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Capítulo 11.

Lentamente me fui alejando de Harry hasta que mi espalda chocó contra la puerta principal. Rápidamente, me giré e intenté escapar, pero la puerta no se abrió. ¿Por qué pensé que sería tan fácil?

"Sé que no eres tan estúpida. Mira, eres tú o Hailee. Asúmelo." Harry rodó sus ojos molesto, como si fuésemos sus mascotas que no habíamos obedecido sus órdenes.

"No puedo más. Lo siento Hailee, pero no me sigas." Dije, entonces corrí hacia la habitación de Hailee.  Todo estaba tal y como la última vez que estuve aquí, pero creo que no había ninguna razón para que cambiase.

Cerré la puerta detrás de mí y empecé a pensar. No había manera de salir de aquí. Mi mejor amiga iba a matarme, y probablemente no sería pacíficamente. ¿Cómo se tiene que sentir que te coman el alma?

Hailee puede ser como un grano en el culo, pero eso no quiere decir que la quisiera muerta. Sin embargo, tampoco quería que me matase. Tenía que haber una salida para todo esto. Tenía que estar ocultando algo. Dejé escapar un pequeño grito cuando la puerta de la habitación se abrió, revelando a Harry. Cerró la puerta detrás de sí y se sentó en la cama.

"¿Qué plan tienes?" Pregunta casualmente, y puse mis manos en mis caderas.

"¡No tengo ningún estúpido plan! ¿Cuál es tu plan?" Le di mi peor mirada.

"Ya te dije mi plan cuando estábamos ahí fuera, ¿recuerdas?" Se ríe para sí mismo, negando con la cabeza.

"Hay algo que no me estás diciendo." Levanté una ceja en dirección a él.

"Tabitha, eres realmente inteligente. Puedo vencer a Hailee por ti. Sé que no querrás hacerlo tú, así que puedo hacerlo por ti y ni siquiera tienes que mirar. No tengo mucho poder ahora mismo, sin embargo, podrías ayudarme con eso." Me explicó con una sonrisa plantada en su rostro.

"¿Ayudarte mientras dejo que me mates?"

"No. Si tú y yo continuamos lo que empezamos antes, eso me dará más energía o poder. No querría dejarte aquí sola con una hambrienta come-almas mientras que mato a gente para obtener poder."

"¡No quiero continuar lo que empezamos, ni quiero que mates a Hailee! Nadie va a morir esta noche, no hasta que encontremos una manera de matarte." Gemí, recogiéndome el pelo en una coleta.

"¿Por qué sigues engañándote a ti misma?" Se levantó de la cama, dando unos cuantos pasos hacia mí, pegándome contra la pared, "Dices que soy un demonio y que por lo tanto no sientes atracción por mí, pero realmente te atraigo."

"No. Lo juro." Dije rápidamente, tragándome el nudo de la garganta.

"Tabitha, ahora mismo estoy siendo benigno contigo. Hailee es el problema, así que, qué daño haría que me besaras?" Levantó sus manos apoyándolas contra la pared a ambos lados de mi cara, para atraparme.

"Ni siquiera beso a chicos que no conozco en fiestas así qué, ¿por qué te besaría?" Pregunté, mirando sus brazos a mis lados.

"Te necesito." Llevó su labio inferior entre sus dientes y levantó ambas cejas. "Te necesito muchísimo."

"Todo eso es pura mierda. ¡Dijiste que ni tenías alma!" Grité, ignorando mis alborotadas hormonas queriendo lo que él me ofrecía.

"Puedo hacer que hagas lo que quiero, Tabitha." Dijo en voz baja, entonces sus manos estaban en mi cuello y él besándome.

Cada parte de mi cuerpo trataba de pegarle, de alejarle, pero era demasiado fuerte. Intenté gritar como pude para llamar la atención de Hailee, pero es difícil gritar fuerte cuando tienes algo contra tu boca. Sus manos pasaron a mis caderas, de repente, me levantó y nos tumbó en la cama.