Veinte

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Tomé una última respiración antes de que el azafato - que por cierto sus ojos azules eran hipnotizantes - me bajara del avión. Trasladó mi silla de ruedas por el aeropuerto, llamando a alguien para que se ocupase de mi maleta.

Vi a Hugo esperándome en la salida y me sonrió. - ¿Qué tal Cruz?

- Bien gracias. - Después de coger la maleta y agradecer al azafato, un hombre que no conocía empujó mi silla de ruedas.

Hay que decir que Marta iba a mi lado tirando de su gran maleta. Ella no se había quitado sus gafas de sol y había saludado a estos dos hombres sonriéndoles.

Hugo me cogió y me sentó en el coche. Marta se puso detrás conmigo y esperamos a que ellos guardaran las maletas.

- Sigo pensando que esto no es una buena idea. - Marta arrugó su nariz.

- ¿Por qué?

- Odio a Justin ahora mismo.

- ¿Por qué? - ella dejó de mirar su móvil.

- No me gusta lo que está haciendo, ya lo sabes. Ni siquiera sé qué hacemos aquí. Bueno, a ver, estoy emocionada de estar en Miami. Pero no lo sé Abby- suspiré. - Quiero ir a la playa, no puedo esperar a ver a chicos calientes - eso me hizo reír.

- Gracias por acompañarme.

- ¿Gracias? Gracias por decirle a Justin que me pague el viaje - sonreí y miré por primera vez a las calles de Miami.

Cuando llegamos frente al hotel, Hugo bajó la silla de ruedas antes de bajarme a mí.

La habitación de Marta estaba en la misma planta que la de Justin. Entré en la suite de Justin y este se levantó del sofá para venir a saludarme. Me dio un casto beso y después besó la mejilla de Marta.

- Bueno, yo creo que voy a dormir un rato - señaló a la puerta. - Nos vemos luego - asentí.

- Yo voy a comer algo - Nick se levantó del sofá. Y me sonrió, le sonreí de vuelta y lo vi irse.

- ¿Ocurre algo?

- No, ¿Por qué tiene que ocurrir algo? - me encogí de hombros.

- Noto el ambiente tenso - Justin negó con la cabeza y me cogió. Apoyé mi cabeza en su hombro y se sentó en el sofá conmigo en su regazo. Bostecé.

- ¿Estas cansada? - dijo acariciando mi brazo.

- Un poco, es un vuelo largo - besé su mandíbula.

- ¿Quieres descansar?

- Solo quiero estar contigo - murmuré. - ¿También has llegado hoy?

- Si, después tengo que ir al estudio, para grabar con Austin Mahone. ¿Queréis venir?

- Claro.

- Descansemos un rato - Justin se levantó y me agarré a su cuello. - La temperatura aquí es bastante agradable.

- Lo es - Justin me dejó en la cama y me quitó los zapatos.

- ¿Cómo vas con la rehabilitación? - preguntó mientras me quitaba los pantalones.

- Muy bien, ya puedo ponerme de pie con ayuda - dije feliz. Justin me miró.

- ¿En serio? - alzó una ceja y asentí. - Dios mío eso es perfecto - se agachó y me besó. - Rezo todas las noches para que puedas volver a caminar pronto. - me ayudó a incorporarme.

- Aún no puedo mantenerme mucho tiempo, pero...

- Algo es algo - completó Justin. Me quité la camiseta.

Undercover // Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora