Cap 18

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18.

A la mañana siguiente despertamos igual de tarde y no lo habríamos hecho de no ser porque la luz del sol entraba de lleno por el ventanal de cara al mar.

Nuevamente tenia un mensaje de texto de Liam, indicándome que desayunaríamos nuevamente en la terraza La Côte a las 8:30.

Volví Volví tirar de los pies de Katy, volví a arrojarle el jabón de tocador pero ella ni se inmutó, no lo hizo hasta que dieron las 8:20 y corrió a hacer lo suyo en un tiempo récord.

Ya esperaba al guía que nos llevaría hacia el restaurante por culpa de mi mala fama y la milimétrica dosis de confianza que me tenían todos alrededor. Lo que no esperaba era que al abrir la puerta me encontrara a un hombre de traje sosteniendo con fuerza un enorme ramo de flores.

Muchas flores. De todo tipo: Margaritas, Petunias, Dondiegos, tulipanes, claveles, lobelias y vete a saber que otras más. Era un arreglo hermoso.

Miré a Katy como si ella tuviera una explicación convincente, pero parecía incluso mas pérdida que yo.

Katy cubrió su boca con ambas manos y sus ojos se cristalizaron al instante.

—¿Señorita Webber? —preguntó el hombre detrás del arreglo al ver que yo no hacía nada.

—Sí... Soy yo... Esto... Mmm... Gracias.

Tuve que hacer tres intentos diferentes por tomar el arreglo y no maltratarlo en el acto. Cuando finalmente lo logré, agradecí al hombre y miré a Katy preocupada.

—Katy...

—Estoy bien —dijo parpadeando como prepuberta enamorada—, no me pasa nada, sólo... Lee la tarjeta.

—Katy...

—No quiero hablar de esto, Luce, no ahora —pidió apenas capaz de contenerse—. Lo hablaremos esta noche.

Evalué la situación un par de segundos.

Tenia la opción de insistir y terminar probablemente herida en el proceso o podía respetar su sedición y esperar hasta la noche.

Bien, no era psicóloga, pero estaba segura de que en ese estado era mejor no presionar.

Suspiré y asentí, girándome de regreso al enorme arreglo floral para tomar la tarjeta roja y leer la inscripción en dorado reconociendo la letra al instante.

Después de eso iba a comprarme un manual sobre como no sonreír como idiota con una sola frase en el papel.

****

Encontramos a Liam, Irina, Dorian, Joel, Geneden y Quentin alrededor de la mesa inspeccionando las cartas y bromeando entre ellos.

Liam me alcanzó a medio camino. Sin pensarlo dos veces, le besé al llegar junto a mí.

Quentin carraspeó con fuerza y señaló furioso hacía la silla junto a él.

Puse los ojos en blanco pero obedecí, de todas formas iba a sentarme.

—Gracias por las flores —dije mientras Caminábamos hacia la mesa.

—¿De que hablas? ¿Qué flores? —preguntó Liam fingiendo ignorancia.

—Buen intento. Reconocería esa caligrafía con los ojos cerrados —aseguré mientras me sentaba en la silla que Liam había apartado para mí.

Liam rió y Quentin me frunció el ceño.

—¿Cómo reconoces algo así con los ojos cerrados? —preguntó constatando lo absurdo que sonaba aquello.

Tomé la carta y sin dejar de inspeccionar el menú, le pedí:

Lucky Love (LR #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora