Capítulo 50 "Esposa" (Editado)

44.1K 1.9K 300
                                    

POV.  PAOLA

Después de salir del hospital, íbamos muy tranquilos en el trayecto del camino, callados pero no incómodos. Se sentía una tranquilidad y mucha paz, pero no sabía lo que sentía realmente Antony.

Decidí romper el silencio.

-¿No estas un poco molesto?- pregunté curiosa. Aunque se había librado de ese par de víboras, sabía que tal vez se había encariñado con el que alguna vez le dijeron que era su hijo.

-No, ¿por qué?- preguntó sonriente.

-Porque estas muy callado y acaba de suceder una situación donde no deberías de estar feliz- respondí obvia.

El soltó una risa y detuvo la camioneta en la orilla de la carretera. Lo miré extrañada.

-¿Quieres saber por qué no estoy triste?- preguntó y yo solo asentí.

-Porque acabo de salir de un túnel donde no había salida, por que por fin voy a poder estar contigo sin que nadie nos moleste y sobre todo por que dejare mi pasado atrás- respondió mirándome y sonriendo.

-Te amo- me acerqué a sus labio y lo besé.

-Yo más- respondió en el beso.




Ahora me encontraba en mi casa alistándome para dormir, en la tarde Antony me había dejado aquí porque tenía que resolver lo de Karla y su primo en su casa. Al llegar, mi familia me esperaba para cenar.

Quería pensar que las cosas serian fáciles y buenas a partir de ahora, pero había algo en el fondo que me decía que no. Diego y Karla no se quedaran con los brazos cruzados, de eso estaba segura.

No bajaría la guardia, y Antony tampoco lo haría. Los dos sabíamos que ellos eran peligrosos y que en algún momento buscarían venganza. Pero no sabíamos cuando, y eso me angustiaba mucho.


(1 MES DESPUÉS)


Antony y yo, llevábamos un mes de relación oficial, sin Karla, primos malos o ex novios locos. Sin contar lo del secuestro, aunque no éramos novios ya nos considerábamos una pareja oficial. Hoy era nuestro aniversario y él me había invitado a cenar a un lugar cerca de aquí; no sabia a donde pero lo esperaba impacientemente. Pronto serían las 8 de la noche, lo que significaba que pronto estaría aquí. 

Llevaba un vestido negro, muy simple. NO quería llamar la atención, pero tampoco quería verme muy casual. Hoy era una fecha importante y había que celebrar.

El timbre sonó y corrí hacia el, evitando caer con mis tacones. Abrí y un Antony en traje se asomó. No era la primera vez que lo veía así de arreglado, pero me gustaba como se veía.

-¿Lista? preguntó

-Lista- afirme

-YA ME VOY- grité desde la puerta para que mi familia escuchara.

-ESTA BIEN, CUÍDATE- grito mamá.

Salimos de casa y subimos a su auto. Después de un largo camino entre caricias y platica divertida, llegamos a la casa donde por primera vez nos habíamos dicho "Te amo". Este lugar me traía buenos recuerdos y se había vuelto en uno de mis lugares favoritos.

-¿Cenaremos aquí?- pregunté animada.

-Si. Creí que deberíamos cenar en donde te declaré mi amor- respondió y bajamos del coche para entrelazar nuestros dedos.

Caminamos al jardín trasero y había una mesa para 2, con velas y pétalos de rosas, también había luces blancas y Luis estaba vestido de mesero esperando con una botella de champagne. Reí internamente por la escena romántica pero con un Luis con una cara de frustrado. Se veía obligado a estar aquí.

-¿Te obligaron?- le pregunté en cuanto llegué a su lado.

-Mi trabajo corría peligro y no lo iba a perder- dijo resignado.

-Quita esa cara y sirve la bebida- le exigió burlón.

Antony apartó la silla para que me sentara y me acomodara. Él tomó asiento enfrente de mi y vimos atentamente como Luis servía la bebida, cuando terminó, se retiró de ahí, dejándonos solos.

-Gracias por la bonita cena y por todo lo que haces por mi, te amo- dije sincera viéndolo a los ojos. El tomó mi mano encima de la mesa.

-Por ti daría mi vida, pero tranquila que aun la noche no termina- respondió guiñándome el ojo.

Cenamos entre risas y amor, pero como dijo Antony: esa noche aun no terminaba. 

Se levantó y me tomó de la mano para alejarnos de la mesa y caminar al centro del jardín. Nos miramos por unos segundos. Intentaba comprender porque lo amaba tanto.

-Eres la mujer de mi vida y a pesar de que llevamos poco tiempo siendo pareja, yo sin ti me muero, sin ti no hay vida y por eso decidí que quiero pasar el resto de mi vida contigo- hablé él y se arrodillo enfrente de mi.

¿Iba a pasar lo que creía?

No sabía si estaba lista para tanto. Mi corazón empezó a palpitar más rápido de lo normal.

-Paola Miller ¿me harías el placer de casarte conmigo?- sacó una caja pequeña de terciopelo y salió un anillo hermoso. Me quede sorprendida por la noticia pero realmente yo también quería pasar mi vida con el.

-Claro que acepto ser tu esposa- dije al borde de las lagrimas. Colocé el anillo en mi dedo y me abrazo con tanto amor.

-Gracias, gracias, gracias- susurro en mi oído -Te amo tanto-

Reí por su felicidad, definitivamente quería unir mi vida a él.

-Esto aun no termina- dijo el separándose de mi.

-¿Aún no?- pregunte confundida, pero antes de poder decir otra cosa me cargo como un saco de papas y empezó a caminar dentro de la casa.

-Luis aun está en la casa- dije entre risas

-El ya se largo, era parte de su trabajo- aclaró finalmente el para encerrarnos en su habitación y hacer lo que mejor hacíamos: Darnos amor...

Enamorada De Mi SecuestradorWhere stories live. Discover now