Capítulo 8

155K 4.8K 537
                                    

PHOEBE P.O.V

-¿Y a donde vamos?- Pregunto. Necesito saber que planea para adelantarme a su plan. No dejaré que me humille.

-De compras.

¿¡De compras!? Mi ceño se frunce y no puedo evitar mirarle con la mandíbula desencajada y mi cerebro echo papilla de tanto pensar. ¿Que planea llevándome de compras? No tiene ni pies ni cabeza, algún idiota sin experiencia con chicas podría haber pensado en llevar a su "cita" - aunque esto no es una cita- de compras para fardar de dinero y obviar su falta de imaginación. ¿Pero él? ¿El espécimen que tengo a mi lado y ni siquiera se ha dignado a mirarme por muy abierta que tenga la boca? Imposible. Pero tranquila, me digo, el que quiera hacer una cosa tan rara solo asegura que trama algo. Solo debo fijarme en lo que planea y todo saldrá bien.

-¿No me vas a preguntar por qué vamos de compras?- Me dice mirándome por un mísero segundo.

-Es posible que escasés de originalidad.- Le pico. Su mandíbula se tensa y sé que quiere contestarme con algo igual o más mordaz que lo que yo acabo de decirle, pero se contiene.

Dios, soy la hija de Christian Grey, el señor controlador, y la hermana de Theodore Grey, el maquinador por excelencia, veo venir cuando un hombre trama algo a un kilometro de distancia.

-No, no es el caso. Pero como parece que tienes la originalidad en alta estima te dejaré con la intriga para que te sorprendas después.-

Esa frase en una cita normal sería vista como un tipo haciéndose el interesante e incluso tonteando, pero dicha por el agua fiestas - como yo lo había denominado desde el momento en el que lo conocí- solo puede denominarse como una pulla mal disimulada. Y encima ahora el cabrón tiene una excusa para no decirme a donde vamos y dejarme sin margen para pensar cómo salir de una posible humillación.

¡Lo odio! Y lo sé, es raro que le odie por una pequeña discusión que además ya ha sido vengada, pero este hombre tiene algo...no sé... odiable. Me confunde, al principio me había parecido engreído y falto de atención por cómo había interrumpido mi venganza hacia Tray, luego me pareció.. bueno, pues un hombre súper sexy, nada más y nada menos; luego la jodió con su humillante comentario y yo solo pude odiarlo y desear retorcerle ese comestible cuello suyo. Volvió a sorprenderme al aparecerse siendo socio de papá y fue adorable la manera en la que se avergonzó y enfurruñó por mi venganza... pero eso no fue todo, hizo lo que más me ha impresionado desde que lo conozco, algo que me sorprendió  hasta el punto de convertirme en una gelatina con patas que tartamudeaba y parecía una inútil... pero ¡Dios Santo! Este hombre contestó a mi padre. ¡Un hombre contestó a mi padre! ¡Con burla! Y no solo eso, ¡Le contestó teniéndome a mí como tema!

 No puedo evitar mirar al otro asiento y asegurarme que el hombre que tengo al lado no es un holograma en vez de una persona de carne y hueso.

-Llegamos.- Me dice, aparcando en doble fila.

No puedo evitar gritarle, de verdad que no puedo.

-¡Sacrilegio!- Le digo mirándole furiosa. Él me mira con los ojos como platos y cara de poker;  parece que no se atreve ni a abrir la boca.

Como se pasa el tío, ni que estuviese loca.

Me mira en silencio por un segundo eterno y gira sus ojos hacia la ventana que está detrás de mí para luego girarse y mirar por la suya, que está detrás de él. ¿Que busca? Yo lo miro y estoy a punto de explotar. Vuelve a mirarme y sus ojos siguen tan abiertos como al principio.

-¿Estás bien?

Lo dice de manera tan calmada que me sorprende, por primera vez parece que no hay algo detrás de sus palabras, no hay esa sombra en sus ojos que suele acompañarlo. Por primera vez me habla con genuina sinceridad.

Más que la hija de Grey ©Where stories live. Discover now