Compartiendo el Mundo (Draco Malfoy)

Capitulo catorce: El duelo.

(Noticia importante al final del capítulo)

No era de esperarse, él siempre estorbando en mi camino e interrumpiendo mis pensamientos, no de manera romántica si no de fastidio. Le lancé una mirada de odio y éste lo hizo.

—¿Qué quieres Malfoy? Oh ya se... venganza ¿no?

—Parece que tú me persigues Anastasia. ¿A caso quieres problemas?

—El que las quiere serás tú. Menos mal que no están tus dos gorilas detrás de ti.

—Son mis amigos esos dos gorilas... —le interrumpí.

—Se muy bien para que los utilizas, ¿para pretender que tienes seguidores? Claro.

—Ya te pasaste de la raya Anastasia.

Sacó su varita de su bolsillo y me apuntó, pero antes de que lanzara un hechizo, Harry vino de atrás y le apuntó.

—Será mejor que bajes esa varita o llamare al profesor Moody para que te conviertas en un hurón otra vez —dijo Harry detrás mió, retrocedí unos pasos.

—Gracias, pero no hacia falta extorsionarlo —le dije en susurro.

—Estabas sin tu varita, no tenías nada para defenderte.

Revise mis bolsillos y no estaba. Parece que lo deje arriba de mi mesa de luz.

—Tienes razón...

—¿Quieres un duelo, Potter?

—No molestes Malfoy —dijo Harry—. Iré a ver a Hagrid, ¿vienes?

—Esta bien... Adiós Malfoy, el duelo será otra ocasión.

Soy la única compañía que tiene Harry, lo noto mucho. Y no quiero dejarlo solo, aunque Ron me diga que me aleje de él. No me importa si el pelirrojo me dejara de hablar o otros compañeros. No es lindo estar solo y que ninguno te apoye o este al tu lado.

Golpee la puerta de la cabaña y Hagrid salió.

—Pasen -se hizo a un lado—. Esta haciendo frío.

Pasamos y todo estaba como siempre. Fang en su sofá preferido, el caldero en la chimenea, la mesa en el centro de la cabaña y un par de tazas sobre ella.

—Así que te toca participar, Harry. En el Torneo. Campeón del colegio.

—Uno de los campeones —lo corrigió Harry.

—¿No tienes ni idea de quién pudo hacerlo, Harry?

—Entonces, ¿tú sí me crees cuando digo que yo no fui? —le preguntó Harry.

—Por supuesto —gruñó Hagrid—. Has dicho que no fuiste tú, y yo te creo. Y también te cree Dumbledore.

—Me gustaría saber quién lo hizo —dije amargada.

—Ah, Harry, no sé... —dijo Hagrid de pronto con un suspiro, mirándolo otra vez con preocupación—. Campeón del colegio... Parece que todo te pasa a ti, ¿verdad?

Él no respondió, solo le dedico una sonrisa forzada. Mire de reojo por donde estaba Hagrid y se había ido.

—Gracias Anastasia —musito luego de unos minutos de silencio.

—¿Por qué?

—Por creerme, solo tu y Hermione me creen pero ella siempre esta con los estudios y va a estar con Ron. Por lo menos se que alguien me apoya.

—Para eso están los amigos ¿no?

Le sonreí y este también lo hizo.

•••

Al día siguiente fue algo casta trófico. No estaba siendo un buen día para Harry, ni para mí. Después de comer teníamos Pociones con el señor amargado, Snape. Teníamos que estar una hora y media encerrado con los de Slytherin. Llegamos a la puerta de la mazmorra y nos encontramos con esa casa, cada uno de ellos con una insignia bien grande en la pechera de la túnica. Vi que todas mostraban el mismo mensaje, que brillaban: Apoya a CEDRIC DIGGORY: ¡el AUTÉNTICO campeón de Hogwarts!

-—¿Te gustan, Potter? —preguntó Malfoy en voz muy alta—. Y eso no es todo, ¡mira!

Apretó la insignia contra el pecho, y el mensaje desapareció para ser reemplazado por otro: POTTER APESTA

—¡Ah, muy divertido! —le dije a Pansy Parkinson y su grupo de chicas de Slytherin, que se reían más fuerte que nadie—. Derrochan inteligencia.

Mire a donde estaba Ron, estaba con Dean y Seamos, no emitía ningún sonido de su boca.

—¿Quieres una, Anastasia? —me dijo Malfoy—. Tengo montones. Pero con la condición de que no me toques la mano. Me la acabo de lavar y no quiero me la manche.

¡No aguanto mas, este rubio estupido va a ver! Llevaba días y años acumulando odio hacia él.

Saque mi varita y todos retrocedieron al corredor.

—¡Anastasia! —me grito Ron.

—Vamos, Anastasia —me desafió, también sacando su varita—. Ahora no tienes a Moody para que te proteja.

—¡Furnunculus! —grite.

—¡Densaugeo! —gritó Malfoy.

De las varitas salieron unos chorros de luz que chocaron en el aire. Mi conjuro le dio a Goyle en la cara, y el de Malfoy a Hermione. Goyle se llevó las manos a la nariz, donde le brotaban forúnculos grandes y feos. Hermione se tapaba la boca con gemidos de dolor.

—¡Hermione! —Ron se acercó a ella apresuradamente, para ver qué le pasaba.

No fue una visión agradable. Los dos incisivos superiores de Hermione, que ya de por si eran más grandes de lo normal, crecían a una velocidad alarmante.

—¿A qué viene todo este ruido? —dijo una voz baja y apagada. Acababa de llegar Snape.

Los de Slytherin se explicaban a gritos. Snape apuntó a Malfoy. Es injusto.

—Explícalo tú.

—Anastasia me atacó, señor...

—¡Nos atacamos el uno al otro al mismo tiempo! —grite.

—... y le dio a Goyle. Mire...

—Ve a la enfermería, Goyle —indicó Snape con calma.

—¡Malfoy le dio a Hermione! —dijo Ron—. ¡Mire!

Pansy Parkinson y las otras chicas de Slytherin se reían en silencio, y señalaban a Hermione desde detrás de la espalda de Snape.

—No veo ninguna diferencia —dijo Snape fríamente.

Empecé a gritar a Snape dándole explicaciones pero Malfoy me impedía, dado que él también le gritaba.

—Muy bien —declaró—. Cincuenta puntos menos para Gryffindor, y Malfoy y Anastasia se quedarán castigados. Ahora entren, o tendrán que quedarse castigados una semana entera.

¡Mierda! Malfoy, me las pagaras muy caro. Nunca en mi vida había sido castigada. ¡Todo por culpa tuya y tus idiotas insignias!

¡Hola! Buena noticia... Hice el trailer de la novela, está en el primer capítulo. En la parte derecha, abajo, dice multimedia y ahi esta el trailer. O pueden encontrarlo en este capítulo.

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¡Adios!