Cap. 51

17.3K 2K 1K
                                    

6 SEIS MESES DESPUÉS

Volví a volcar el estómago de un solo tirón.

Había vuelto a desayunar dos veces más, pero mi estómago era un asco, no podía retener ni un vaso de agua... Esta bien, quizá estaba exagerando un poco, pero estaba cansada de tener un apetito de león y no poder retener nada.

Mi vida había dado un giro radical. En cierta forma, sentía que estaba donde mismo, me sentía la misma chica torpe que fue azotada con una puerta al llegar a la editorial, pero con cuatro vidas a cuidado.

Así es. No éramos solo dos personas. Al parecer Liam tenía un tino de olimpiadas, porque íbamos a ser una familia grande. Venían tres bebés en camino. Mi cuerpo trabajaba como nunca para crear a tres pequeños humanos y yo ni siquiera sabía cómo se suponía que debía sentirme.

Estaba aterrorizada. Ni siquiera me había hecho a la idea de tener una vida dependiendo de mí... Tener a tres y sumar la mía era demasiado.

Al principio, creímos que serían dos. Dorian nos ayudó a tolerar mejor la noticia preparándonos para un escenario de posibilidades.

Dorian frunció el ceño cuando vio los resultados de laboratorio y cuando Liam y yo lo atacamos con preguntas, sencillamente dijo que no había nada de qué preocuparse... Y luego nos arrojó la bomba a la cara como si fuera rutina. Supongo que los médicos hacen esa clase de cosas, calman las aguas y lanzan la bomba en tierra firme para ser más certeros.

—HCG y alfafetoproteína son hormonas en valores importantes. —Carraspeó sin apartar la mirada de los papeles.

Lo conocía lo suficientemente bien como para saber cuándo intentaba decirnos algo sin encontrar la forma correcta de hacerlo.

—Sea lo que sea, solo dilo, Dorian —pedí, repentinamente seria.

Un bebé con tres cabezas, siete ojos y una pierna. Las imágenes que proyectaba mi subconsciente eran aterradoras y Dorian no estaba haciendo mucho por diciparlas.

Los médicos jamás entenderán el pánico que nos entra del otro lado del escritorio, cuando carraspean, aflojan la corbata y parecen prepararse mentalmente para decir algo.

—Normalmente son hormonas elevadas durante el embarazo... Pero, en tu caso, son bastante... Bastante, bastante elevadas.

Lo miré desesperada.

¡¿Se suponía que eso tenía que decirme algo?!

—Dorian, habla claro —pidió Liam con una seriedad de sepulcro.

Dorian sonrió y se encogió de hombros.

—No es un diagnóstico certero, pero quizá deberían estar preparados para recibir a más de uno.

Liam y yo lo miramos fijamente un par de minutos.

Procesar un embarazo y luego otro era algo que necesitaba terapia... Y mucho tiempo de recuperación.

Liam no tenía ningún problema, por supuesto que no, él podía rebosar felicidad por cada poro, las piernas no se le iban a abrir de par en par en nueve meses, no le iban a crujir los huesos, su espalda no iba a soportar el cansancio y, sobre todo: su estómago podría retener cada molécula de comida real.

Qué envidia.

Nos habíamos atrasado con un par de visitas al médico. La razón era la nueva paranoia de Liam. Tenía los nervios disparados desde que Dorian insinuó que sería más de uno. En ese momento creímos que hablaba de dos bebés y todavía intentábamos adoptar la idea, cuando, después de limpiar la ciudad y asegurarse de que Will no estuviera cerca de mi radar, vimos el ultrasonido.

Lucky Love (LR #3)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant