Epílogo (Editado)

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Hoy era el gran día: Mi boda.

Después de 2 años de haber conocido a Antony en ese bar, tomamos la decisión de casarnos, finalmente.

Esa noche hablamos por horas y no existía nadie más que nosotros. Intercambiamos números telefónicos y hablamos durante tiempo por mensaje de texto. Nos vimos muchas veces, salimos y una cosa llevo a la otra y terminamos siendo novios. Casi una año y medio después de noviazgo, decidimos casarnos y aquí estábamos.

Él no sabía nada de mi gran sueño, que podía ser plasmado en algún libro. Decidí que me lo guardaría con un recuerdo preciado.

Me miré en el espejo, y era perfecto lo que veía. El vestido, el maquillaje, los zapatos, pero era aún más perfecta la persona que me esperaba en el altar. Todo estaba listo, solo estaba esperando a mi padre para bajar y que me encaminara a donde Antony.

-Listo, vayámonos- dijo mi padre llegando a la habitación.

Solo sonríe y bajé junto a él.

La boda religiosa y la fiesta seria en el jardín de los padres de Antony, el cual era gigante. Llegamos y pude ver la espalda de mi futuro esposo a algunos metros de distancia.

-Sabes que te amo, y que eres mi niña hermosa- me dijo mi padre antes de tomar mi brazo y empezar a caminar. 

La típica música empezó a sonar, haciendo que Antony se diera la vuelta y nuestros ojos se encontraran, una sonrisa se asomo en sus labios y sentí como me enamoraba mas de él.

Ambos sentimos los ojos llenos de lagrimas, pero nos conteníamos para el gran momento de decir "acepto".

-Estas hermosa- susurré en cuanto mi padre me dejo en el altar.

-Tu estas demasiado guapo- respondí de la misma manera.

A continuación el sacerdote habló y habló hasta la hora del "si, acepto"

-Antony Duran ¿Acepta a Paola Miller como esposa y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y así, amarla y respetarla todos los días de tu vida?-

-Si, acepto- respondió el

-Paola Miller ¿Acepta a Antony Duran como esposo y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y así, amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?

-Si, acepto- dije sonriente

-Sin nada mas que decir, que lo que Dios una, no lo separe el hombre. Los declaro marido y mujer, puede besar a  la novia-

Sellamos nuestro amor con un beso lento y suave. 

Alrededor se podían oír los aplausos y gritos de las personas que nos acompañaban. Nos separamos y entrelazamos nuestras manos.

Giramos para verlos y sonreirles. Ellos también eran parte importante de este día, pues era la gente que amábamos y queríamos en nuestras vidas.

-Por fin estamos casados- dijo en mi oído.

Yo reí, porque nos había costado un poco a los dos dar este paso.

-Finalmente te pude atrapar- mencioné burlona. A quien le había costado más, fue a él, quien se resistía un poco al matrimonio.

-Y estoy encantado de que tú me atraparas- respondió.

Esto era un nuevo comienzo para ambos, y era uno bueno, sin secuestros ni escapes, solo dos personas que se amaban eternamente...



Enamorada De Mi SecuestradorWhere stories live. Discover now