Capitulo veintinueve: Nuevos alumnos y el sapo rosa.

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Estuve con Draco todo el viaje. Hablamos de cosas que no pudimos hablar por cartas. Me ha dicho que su padre iba a su cuarto más seguido y que no quería verlo con las cartas que le mandaba. A él le parecía extraño que su papá haya hecho eso.

Nos separamos cuando entramos al Gran Comedor. Nuevos estudiantes ingresarían y estará la "maravillosa" canción del Sombrero Seleccionador. En la mesa, Harry me ha contado lo que les sucedió en las vacaciones. Obviamente no fue muy bonito.

Me senté junto a Hermione y en frente mío estaba Ron y Harry.

—¡Es Umbridge!

—¿Quién?

—¡Estaba en mi audiencia! ¡Trabaja para Fudge!

—Bonita chaqueta —comentó Ron con una sonrisa irónica.

—Si trabaja para Fudge... ¿Qué demonios hace aquí? —pregunté.

—No lo sé...

Era una señora con pálido rostro, que parecía a la de un sapo y dos ojos saltones y con bolsas.

Unos segundos más tarde se abrieron las puertas del Gran Salón, entraron una larga fila de alumnos de primer, con cara de asustados, guiados por la profesora McGonagall, que llevaba un taburete sobre el que reposaba el viejo sombrero.

Pero no eran los únicos que ingresaban, si no tres personas más, que deben tener mi edad. Dos hombres y una chica.

El sombrero comenzó a cantar. Al terminar su discurso fue recibido con un fuerte aplausos.

—Este año se ha ido un poco de las ramas, ¿no? —pregunto Ron arqueando las cejas.

—Me pregunto si habrá hecho advertencias como ésta alguna vez —dijo Hermione.

—Sí, ya lo creo —afirmo Nick Casi Decapitado—. El sombreo se cree obligado a prevenir al colegio siempre que...

La profesora McGonagall, que esperaba para empezar a leer la lista de alumno de primer año, miraba a los ruidosos muchachos. Nick se llevó una transparente mano a los labios y se sentó y los murmullos cesaron de inmediato.

—Abercrombie, Euan.

La profesora colocó el sombrero sobre la cabeza del chico y luego de pensar, grito:

—¡Gryffindor!

Aplaudí como el resto de mi casa. Poco a poco, la larga fila de alumnos de primero fue disminuyendo.

Quedaron los tres alumnos, que supongo que tienen mi edad. Los dos muchachos, que se llamaban Magnus Green y Aurel Finder, su casa era Slytherin. Mientras que la hermana de Aurel, Catherine, le tocó Gryffindor. Se acercó a la mesa y se sentó junto a Hermione, ya que había un lugar libre.

—A los nuevos —dijo Dumbledore con voz sonora, luego de pararse de su asiento— les digo: ¡bienvenidos! Ya los que no son nuevos les repito: ¡bienvenido otra vez! En toda la reunión hay un momento adecuando para los discursos, y como éste no la es, ¡al ataque!

Las palabras de Dumbledore fueron recibidas con risas y aplausos. La comida apareció como por arte de magia.

Mire a la mesa de los Slytherin, Draco estaba conversando con Magnus, pero a la vez Aurel me miraba, pero no es una mirada común, es algo extraña. El rubio se dio cuenta y me sonrió, le devolví la sonrisa como respuesta.

Cuando todos los alumnos terminaron de comer y el nivel de ruido del Gran Salón empezó a subir de nuevo, Dumbledore se puso de pie una vez más.

Anuncio sus habituales avisos de principio de año. Hay dos cambios de profesores. La profesora Grubbly Plank, que se encargaría de las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas y la profesora Umbridge, de Defensa contra las Artes Oscuras.

—Las pruebas para los equipos de Quidditch de cada casa tendrán lugar en...

El sapo rosa se aclaró la garganta, y se había levantado, pretende dar un discurso.

—Gracias, señor director —empezó a decir—, por estas amables palabras de bienvenida.

Tenía una voz muy chillona y entrecortada, de niña pequeña. Lo único que sé es que todo de ella me parece repugnante, desde su estúpida voz hasta su esponjosa chaqueta color rosa. Me parece que alguien tiene un trauma con el color rosa.

—¡Bueno, en primer lugar quiero decir que me alegro de haber vuelto a Hogwarts! —sonrió— ¡Y de ver tantas caritas felices que me miran!

Eche un vistazo a mí alrededor. Ninguna de las caras tenía un aspecto feliz, todo lo contrario, todos parecían muy sorprendidas.

—¡Estoy impaciente por conocerlos a todos y estoy segura de que seremos muy buenos amigos!

Mire a mis compañeros, a la vez que me miraron a mi.

—Estoy dispuesta a ser amiga suya mientras que no tenga que ponerme nunca esa chaqueta.

Cada vez mi concentración iba disminuyendo, al punto en que sentía que no escuchaba lo que decía.

Al instante empezaron a aplaudir, miré a todos desconcertada, ya que no había prestado atención.

—Muchas gracias, profesora Umbdridge, ha sido un discurso sumamente esclarecedor —dijo con una inclinación de cabeza—. Y ahora, como iba diciendo, las pruebas de Quidditch se celebraran...

—Sí, sí que ha sido esclarecedor —comentó Hermione en voz baja.

—No me vas a decir que te gustó —repuso Ron mirándola incrédulamente—. Ha sido el discurso más aburrido que he oído jamás, y eso que he crecido con Percy.

—Dije que fue esclarecedor, no que me haya gustado —puntualizo Hermione—. Ha explicado muchas cosas.

—¿Ah, sí? —pregunto Harry—. A mí me parecía que estaba lleno de tonterías.

—Había cosas importantes escondidas entre las tonterías —replico Hermione.

—¿En serio? —me extrañe, no comprendí nada.

—Como, por ejemplo, "hay que poner freno al progreso por el progreso mismos". O "suprimir las prácticas que creamos que deben ser prohibidas"

—¿Y eso que significa? —pregunté.

—Significa que el Ministerio está interfiriendo en Hogwarts.

De pronto se produjo un gran alboroto a mí alrededor; era evidente que el director despidió a todos, porque se habían puesto de pie y se disponían a salir del Gran Salón.

—¡Ron, tenemos que mostrarles a los de primero a dónde deben ir! —claro... son prefectos.

—¡Ah, sí! —exclamo Ron—. ¡Eh, ustedes! ¡Enanos!

—¡Ron!

—Es que lo son, míralos... Son pequeñísimos.

—¡Ya lo sé pero no puedes llamarlos enanos! ¡Los de primer año! —llamó Hermione— ¡Por aquí por favor!

Alguien vino detrás de mi y agarró mi mano derecha, era Draco.

—Lo siento Potter, me llevaré a Anastasia. Si no te molesta... —musitó el rubio.

—No, claro que no.

—Adiós, Harry —me despedí de él.

Me acompaño hasta la sala común.

—Draco... ¿Conoces a los nuevos estudiantes de tu casa?

—Si... ellos dos son amigos, pero es obvio que sus padres trabajan con mi padre.

—Y... ¿no me los puedes presentar?

¡Hola! Les traje un capitulo bien largo, compensa a todos estos días que no pude subir. En este capítulo se combinan la novela PlayHard y ésta (Compartiendo el mundo), lo hemos pensado con mi amiga. 

IMPORTANTE: Hay un one-shot en mi cuenta, si quieren  leerla está alli.

Espero que les guste, comenten y denle a la estrella.

¡Adiós!

Compartiendo el Mundo (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora