Nada relevante.

El muchacho apretó los labios en una fina línea al tiempo que volvía a encargarse del panqueque, mas su mente estaba lejos de aquella tarea.

Al cabo de unos segundos, volvió a hablar:

-Desearía que la gente se metiera en sus propios asuntos. No tienen necesidad alguna de meterse en los ajenos.

Su enojo era evidente y Victoria supo que no hablaba solo de su amiga. Había más personas comentando la situación y eso causó que sintiera náuseas.

Sabía que pasaría. Desde que decidió entregarse a Justin, sabía que los demás hablarían, pero es mucho más fácil ser valiente delante de la tormenta que dentro de ella. En ese instante, las ráfagas la estaban sacudiendo y haciendo sus vacilaciones y miedos más potentes.

-Esto pasará, lo sabes, ¿cierto?

La voz de Justin retumbó en sus oídos repentinamente. Descubrió que él la había estado observando mientras se perdía en sus pensamientos, por lo que había leído en su rostro su preocupación.

-Nos dejarán en paz en cuanto encuentren otro tópico con el que llenar sus mediocres vidas -intentó apaciguarla.

Ella asintió y mostró una débil sonrisa, apagando la hornalla.

-Deberíamos centrarnos en comer estos panqueques -decretó.

Justin sonrió ampliamente y acordó:

-Deberíamos.

TwiceWhere stories live. Discover now