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Capítulo 16.

"¿Tenemos mucho que hacer hoy?" Repito sus palabras, sin molestarme en comer nada delante de él. Puede parecer delicioso, pero no puedo comer algo preparado por un demonio.

"Sí, quiero entrenarte." Él dice, empujando mi plato más cerca de mí.

"No creo que quiera ser entrenada, lo siento, pero ¿cómo esperas que crea que no eres el malo cuando matamos a gente inocente anoche?" Me siento en mi silla, cruzando los brazos, esperando que entienda que no tengo intención de comer.

"¿Por qué tienes que ser tan obstinada?" Él golpea su puño sobre la mesa, y yo salto.

"Obviamente no estoy preparada para esto, Harry." Digo en voz baja con un encogimiento de hombros.

"Lo hiciste increíble ayer por la noche." La esquina de su boca se arrastra en una sonrisa, y mi cara se comienza a calentar, porque sé que él no está hablando sólo de los asesinatos.

"Quiero que me lo cuentes todo, y después de escucharte, puedo decidir si quiero seguir siendo parte de esto". Afirmo firmemente, sacudiendo los pensamientos de nuestro lío anoche.

"¿Quién dice que tengas elección?" Él baja la voz, y por un momento, me siento vulnerable.

"Tengo una opción, después de todo, podría suicidarme." Las palabras se sienten completamente mal saliendo de mi boca, pero parecen tener el efecto correcto en Harry.

"Bien, pero tienes que comer." Sostiene un trozo de tocino delante de mí.

"No tengo hambre, habla." Levanto las cejas sin mirar el tocino. El hambre no es la primera cosa en mi mente cuando un demonio está a punto de decirme por qué quiere entrenarme a matar gente.

"¿Alguna vez te han dicho que eres la persona más molesta del planeta?" Él rueda los ojos, arrojando el tocino en el plato, "Voy a decirte las necesidades."

"He dicho que tienes que decírmelo todo."

"Podría matarte yo mismo, en realidad."

"Muy gracioso, ahora habla." Me acomodo en mi silla, preparándome para lo peor.

"Por alguna razón, últimamente, los sacerdotes y otras personas afiliadas a la religión han estado más abiertos a creer que los demonios siguen caminando por la Tierra". Comienza con un suspiro dramático.

"Bueno, claramente no están equivocados." Me inclino hacia él, haciendo que me fulmine con la mirada.

"Sí, tienen razón, pero en realidad están tratando de encontrarnos y matarnos. Antes, creían que el mal caminaba por la Tierra, pero nunca hicieron nada porque nadie pensaba que un demonio poseía a su vecino". Él explica, apoyando los codos sobre la mesa.

"Entonces, ¿estás preocupado porque ahora realmente tienes que mirar por tu culo en lugar de simplemente matar sin un cuidado?" Me burlo El problema no parece tan desastroso.

"Los demonios se están volviendo locos, algunos piensan que un idiota dijo a la gente sobre nosotros, pero nadie sabe por qué."

"¿Qué piensas?" Frunzo el ceño, curioso por escuchar su opinión.

"No estoy seguro, honestamente, realmente no me importa cómo sucedió todo, solo tenemos que detenerlo". Se encoge de hombros y se inclina hacia atrás en su silla.

"Eso es tan estúpido." Sacudo la cabeza.

"¿Qué demonios es estúpido?"

"La gente está defendiéndose a sí misma, luchando, ¡y tú piensas que está mal! No está mal, ¡es justo!" Grito, inclinándome hacia adelante en mi silla sin darme cuenta.