Tobirama - Kagami

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Movía su Sharingan por todo el lugar buscando a su sensei, no quería defraudar a su líder en aquel entrenamiento personales después de que las últimas misiones en medio de la guerra que vivían había sido un desastre por su causa. Aún no comprendía como unos shinobis habían logrado evadir su Sharingan.

El movimiento de una sombra cruzando entre los arbusto captó su atención y sin pensar demasiado, lanzó shurikens pero en ese momento, se percató de que se había precipitado por estar pensando en lo ocurrido hace unos días atrás y no prestar atención al entrenamiento cuando apareció a su espalda Tobirama y estaba apresándolo.

― ¡Muy lento!, si no prestas atención a tu alrededor podrías arruinar la misión o ser capturado para obtener información. ― Explicó con severidad Tobirama a su alumno.

Kagami soltó su kunai y elevó las manos para que Tobirama comprendiera que se rendía aunque las palabras del Senju solo presionaron más sobre él, no entendía que estaba ocurriendo con él o por qué cometía tantos errores últimamente o... quizás, sí sabía lo que le pasaba y no quería dejar escapar lo que estaba volviéndolo en un shinobi torpe.

― Kagami, si continuas tan distraído no permitiré que vayas a la siguiente misión. La última vez, casi cuesta la vida a todo el equipo. ― Habló severamente Tobirama mientras liberaba a su alumno, queriendo saber que estaba mal con el joven pero como todos los Uchiha, Kagami era igual de complicado para Tobirama, ya que pertenecía a un clan atormentado cuyo final era caer en la miseria de la maldición del Sharingan. Su hermano no lo hubiera visto así jamás pero ya él estaba acostumbrado a ver como cada Uchiha era corrompido por su propio linaje aunque no quería que Kagami continuara por ese camino.

― Lo siento, sensei. ― Se disculpó.

Tobirama tomó con brusquedad el mentón de su alumno y agudizó sus sentidos, lo miró fijamente al rostro buscando la verdad que estaba escondiendo.

― ¡SENSEI! ― Gritó Kagami sorprendido por el molesto contacto.

― ¿Por qué continuas con el Sharingan activado si ya hemos terminado este entrenamiento que tanto insististe en que tuviera contigo? ― Inquirió Tobirama ejerciendo algo más de fuerza al agarre, haciendo que el Uchiha jadeara por el contacto. ― Kagami, ¿qué te está molestando? ― Preguntó preocupado de que su alumno su hubiera convertido en un enemigo.

― Lo siento, Tobirama sensei. ― Se disculpó desactivando el Sharingan y regresando el negro a su mirada pero no pudo apartar la mirada del rostro inexpresivo del albino. ― Es solo que aun no entiendo por qué esos ninjas lograron evadir mi Sharingan, me he preguntado si es porque aún soy débil. ― Explicó con la frustración y el abatimiento reflejado en su voz. ― Realmente, lo lamento, solo logré que perdiera su tiempo con este entrenamiento. Lo mejor será que esté sin misiones hasta que pueda regresar al campo de batalla y no sea tan débil. ― Dijo mientras cerraba los ojos ya que Kagami no deseaba que por su causa, le costara la vida a algunos de sus compañeros de equipo.

― Mientes. ― Afirmó el Senju observando con atención la expresión del joven frente a él. ― Esa no es la causa que te consume desde hace días atrás. ― Indicó percatándose del leve movimiento en el cuerpo del Uchiha.

― Yo... yo... ― Tartamudeó Kagami apretando sus puños, sabía que su sensei no era tonto, se daría cuenta de que sus palabras no eran ciertas y que había intentado ocupar su mente con lo sucedido en la última misión en un intento de dejar de sentir las emociones que le causaban tanto dolor.

― Kagami. ― Llamó con severidad al shinobi frente a él, quien había vuelto a mostrar su kekke genkai con aflicción, poniendo una mano en el hombro del joven en un intento de que no sucumbiera al dolor que terminaría corrompiéndolo.

Las historias no contadas del mundo shinobiWhere stories live. Discover now