Sesenta y ocho (extra) FINAL

7K 348 227
                                    

Jadeo y alzo mis manos para ponerlas en el cabecero de la cama. Cierro los ojos mientras siento construirse el orgasmo dentro de mí y muerdo mi labio con fuerza. Justin echa su cuerpo sobre el mío y pongo mis manos en su espalda mientras él sigue moviéndose condenadamente bien.

— Llega para mí —susurra contra mi oído.

Podría decirse que, a pesar de los años, la chispa no se había acabado ni mucho menos, seguía viva y a veces, más que antes. Quizás no teníamos tanto tiempo para estar juntos y había dicho varios días en la academia que no podía asistir por asuntos personales.

Es decir, mi marido no me dejaba salir de la cama y ese día, Kate llevaba a las niñas al colegio.

En una entrevista que tuvimos con Ellen, nos había preguntado que si éramos una familia normal. Lo éramos a pesar de nuestra casa y coches lujosos. Éramos personas normales viviendo en una gran vida.

Sí, eso afectaba por ejemplo a la educación de nuestras hijas, tenían la mejor y nunca les faltaría de nada. Sin embargo el colegio donde estudiaban no lo era todo, teníamos que enseñarles unos valores en casa y eso era lo más importante.

Me apoyo en el pecho de Justin y paso mis dedos por todos aquellos tatuajes que tiene.

— Siempre me había imaginado así —dice Justin.

— ¿Así como?

— Con una familia —sonrío y sigo pasando mis dedos por su pecho—. ¿Cómo te imaginabas tú?

— Contigo cuando era una fan obsesionada.

Justin se ríe y besa mi coronilla. — Me alegro de que lo fueras. ¿No sigues siendo fan obsesiva?

— Sigo siendo tu fan, pero la obsesión se ha ido —lo miro.

— ¿Cómo te imaginabas cuando lo dejamos? —pregunta.

— No me imaginaba de ninguna manera, aprendí a pensar en el presente —apoyo mi brazo en la almohada para poder mirarlo.

— ¿Aún lo haces?

— Siempre, aunque tú me obligues a hacer planes de futuro —él sonríe y pone una mano en mi mejilla. Acerco mi rostro al suyo y lo beso.

No sabíamos nada de Carlos. ¿Estaba vigilado? Sí. ¿Me había molestado? No. Hacía meses que había salido de la cárcel y no había dado señales, por lo que había estado feliz, muy feliz. Ni siquiera podía imaginarme a mis hijas en peligro por un momento. Carlos estaba viviendo en Valencia y... estaba lejos de mi familia.

— ¿Preparada para viajar a España mañana? —pregunta.

— Lo estoy —me levanto de la cama y cojo el camisón del suelo.

Me lo pongo y vuelvo a la cama tirándole un bóxer a Justin. Él se destapa y no tarda en ponérselo.

Él se da media vuelta y mira hacia la ventana. Me acerco a él y rodeo su cuerpo con mi brazo para después besar su espalda.

— ¿No me vas a dar un beso de buenas noches? —ronroneo pasando mis dedos por su pezón.

Justin se gira con una sonrisa en su rostro y me alzo para besarlo de nuevo.

Las niñas nos despiertan como cada fin de semana, o día que no van al cole. Saben que nos vamos de viaje y han decidido levantarse temprano. Seguramente, si fuesen al cole, no habría quien las levantara a esta hora.

Ellas se acuestan en medio de nosotros y cierro los ojos de nuevo mientras abrazo a Jade. Ninguno teníamos preferencias. No le dábamos a una más que a otra. Intentábamos ser justos con las dos. Aunque Justin les daba todo lo que querían siempre, lo que acababa en una discusión por nuestra parte en la manera de educar a las niñas.

Undercover // Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora