Cap. 53

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AUDICIONES #2


Daba pequeños golpes a mi rodilla con el bolígrafo que Chuck nos había dado. En realidad no teníamos ninguna libreta donde hacer anotaciones porque todo se movía desde la tableta, pero me ayudaba a calmarme los nervios.

-Me estás poniendo de los nervios -me acusó Liam, entre dientes.

Bueno, al parecer a el no.

-A alguien le ha afectado el embarazo -masculló Chuck, ganándose nuestras miradas fulminantes-. ¡Siguiente!

La siguiente candidata entró dando piruetas por la oficina de la editorial.

-¿Qué mierda...? -Quen se alejó, poco dispuesto a ser el blanco de alguien más.

Todos tuvimos que retroceder un poco cuando las volteretas se acercaron demasiado. Liam se tensó y parecía a medio paso de parar la demostración, cuando la chica se detuvo.

-¡Dame una N! -pidió.

Nadie quería darle una maldita «N», pero alguien tenía que hacerlo, así que tuve que ser la persona amable.

-N -respondí apachurrada.

-¡Dame una «I»!

Silencio.

-¡Dame una «I»! -repitió sin perder la sonrisa radiante-. ¡Dame una «I»!

-¡III! -gritamos todos.

Tenía cara de poder hacerlo todo el día y al parecer nadie tenía intenciones de prolongar la tortura.

Usaba un hermoso uniforme rojo de algún equipo de porristas en la universidad. Tenía el cabello oscuro y era morena. Desprendía un aura de amor.

Puaj.

-¡Dame una «Ñ»!

-¡«Ñ»!

-¡Dame una «U»!

Fruncí el ceño, pero le di la maldita U. Esperaba que realmente no hiciera el tibetano de deletrear el himno nacional o algo así, porque la espalda me dolía terriblemente y la vejiga me iba a reventar.

Nadie me había dicho que el embarazo disminuía notablemente la capacidad de tu vejiga. Ahora que lo sabía estaba más atenta a mi consumo de líquidos que al maquillaje de mi cara. Y las revistas lo notaban.

-¡Dame una «E»!

-¡«E»! -repetimos sin una pizca de emoción.

-¡Dame una «R»!

-¡«R»!

-¡Dame una «A»!

-¡«A»!

-¿Qué dice?

Fruncidos el ceño.

-¿Niñuera?

La chica ladeó la cabeza y me miró con curiosidad.

-¿En serio?

Asentí.

-Demonios, lo ensayé toda la noche.

-No te preocupes. Puedes continuar hablándonos de tus habilidades... Además de deletrear y hacer algunas acrobacias.

La chica frunció el ceño y lo miró molesta. Claramente Liam había usado las palabras equivocadas para dirigirse a ella, pero, como para todo hombre, era difícil que se diera por enterado.

Le sonreí a modo de disculpa y ella, soltando un suspiro cansado, continuó:

-Mi nombre es Diana, me gusta cantar, amo las manualidades, fui la campeona de campanillas en la preparatoria...

Lucky Love (LR #3)Where stories live. Discover now