Ido.

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24

― Niall. ―Me escuché susurrar. O balbucear. ―Niall.

Sentía como si estuviera flotando en el agua y esta me meciera lenta y rítmicamente de un lado a otro. Me sentía ligera y llevada por la marea. A pesar de que literalmente me dolía todo y me sentía estúpidamente débil me sentía relajada. Así que decidí abrir los ojos un poco.

Todo lo que pude ver fue un color azul uniforme y algunas manchas verdes. Mi vista estaba desubicada pero si mi razonamiento no me fallaba eso eran árboles. Intenté enfocar mi vista pero aun así eso me dolía. Sólo veía manchas amarillas y algún rastro de una persona.

― Esto fue mi culpa y yo no voy a dejar que mueras. ―Creí escuchar.

― ¿Niall? Casi... no... te... escucho...

― Estarás bien. ―Comentó.

Mis ojos se abrían y cerraban a medida que luchaba contra ellos para que se quedaran abiertos. Pero de pronto, la marea se detuvo y yo sentí todo con más claridad.

Algo duro y frío tocó desde mis tobillos hasta mi cabeza y yo abrí los ojos por fin. Niall estaba a mi vista.

― Aquí estarás bien. Te van a curar.

― Niall, no te vayas... ―Supliqué con la voz más baja. No quería esto, no quería separarnos.

― Dian, si estoy un segundo más contigo no podré dejarte ir después.

― Ese es... el asunto aquí. No me dejes ir. ―Supliqué mientras mis ojos se cerraban otra vez.

― Estás desangrándote. Estás muriéndote. ―Ahora tenía sentido tanta debilidad en mi cuerpo. Sentía que mis pulmones eran débiles para respirar.

Sus ojos mostraban tristeza. Quería decirle que lo necesitaba, pero sobre todo quería que estuviera conmigo. Pero una fuerte punzada en mi estómago hizo que todos mis sentidos se concentraran en el dolor físico que sentía.

― No... te... vayas... ―Dije antes de que mis ojos se cerraran contra mi voluntad.

― Me dio gusto haberte salvado aquella vez. Fue lo mejor que me pasó desde hace seis años. ―Escuché antes de desmayarme.

*

A diferencia de otras veces, cuando mis ojos se abrieron esta, pude ver todo con claridad. Estaba confundida y no entendía muchas cosas pero de alguna manera me sentía menos pesada y dolida que las otras veces. No reconocía mí alrededor. Aunque cuando tres chicas se acercaron a mirarme, recordé donde estaba: la Aldea.

― ¿Cómo te sientes, Dian? ―Preguntó una de ellas.

― Umm, bien. ―Contesté dudosa. ― ¿Te conozco?

― Tu a mí no, pero yo a ti sí. Yo te curé.

Oh, sí... La herida. Eso me recordó a Niall.

― ¿Él se fue? ―Pregunté alarmada. ― ¿Se quedó?

― ¿Quién se... quedó? ―Preguntó algo extrañada la chica.

― Yo... ¿cómo llegué aquí? ―Preferí preguntar.

― No lo sabemos. ―Contestó. ― Alguien salió y te encontró tirada en la entrada. Tal vez caminaste hasta acá por instinto de supervivencia.

Así que Niall sí me había dejado. Se fue y sólo me dejó aquí.

Cerré los ojos y una lágrima se escapó de ellos. ― ¿Te duele algo? ―Preguntó la chica.

― No. Estoy bien. ―Ella no pareció convencida pero lo dejó ir.

Marked. | fanfic. (libro ahora disponible en amazon)Where stories live. Discover now