Capitulo veintisiete: La tercera prueba.

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(Noticia IMPORTANTE al final del capitulo)

Pasaron varios meses desde aquel día en que le dije “si” a Draco. Hoy era la última prueba para los campeones. Por fin acaba todo esa “pesadilla” para Harry y los demás.

Mi relación con Malfoy estaba yendo bien, más que bien. Siempre salíamos juntos de las clases de pociones e íbamos a pasear al lago, o nos encontrábamos en la torre de Astronomía. Me ha propuesto si quería ir algunos días a su casa, en el verano, pero le negué ya que no quería ver a la persona quien mató a mis padres, si se llega a presentar.

Estaba sentada al lado de mis amigos, el trio de oro.

—¿Cómo te sientes, Harry? —pregunté al ver su cara.

—Nervioso, pero por lo menos es la última prueba.

La profesora McGonagall llegó hacia él bordeando la mesa de Gryffindor.

—Potter, después de desayunar los campeones tenéis que ir a la sala de al lado —dijo.

—¡Pero la prueba no es hasta la noche! —exclamó Harry.

—Ya lo sé, Potter. Las familias de los campeones están invitadas a la última prueba, ya sabes. Ahora tienes la oportunidad de saludarlos —se fue y mi amigo se quedó con la boca abierta.

—No esperará que vengan los Dursley, ¿verdad? —le preguntó a Ron.

—Ni idea —dijo Ron—. Será mejor que me dé prisa, Harry, o llegaré tarde al examen de Binns. Hasta luego.

Me paré y caminé junto a Ron hacia la clase de Historia de la magia, que teníamos examen. Revisaba una vez más mis apuntes hasta que llegó el profesor.

Pasaron las horas y era la hora del banquete. No he visto a Draco en todo el día pero si en la mesa de los Slytherin. Siempre que miraba hacia allí, Pancy me lanzaba una mirada, es como si supiera que en un momento miraría.

Hubo más platos de lo habitual.

—¿No vas a cenar? —le pregunte a Harry.

—No me apetece, ni si quiera un bocado.

—Damas y caballeros, dentro de cinco minutos les pediré que vayamos todos hacia el campo de quidditch para presenciar la tercera y última prueba del Torneo de los tres magos. En cuanto a los campeones, les ruego que tengan la bondad de seguir ya al señor Bagman hasta el estadio —dijo Dumbledore al ponerse de pie.

Harry se levantó. A lo largo de la mesa, todos los de Gryffindor lo aplaudieron. Le desee suerte, y salió del Gran Comedor, con Cedric, Fleur y Krum.

Empezaron los murmullos habituales cuando el director termina de hablar o hay una noticia importante. Observe una vez más la mesa de las serpientes y Malfoy me indicaba con gestos que vayamos juntos a ver la tercera prueba.

Ya había pasado los cinco minutos y todos los alumnos íbamos hacia el campo de quidditch. Draco y yo encaminamos hacia el lugar agarrados de la mano. No me importa cómo me miren los de Slytherin, yo soy feliz junto a él. Nos sentamos en la tribuna que da detrás de la mesa de los jueces.

Bagman se apuntó a la garganta con la varita.

—¡Damas y caballeros, va a dar comienzo la tercera y última prueba del Torneo de los tres magos! Permítanme que les recuerde el estado de las puntuaciones: empatados en el primer puesto, con ochenta y cinco puntos cada uno... ¡el señor Cedric Diggory y el señor Harry Potter, ambos del colegio Hogwarts! —hubo aplausos—. En segundo lugar, con ochenta puntos, ¡el señor Viktor Krum, del Instituto Durmstrang! —Más aplausos—. Y, en tercer lugar, ¡la señorita Fleur Delacour, de la Academia Beauxbatons!

El azabache se dio vuelta para ver a la tribuna.

—¡Entonces... cuando sople el silbato, entrarán Harry y Cedric! —dijo Bagman—. Tres... dos... uno...

Dio un fuerte pitido, y Harry y Cedric penetraron rápidamente en el laberinto. Luego, Bagman soplo de nuevo el silbato y entro Viktor Krum.

—¿Crees que va a ganar? —le pregunte a Malfoy, aun no me acostumbro a decirle Draco.

—Claro que sí, él ha luchado contra todo.

Potter volvió luego de dos horas o más pero con el cuerpo de Cedric a su lado. Parecía que no se podía mover.

—¡Dios... Dios mío, Diggory! —exclamó Fudge—. ¡Está muerto, Dumbledore!

¿Qué? ¿Cedric Digorry está muerto? Pero si ha estado con vida, no pudieron matarlo en el laberinto. Nos miramos mutuamente el rubio y yo. Mire hacia donde estaba Harry y tenía heridas.

—Tengo que ir a verlo —dije al ponerme de pie, pero Draco me sujeto la mano e hizo que me sentara automáticamente.

—Sera mejor que no lo hagas, no te dejaran.

—Pero… —él me negaba con la cabeza—. Esta bien…

Luego de la tercera prueba, no fue lo mismo para el colegio. Andaban diciendo que volvió el señor Tenebroso. Dumbledore dijo que dejáramos tranquilo a Harry.

Era el día en que todo volvíamos a nuestras casas, ya que termino el año escolar. En el momento de la despedida, Draco paro la caminata.

—Recuerda, te mandaré cartas todos los días, pero tú también tienes que responderlas, ¿si? —dijo antes de que me dé un beso.

—Lo haré —le sonreí.

—Te quiero.

—Yo también —dije antes de que nos vayamos cada uno por su lado.

Camine hacia donde estaban los Weasley, como siempre Molly me recibía con un gran abrazo. Fred y George recordando sus bromas durante el año, Ron despidiéndose de Harry, y Ginny comentando con Hermione.

¡Hola! SE QUE TARDE EN SUBIR, UNA SEMANA. Pero es porque estuve haciendo los preparativos para mi cumpleaños y ¡ES HOY! Asi que pueden desearme feliz cumpleaños si es que quieren.

Ya terminamos el cuarto libro y ahora comienza… *redobles de batería* ¡el quinto! Donde habrá mas cosillas y cambios.

Si les gustó, denle a la estrella y comenten.

¡Adios!

Compartiendo el Mundo (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora