Maratón 2.

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― Hey. ―Dohran caminaba por un pasillo cuando me lo topé esbozándome una gran sonrisa. Yo le sonreí de vuelta. ― ¿Terminaste de hablar con la presidenta Laurice?

― Sí. ―Dije asintiendo. ―De hecho me dijo que te buscara para que me llevaras a mi habitación.

― Pues que suerte que te encontré. ―Dijo guiñando un ojo. Yo lo miré algo confundida. ―Por aquí, vamos.

El castaño comenzó a caminar y yo anduve a su lado.

― Dime algo, Dohran. ―El me volteó a ver prestando atención.

― ¿Qué?

― ¿Elena es…? ¿Ella es buena presidenta? ―El alzó las cejas.

― Oh, sí. Vaya que lo es. ―Río un poco. Su risa era fresca y contagiosa. ―Ella es muy buena líder, que creo que eso es importante. Sabe cómo tratar con la gente y los problemas. Sabe manejar a la perfección cualquier suceso. Muchos marcados, cuando la ascendieron al puesto tenían sus objeciones pero ella supo demostrarles con el paso del tiempo lo capaz que es.

― Wow. ―Dije realmente sorprendida. Yo sabía lo responsable que era mi hermana y muchas cualidades más que ella tenía y aún así esto me sorprendía. ―En cierta parte, no me sorprende tanto. Ella siempre fue tan buena, tan responsable. Es una maravillosa persona.

― Lo es. ―Afirmó él. ― El chico que… que viene contigo, ¿él es Niall Horan?

Yo asentí mirándolo extrañada. ―Sí, ¿porqué?

― Oh, escuché de él un poco cuando estaba en la Aldea. El chico es bueno en cazar, ¿eh?

― Sí. Y lucha muy bien. ―Admití y no pude evitar la sonrisa que se posó en mi rostro al pensar en él.

― ¿Y tú, Dian? ¿Tú en qué eres buena? ―Yo levanté la mirada del suelo y la dirigí hacia sus ojos azules. Quise decir algo pero no salían las palabras.

― Ah… Yo no soy buena en mucho. ―Contesté. ―Eso supongo.

― ¿Por qué lo supones? ―Preguntó con curiosidad.

― Pues, porque no se me viene nada a la mente cuando me preguntan en qué soy buena. Eso debe significar algo, ¿no crees?

― No creo. ―Dijo y después emitió una pequeña risa. ―Muchas mariposas tienen las alas más coloridas y hermosas del mundo, pero están condenadas a nunca poder verlas por lo tanto mueren sin conocer la belleza que tienen en ellas. ―Se detuvo enfrente de mí y yo lo miraba por mis pestañas algo intimidada. ―A veces algunas personas son así. ―Dijo con una sonrisa de lado. Mis mejillas se sonrojaron.

Segundos después, una puerta color metal se abrió a nuestra derecha y volteé para ver a Niall parado en la entrada. Él me miró y después a Dohran, sus cejas se juntaron en el centro.

― Bueno, termino mi deber aquí. ―Se giró hacia Niall e inclinó un poco su torso con sus manos en su espalda. Después volteó conmigo e hizo lo mismo. ―Me retiro. ―Dio media vuelta y se fue.

Ambos lo vimos hasta que salió del pasillo y me giré y lo vi con la misma expresión.

― Hey. ―Dije con una sonrisa que más bien parecía una mueca.

― La próxima vez que vuelva a coquetear contigo, le voy a sacar los ojos con unos colmillos de un Firaki. ―Yo rodeé los ojos.

― Oh, Niall. No puedes estar celoso. ―Dije riendo.

― ¡No lo estoy! ―Exclamó. Yo lo miré levantando una ceja en una expresión obvia. ―Bien, lo estoy.

― No hay porqué. No me estaba coqueteando. ―Pasé por un lado de él y me adentré en la habitación.

Marked. | fanfic. (libro ahora disponible en amazon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora