Capitulo veintiocho: Entre manos.

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(Aviso IMPORTANTE al final del capitulo)

"Te mandaré cartas todos los días, pero tú también tienes que responderlas, ¿si?

Lo haré"

Fueron sus últimas palabras antes de que cada uno fuera por su lado. Cumplió esa "promesa" y me envía cartas todos los días, que él puede ya que no quiere que sus padres lo vean que le escribe a alguien de Gryffindor y menos si la tía mató a mis padres.

—¡Anastasia! —me llamaba Ron.

—¿Que pasa? —pregunte cuando él bajaba de las escaleras.

—Otra carta de tu novio —me lo entregó—. Dile que deje de enviar todos los días, su lechuza me muerde cada vez que quiero agarrar la carta.

—Ron... es la única forma que puedo hablar con él —dije mientras abría el contenido.

—Hay otras maneras, por ejemplo... encontrarse en algún lugar.

—No lo dejan salir, que es una cosa diferente.

—Oh... —se quedó en silencio y se marchó. Abrí la carta totalmente y la leí.

Hola, buen día. Espero que hayas amanecido bien, bah todos los días te lo pregunto y siempre me respondes lo mismo, pero quería estar seguro.
He intentado convencer a mi padre que me deje salir. Lamentablemente me ha dicho que no. ¡Pero no te preocupes! Faltan pocas semanas para que comiencen las clases y podamos vernos.
Te quiero.
Draco

Mi rostro tenía la de una tonta enamorada. La sonrisita, los ojos, todo lo que contiene los efectos del amor. Es como si Cupido me hubiera lanzado una flecha invisible sin que me de cuenta.

—Se te nota —dijo Ginny al pasar por al lado mío.

—¿Que cosa?

—Tu cara... al menos disimula —se sentó en la silla—. No querrás que los gemelos te fastidien, ¿o si?

—El amor Ginny, el amor...

—Anastasia, ¿otra carta de tu enamorado? —preguntó Molly cuando se acercaba a mi —asentí con la cabeza—. Ay, estos jóvenes de hoy en día...

—Tu también lo hacías —respondió Ginny.

—Mejor iré preparando el almuerzo, con permiso.

Nosotras comenzamos a reír, hasta que tuve que contestarle a Draco.

Al fin me había acostumbrado a llamarlo por su nombre.

Escritora P.O.V

En la mansión Malfoy pasaba lo contrario. No había risas, ni bromas, era todo mutismo. Draco esperaba que su lechuza volviera para que pudiera saber cómo está su novia.

Cada vez que terminaba de leer una carta, las guardaba en una caja debajo de su cama para que sus padres no supieran. Hasta ahora no lo habían descubierto. Le dijo a la elfina domestica que no tocara las cosas que estaban allí abajo.

Él estaba acostado en su lecho, leyendo un libro. Lo llamaron a almorzar y bajo las escaleras. Su padre se despidió de sus compañeros del Ministerio.

Al terminar de comer, Lucius subió escaleras arriba, dijo que era para buscar unos pergaminos. Pero el decidió espiar solo un poco la habitación de su hijo. Lo que no se esperaba es encontrar una carta de Anastasia, sobre el escritorio. Lo miro detenidamente y él sabía muy bien quien era esa chica.

—Sabía que mi hijo me estaba ocultando algo… —dijo mientras leía el nombre de ella.

Lucius lo pensaba una y otra vez, que debía hacer. Obtuvo una respuesta, pero llevaría un par de semanas poder hacerlo. Dejó la carta donde estaba y bajo con unos pergaminos en blanco para simular que había algo en ellos.

Antes de que comenzaran las clases, los Weasley nos llevaron a la casa de los Black. Anastasia, negó rotundamente que no iría, ya que saben la que mato a sus padres, vivió allí. Pero terminó yendo hacia el lugar por suplica de los mayores.

Después de unos días, trajeron a Harry, que ha tenido bastantes complicaciones. Había usado magia fuera del colegio, con lo cual no estaba permitido. Pero fue por una buena causa… estaban los dementores y él no quería tener problemas con sus tíos, porque atacaron a Dudley estas criaturas.

Pasaron volando las semanas, pero para Anastasia se hacía más lento. Contaba los días para ver a su amado y llego el día.

En la plataforma 9 ¾ ya estaban las familias esperando a que sea el minuto en donde van a despedirse de sus hijos. Anastasia buscó a Draco mientras que se despedía de la familia Weasley pero aún no lo encontraba. Antes de subirse al tren, miró hacia su izquierda y estaba el rubio, le sonrió y éste también.

Faltaban pocos segundos para que el expreso se retirara de la plataforma, a la vez, los padres de Draco contaban entre ellos.

—¿Ella es la chica de la que me has contado? —pregunto Narcisa.

—Si, pero tranquila que tengo algo entre manos —le respondió Lucius.

En el vagón, Anastasia esperaba a que pasara Draco al lado de ella, y al segundo pasó. Se dieron un fuerte abrazo, un beso y los amigos de ella los interrumpieron.

—¿Vamos a buscar nuestro compartimiento? —pregunto Harry.

—Este…—empezó a decir Ron.

—Nosotros… Bueno, Ron y yo tenemos que ir al vagón de los prefectos —dijo Hermione, mientras que Ron le parecía interesante sus uñas.

—Y… yo tengo que… —dijo Anastasia pareciendo incomoda.

—¡Ah! —exclamó Harry—. Bueno, está bien.

—Entonces… nos vemos más tarde —apresuro a decir Anastasia.

—Si, claro.

Malfoy agarró la mano libre de Anastasia, tenía un aire de incomodidad, porque para él, ellos son sus enemigos.

—Draco, por favor no me lleves con tus amigos —dijo la muchacha parando la caminata.

—Como usted ordene, señorita —luego de eso, empezaron a reír.

¡Hola! AVISO IMPORTANTE: Esta semana estaré ocupada estudiando para una integradora SUPER importante (integrado es una prueba que integra todo lo aprendido en el año). Obviamente cuando llegue a mi casa después de hacer el bendito examen, subiré capitulo y también puede ser que al otro día, eso lo pensaré. Y quiero dar el motivo por el cual subí tardísimo: es porque también tenía un examen de esa misma materia y no me quiero llevar la materia.

Espero que les guste el capítulo y comenten.

¡Adios!

Compartiendo el Mundo (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora