Marked. | fanfic. (libro ahora disponible en amazon)

Sueños.

20

Después de que Niall me contara su dichosa teoría, estuve en silencio durante la cena pensando en lo que decía.

Alguna parte, tenía sentido pero otras simplemente no y hasta este momento mi cabeza estaba saturada de preguntas. ¿Para qué querría el gobierno mandar marcados sin entrenar para morir? ¿Por qué querría la Aldea que murieran más marcados? Simplemente no hallaba el factor faltante aquí.

Si era cierto lo que sospechaba Niall, que la Aldea ocultaba sus intenciones verdaderas, la cuales son "malas", ¿por qué me habían salvado cuando casi muero la primera vez que pisé este planeta?

No estaba convencida ni en un 30% de que podría ser verdad la suposición de Niall.

Pronto oscureció completamente y ambos fuimos a dormir, tenía demasiado en mi cabeza por el día de hoy.

*

Algo a mí alrededor no estaba bien. Algo en el aire que me golpeaba en el rostro me gritaba que había peligro cerca.

No lograba ver mucho. De hecho, todo lo que veía era niebla. Niebla alrededor de mí.

― ¿Dian? ― Una voz desconocida me llamó y no pude descifrar si era masculina o femenina.

― ¿S-si? ―Pregunté tímida pero nadie respondió.

Caminé en poco para poder visualizar algo. Me desesperaba demasiado ver sólo niebla.

De repente, escuché algo parecido a un trueno. Asustada, me sobresalté y miré hacia a todos lados.

Vi enfrente de mí un gran animal. Medía 4 metros de altura como mínimo. Era muy parecido a un perro pero sus rasgos eran más humanos. Sus ojos me miraban furiosos y fijamente y sus fauces se abrieron enormemente rugiéndome.

Intenté correr pero era como si mis piernas no reaccionaran a lo que mi cerebro ordenaba.

― ¡Niall! ―Grité con fuerza. Tal vez estaba cerca de aquí y podría venir y salvarme. ― ¡Niall!

A lado de ésta criatura aparecieron dos más del mismo tamaño.

Estaba segura de algo: iba a morir.

― ¡Niall!

Las tres criaturas rugieron con fuerza hacia mí y se inclinaron en posición de ataque, listos para matarme.

Pero antes de que saltaran a mí, su contorno comenzó a tornarse borroso y la imagen de las bestias se distorsionó poco a poco hasta convertirse en lo que menos esperaba: tres humanos.

Y lo peor de todo, el primero, el de la mirada furiosa era quien yo menos esperaba: Cameron O'Donnel.

― ¡Dian! ―Mis ojos se abrieron de golpe mientras alguien me agitaba tomándome de los brazos. ― Despierta.

Mi vista se enfocó y pude soltar el aire contenido en forma de alivio.

Niall me miraba con sus ojos celestes llenos de desconcierto.

― ¿Qué pasa? ―Contesté con voz ronca. Pronto sentí una oleada de calor por la espina dorsal y fue cuando me di cuenta de que estaba sudando.

― Estabas gritando mi nombre en sueños. ―Dijo con los ojos entrecerrados. ―Parecías aterrada.

Yo coloqué mi cabeza entre mis rodillas tratando de aclarar mi mente.

Fue sólo una pesadilla.

― Lo siento. Yo... Tuve una horrible pesadilla. ―Las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas sin poder siquiera detenerlas.

― Sí, me di cuenta. ―Yo volteé a verlo y él estaba sentado a mi lado. ― ¿Estás bien? ―Preguntó y alcancé a detectar preocupación en su voz.

Entonces, más lágrimas bajaron descontroladamente por mis mejillas acompañadas por algunos sollozos mientras negaba con la cabeza.

Estaba tan asustada. Ese sueño fue demasiado real, y el hecho de que no pudiera huir corriendo aunque le decía a mis piernas que corrieran, me había hecho desesperar de una manera indescriptible.

El rostro de aquellos animales era simplemente lo más espantoso y aterrador que había visto. Sobre todo los ojos de la bestia de en medio. Me miraba como si supieran algo acerca de mí y quisiera matarme por ello.

Niall se acercó a mi sumamente lento y dudándolo, estiró sus brazos alrededor de mi, apenas haciendo contacto físico.

Yo no pude contenerme y me acerqué rápidamente a él acunando mi cabeza entre su cuello y abrazándolo con fuerza mientras lloraba.

No quería volver a dormir, no quería volver a ver lo que vi.

― Shh, ―dijo la voz de Niall en un susurro mientras sus brazos me apretaban con más fuerza. ―Fue una pesadilla, Dian. Sólo una pesadilla.

*

Toda la noche la pasé despierta. Algo dentro de mí me decía que si cerraba los ojos volvería a ver todo el sueño y lo que seguía antes de que Niall me despertara.

Así que obligué a mi cuerpo a mantenerse alerta y despierto hasta que Niall se despertara y pudiéramos seguir con nuestro camino.

Esto tardó cuatro o cinco horas después de que él se quedara dormido a mi lado, ya que él quería estar cerca por si volvía a tener pesadillas.

Lo miré durmiendo a mi lado y sonreí.

Era la primera vez que me mostraba compasión, y sinceramente era justo lo que necesitaba. Aparte, parecía estar preocupado.

Estiré mi mano cuidadosamente hasta su rostro y con mi dedo índice tracé la línea desde su ceja derecha, por su nariz hasta sus labios.

Siempre pensé que Niall era atractivo, pero dormido él... Parecía un ángel.